Enlace Judío – En el marco de su reportaje sobre el judaísmo en Marruecos,  Enlace Judío visitó el cementerio hebreo de Salé en el país.

¿Quién dirá el Kadish por los muertos de Salé?

Cuando los vivos ya se fueron y los descendientes de ellos habitan otro lugar y hablan otro idioma, ¿qué sucede con las tumbas y el recuerdo de esta población?

¿Qué sucede con los vivos que ya no tienen lugar dónde recordar a sus muertos ni tumbas para visitarlos?

¿Quién dirá Kadish ante las lápidas de los judíos que habitaron Salé, Marruecos, el mundo árabe y los países de Europa donde ya no hay judíos?

Estas fueron las interrogantes que surgieron al encontrarnos con un grupo de estudiantes israelíes que limpiaban y renovaban las lápidas de las tumbas. Nuestro relato destaca tres componentes principales:

El Rey

Su Majestad el Rey Mohamed VI ha tomado sobre sí el resguardo y conservación del patrimonio judío: sinagogas, mikves y cementerios. De hecho, provee de su propio dinero la remodelación de estos lugares, dedicando un fondo especial para los remanentes del judaísmo marroquí, cuya diáspora alcanza hoy más de 2 millones de personas.

Uno de los títulos del rey es Comendador de los Creyentes. Como tal, es responsable de
las religiones monoteístas.

El Tzadik, venerado por judíos y musulmanes

Los Tzadikim (plural de Tzadik, hombre justo o hombre santo) son rabinos icónicos cuyos hechos trascienden el tiempo.

Marruecos fue un lugar fértil en materia de “santos”. Uno de ellos, enterrado en el cementerio de Salé, es “Raphael el Ángel”, Rabi Raphael Encaoua Zatzuk Z”L (1848- 1935), de quien se dice que protege al pueblo de Marruecos y  de Israel.

Raphael Encaoua fue Gran Rabino, presidente del Alto Tribunal Rabínico de Marruecos y jurista de renombre en todo el norte de África e Israel. Nombrado Caballero de la Legión de Honor, fue muy apreciado por el poder del protectorado francés así como por las autoridades marroquíes.

Es autor de un gran número de obras de jurisprudencia: Karne Reem, consultas y decisiones judiciales; Paamoné Zahab, sobre el Shuljan Aruj y el Hojen Mishpat; Sefer Hadad ve Tema, escritos sobre el Talmud.

En 1880 fue nombrado Av Bet-Din de Salé, es decir, presidente de la Corte Rabínica de la ciudad en sustitución de su suegro que se instaló en Jerusalén para dirigir allí la comunidad sefaradí. Durante todos estos años, el rabino Refael Enkaoua  nunca aceptó recibir el más mínimo salario.

Vivió de algunos asuntos financieros e incluso sacó de su propio bolsillo para fundar una Yeshivá en la ciudad. En ese momento, ya era considerado uno de los más grandes rabinos del mundo sefaradí.

En 1912, Marruecos fue puesto bajo protectorado francés, encabezado por el mariscal Lyautey. En su afán de reformar y modernizar la administración y la justicia locales, conservando sus características y especificidades religiosas, las nuevas autoridades exigen que los judíos nombren un comité representante de su comunidad. Se decide establecer un cargo de Gran Rabino de Marruecos que representaría a los judíos frente al nuevo gobierno.

Este puesto le fue confiado al rabino Raphael Encaoua, a pesar de haberse negado debido a su gran modestia, su profunda humildad así como el respeto que sentía por el rabino Chelomo Ben Danan, el rabino de la ciudad de Fez.

A partir de 1918, la comunidad judía de Marruecos fue dotada de siete Tribunales Rabínicos de primera importancia, con poderes muy amplios para las ciudades más importantes, Casablanca, Rabat, Fez, Meknes, Marrakech, Ujda y Moggador, así como otros con poderes más limitados en otras ciudades del país: Agadir, Safi, El Jadida, Setat, Beni-Mellal, Damnet y Uezan.

Pero es principalmente el establecimiento de un Tribunal Rabínico de Primera Instancia para apelaciones lo que se considera un evento excepcional en el panorama legal marroquí. En efecto, esta alta autoridad encabezada por el rabino Raphael Encaoua estuvo compuesta por Dayanim (jueces) que no sólo tienen la condición de funcionarios del Estado (y, por lo mismo, recibían un salario del ministerio) sino que, sobre todo, tienen prerrogativas idénticas a las del aparato jurídico del Estado.

La estatura rabínica y legal del rabino Raphael Encaoua, su rectitud, su fenomenal erudición, sus fuertes lazos con los gobernantes del protectorado, la casa real así como con los eruditos musulmanes de su tiempo, todo esto contribuyó a realzar aún más su gloria y la de su pueblo frente a todos.

El lugar donde está enterrado se convirtió rápidamente en un lugar de peregrinaje venerado también por los musulmanes del país.

En un modesto nicho, encendimos velas y pedimos la bendición del Tzadik.

Ayalim

Ayalim es una organización israelí sin ánimo de lucro compuesta por estudiantes dedicados a proyectos sociales en el Néguev, la Galilea y la periferia de Israel.

Durante nuestra visita a Salé, nos encontramos con un grupo de jóvenes, líderes de aldeas de estudiantes, que visitan los cementerios de diversas ciudades de Marruecos y Europa cada año, desde hace siete años. Su objetivo es conocer y preservar el legado de los judíos marroquíes. Entre otras cosas, se dedican a limpiar las tumbas, renovarlas y rezar por los muertos.

Una semana antes del viaje de la delegación, las autoridades israelíes hicieron un llamado a familias en Israel provenientes de Salé para enviar bendiciones y fotografías de sus seres queridos enterrados en el cementerio, nos dice Tzipi Grunstein, una de las estudiantes.

Hoy, estas fotografías adornan la pared de una habitación especial en el panteón de Salé.

Al concluir sus actividades, Denar Dahan, israelí nacido en Salé, elogió la labor de los jóvenes, al tiempo que subrayó la importancia de recordar a los muertos y cuidar sus tumbas. “Si queremos continuar el legado del judaísmo debemos recordar a nuestros muertos”, dijo.

Por su parte, Matan Dahan, hijo de Denar y uno de los dirigentes de la ONG, destacó el liderazgo de los jóvenes, integrantes de Ayalim a través de los años y agradeció su participación. “Piensen que el componente de nuestra generación es único, ya que es una integración de la historia del Holocausto, la historia de las distintas inmigraciones, la creación y la construcción del Estado de Israel, así como el judaísmo en el mundo musulmán”, expresó.

“Todos somos resultado de esta mezcla y por lo tanto es importante conocer las historias que principalmente nos enseñan sobre nosotros mismos. Creo en la sociedad israelí y en sus jóvenes que dan de sí mismos para la comunidad y el Estado de Israel. Nuestra labor y la de ustedes es ‘pulir’, para que las cosas ocurran”, dijo a los estudiantes.

Ayalim se fundó en 2002 con el objetivo de desarrollar el Néguev y la Galilea a través del liderazgo de jóvenes que estudian en universidades e instituciones locales a fin de ayudar a poblar el sur y el norte de Israel, explicó Dahan.

La organización cuenta con 23 aldeas de estudiantes y más de 1,500 jóvenes que realizan labores sociales en ciudades en desarrollo de ambas zonas.

Entre sus actividades, los estudiantes trabajan con israelíes provenientes de Marruecos. “Estos viajes son importantes para conocer íntimamente el legado del judaísmo marroquí y comprender la profundidad histórica de sus comunidades”, indicó Dahan.

“Un joven que no sabe valorar y aprender de su pasado no tiene futuro. Un líder debe conocer bien su pasado. Para ello realizamos estos viajes a Marruecos y a Polonia cada año. Conocemos las distintas formas de vida y finalmente nos conectamos con nosotros mismos”.

“Yigal Alon, quien representa al nuevo israelí, dijo una vez que la historia es como una flecha. Mientras más atrás se lanza llega más lejos”, apuntó.

Para finalizar, observamos el resultado del esfuerzo conjunto de estos jóvenes líderes comunitarios: juntos limpiaron las lápidas, las pintaron de blanco, renovaron el texto original sobre ellas, construyeron el kiosko destinado a los visitantes del cementerio, y crearon una habitación con las fotografías de los miembros de la comunidad judía de Salé, todo en colaboración con la congregación local que facilita los materiales.

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