Enlace Judío – El reciente trajín electoral que tuvo lugar en el Likud indica con elocuencia quién controla y domina los puestos clave.

Sin lugar a titubeos: Netanyahu.

A través de un procedimiento electoral que recuerda pasados tiempos, las principales figuras que en desiguales momentos aspiraron asumir el liderazgo de este partido quedaron –y se sienten- rezagados. Nombres como Yariv Levin, Eli Cohen y Yoav Galant aparecen en los primeros y seguros lugares en contraste con Nir Barkat e Yisrael Katz que conocen una relativa derrota, al menos en términos de popularidad.

También una elocuente figura femenina –Miri Reguev– quien desde hace años ambiciona un alto cargo gubernamental merced a su apretada amistad con Sara Netanyahu debió ajustarse a un noveno o décimo lugar que de cualquier modo merecía como mujer conforme a los estatutos del partido.

En contraste, Yisrael Katz, Yuli Edelstein, Tzaji Hanegvi y Yuli Edelstein ven castradas sus aspiraciones a ejercer el liderazgo del partido si y cuando Bibi resolverá abdicar a su presente posición. Un vuelco que probablemente implica una franca radicalización de los rumbos del Likud, particularmente en la esfera jurídica y social.

Cabe suponer que estos últimos obtendrán en cualquier caso un lugar en la Knéset sin gravitar significativamente en los rumbos del partido.  No obstante, si el Likud acierta en noviembre en componer la próxima coalición gubernamental, las figuras cercanas a Bibi accederán al gabinete abriendo lugar – conforme a la Ley Noruega– a los hoy rezagados.

Estos resultados podrían provocar una escisión efectiva o informal en este partido. De momento, sin embargo, todos hacen coro en favor de la unidad ideológica y partidaria.

Ciertamente, la presente configuración conduce a esbozar interrogantes en torno a la actitud de los partidos que representan al público religioso-ortodoxo– algo más del 15% de la población- en favor de una coalición gubernamental jefaturada por Netanyahu. En diferentes textos y contextos han insinuado que se unirían al binomio LapidGantz si éste acierta a ofrecer una promisoria alternativa.

En cualquier caso no pocos personajes que hoy aspiran al liderazgo del Likud deberán frenar sus ambiciones. En particular Nir Barkat quien durante una década atendió los temas municipales de Jerusalén y desde hace años sobresale en la élite económica y financiera el país.

Cabe anticipar que en estas circunstancias el quinto torneo electoral que hasta aquí ha revelado mesura y equilibrio tomará en las próximas semanas ágil y estridente velocidad.

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío. Reproducción autorizada con la mención siguiente: @EnlaceJudío