Enlace Judío.- En su papel recién completado como jefe del comando del Frente Nacional del ejército israelí, el General de Brigada Ori Gordin estuvo a cargo de reforzar una red de sistemas de alerta temprana y refugios en caso de ataques con cohetes, publicó The Times of Israel.
Puede haber sido la preparación ideal para su nueva misión.
El General de Brigada Ori Gordin dice que el arsenal de Hezbolá hoy es difícil de comprender, señala que su nuevo papel será en parte garantizar que cualquier combate futuro “no llegue al frente civil”.
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Gordin está listo para hacerse cargo del Comando Norte el domingo, colocándolo al frente de los esfuerzos de Israel para contener a Hezbolá. En un momento de mayor tensión, se cree que el grupo terrorista libanés posee decenas de miles de cohetes y misiles capaces de atacar cualquier parte de Israel, eclipsando cualquier amenaza que representen los grupos terroristas palestinos en Gaza que han combatido a Israel en los últimos años.
Para Gordin, la conexión es clara: su nuevo papel será mantener a Hezbolá lejos del antiguo [al frente del comando del Frente Nacional del ejército israelí] y asegurarse de que cualquier combate futuro “no llegue al frente civil”.
En una entrevista con The Associated Press, Gordin dijo que “no hay duda” de que Israel sigue siendo el lado más poderoso. No obstante, Hezbolá es un enemigo potente, dijo.
“Puede causar un daño significativo. Tengo que decirlo”, dijo.
El Comando Norte se considera una de las asignaciones más prestigiosas y desafiantes del ejército israelí. Incluye no solo la tensa frontera con el Líbano, sino también una serie de fuerzas iraníes y respaldadas por Irán en la vecina Siria. El Hezbolá respaldado por Irán, que recientemente cumplió 40 años de su establecimiento, está en el centro de esas amenazas.
Gordin, un excomando y graduado de Harvard con la constitución de un defensa de fútbol americano, asume el cargo en un momento difícil.
Durante meses, Hezbolá ha estado amenazando con atacar las plataformas de gas natural israelíes en el mar Mediterráneo mientras Israel y el gobierno libanés llevan a cabo negociaciones negociadas con la mediación de Estados Unidos sobre su disputada frontera marítima. En julio, Israel derribó tres drones de reconocimiento lanzados por Hezbolá hacia el campo de gas.
En la guerra de 2006, Hezbolá luchó contra Israel hasta llegar a un punto muerto en un mes de lucha que terminó con un alto el fuego de la ONU.
Los amargos recuerdos de esa lucha han hecho que ambos bandos desconfíen de comenzar una nueva guerra. La crisis política y económica del Líbano también podría disuadir a Hezbolá.
Aún así, las tensiones recientes han generado preocupaciones en Israel sobre la reanudación de los combates. El ejército israelí ha invertido grandes sumas en prepararse para este escenario.
Gordin describió el arsenal de Hezbolá, que ahora se cree que incluye sofisticados misiles guiados con precisión, como algo difícil de comprender.
Mientras que los terroristas de Gaza ahora pueden lanzar unos 400 cohetes por día contra Israel durante los intensos combates, se cree que Hezbolá es capaz de disparar 10 veces esa cantidad.
Incluso con las defensas aéreas de Israel interceptando más del 90% del fuego entrante, el ejército israelí estima que hasta 7.000 cohetes atacarían áreas urbanizadas en una guerra futura que se extendería por varias semanas. El ejército no hace públicas sus estimaciones de bajas, pero esas proyecciones indican que cientos o incluso miles de personas podrían resultar dañadas.
Ahí es donde entra en juego el Comando del Frente Nacional.
Fundado a raíz de los ataques con misiles Scud iraquíes contra Israel durante la Guerra del Golfo de 1991, el Comando del Frente Nacional sirve como fuerza de defensa civil de Israel. Ayuda a mantener la red de refugios antibombas y sirenas antiaéreas del país y está capacitado para ayudar a los civiles durante guerras y desastres naturales. Bajo el mando de Gordin, también desempeñó un papel clave durante la pandemia de coronavirus a través de un programa de rastreo de contactos a gran escala.
Durante un estallido de tres días a principios de agosto, la Yihad Islámica de Gaza disparó más de 1.000 cohetes contra Israel. Pero no hubo muertos ni heridos graves en el lado israelí. Murieron unos 49 palestinos, incluidos al menos 12 terroristas. Varias de las muertes fueron causadas por cohetes de la Yihad Islámica que fallaron en Gaza.
Gordin dijo que el sistema de defensa de cohetes Cúpula de Hierro desempeñó un papel clave en la minimización de las bajas israelíes. También señaló que Hamás, más poderoso, se mantuvo al margen. Pero dijo que los avances en el Comando del Frente Nacional fueron clave para mantener a las personas a salvo.
En los últimos años, Israel ha mejorado mucho su capacidad para detectar lanzamientos de cohetes y predecir dónde aterrizarán con gran precisión, como un barrio específico de una gran ciudad.
También ha desarrollado una popular aplicación para teléfonos móviles que alerta a los usuarios de los disparos de cohetes entrantes en función de su ubicación. Gordin dijo que la aplicación funciona en todas partes, incluidas las áreas periféricas que no tienen sirenas.
Irónicamente, la crisis del coronavirus reforzó su mando al aumentar la cooperación militar con las autoridades locales.
Su centro de mando es ahora un centro de intercambio de información recopilada tanto de las autoridades militares como locales. Un banco de pantallas grandes rastrea los lanzamientos, intercepciones y aterrizajes de cohetes en tiempo real. Pulsando un botón, se pueden mostrar las ubicaciones de todos los coches de policía, ambulancias o camiones de bomberos del país, junto con mapas de Waze que muestran los patrones de tráfico en todo el país.
Este sistema integrado proporciona una herramienta poderosa para que las autoridades coordinen su trabajo y se comuniquen con el público.
“No se puede pelear una guerra sin la cooperación de los residentes que viven en la misma zona”, dijo. “Todas estas cosas dependen de nuestra capacidad para cooperar con la población civil”.
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