Enblace Judío- Ya estamos en la hora de Neilá.

Querida familia: Parece que fue apenas hace pocos días cuando llegábamos al templo con la excitación de recibir un nuevo año y poder hacerlo también presencial. Deseo que hayan logrado reencontrarse y reconciliarse con Dios, con sus seres queridos y, especialmente, que hayan logrado acercarse a ustedes mismos. Sin percibirlo, ya estamos en la hora de Neilá. Hemos pasado en comunidad el día más sagrado del año. Muchos aquí presentes, muchos por streaming.

Juntos. Dios, tú y nosotros.

Y rezo a Dios: Sé bueno con nosotros. Danos tiempo para llenarlo de vida. Permite que nos reconozcamos y perdónanos. Danos tiempo para cosas bellas, aquellas que hacen que valga la pena vivir la vida. Tiempo para las experiencias de las que emerge la sabiduría. Es hora de mirarnos a los ojos y aprender de memoria su color.

Y danos mucho más tiempo para pensar en todo estos juntos.

Hemos rezado una y otra vez a lo largo del día zojreinu l’jaim, rogando a Dios para que nos recuerde, dándonos vida. Hemos rezado en comunidad, y al mismo tiempo cada uno repaso su Sefer HaJaim buscando acercarse a Dios y a sí mismo. Cada uno con su “pequele”, su carga, que lo enfrenta al miedo, el dolor, la soledad, desafíos, algunos luchando por su vida, pero todos, todos, con la esperanza que Dios nos juzgue con misericordia.

Hablando de pequeles, debería decir “contenedores”, como siempre mi bendición especial a las queridas idishe mames, bobes, que aquí se encuentran. Mi admiración, ustedes son geniales. El aroma del Leikaj y otros manjares, acabaron con la harina de México.

En esta hora de Neilá, aún estamos a tiempo de buscar y encontrar la fuerza interior para cambiar, para hacer Teshuvá, para acercarnos a Dios, para acercar nuestros pensamientos y nuestras acciones, allí donde verdaderamente queremos que estén.

Porque si enfrentamos nuestros miedos, enfrentamos nuestra libertad, y si somos capaces de atravesar el gran portón de las posibilidades, la bendición puede llegar a nuestra vida.

Depende de tu valor, de tu fe, de tu actitud. Juntos esperando el sello que nos dé una nueva oportunidad y rezando: “Ptaj Lanu Shaar, Dios ábrenos Tus portones de Misericordia, ahora, que se cierran las puertas.

Ten compasión por nuestras almas quebrantadas.

Cuando yo era joven, no sabía el significado de la vida. Después de muchos y dificultosos años de estudio y experiencias, ya no soy joven.

Bien, dos psicoanalistas se encuentran en el elevador. Uno le dice al otro: Buenos días. ¿Cómo estás? El segundo le responde bien gracias. El primero se baja y el segundo piensa: ¿Que me habrá querido decir?

Además de ser un típico chiste de psicólogos, muchas veces quienes escuchan el mensaje del rabino, piensan, ¿Qué habrá querido decir? Sin faltar los clásicos, “yo sé a quién se refiere” o, seguro que el rabino tiene algún problema. ¿Por qué esta aclaración? Porque quiero hablarles de un tema que tiene que ver con esta hora de Neilá. Y no quiero que se pudieran confundir.

El mensaje es para ti, para mí y para quién lo quiera recibir.

Encontré algo interesante del comediante Jerry Seinfeld. Dijo: “Pasamos por cuatro etapas en la vida. La primera la descubrí al principio de mi carrera y es que no importa quién eres o que profesión tengas, la primera pregunta que la gente te hará es: ¿Quién es Jerry Seinfeld?

Esto es cuando comienza el viaje, cuando siembras las semillas del éxito. La segunda etapa es
cuando todos dicen: ¡Consígueme a Jerry Seinfeld! La tercera es cuando todos dicen: ¡Consígueme a alguien
como Jerry Seinfeld’
.

Este es tu premio. Todos te quieren, pero no te consiguen, así que buscan a alguien como tú. La última etapa es cuando la gente dice: ¿Quién es Jerry Seinfeld?”.

Los del grupo “te ves muy bien”, saben a qué me refiero. Los que no recuerdan al grupo te ves muy bien, surge de la explicación de las cuatro etapas de la vida. Infancia, Adolescencia, Edad Media y “Te ves muy bien”.

¿Recuerdan las 4 etapas de la vida?

Les digo que, independiente de la etapa en que estés, esto nos incumbe a todos. Por qué el judaísmo. también habla de las etapas de la vida. Y lo hace justamente en esta hora de Neilá.

Nuestros rabinos nos enseñan que la imagen es la de puertas cerrándose lentamente mientras se termina Yom Kipur. Es la última oportunidad de que nuestra plegarias lleguen al trono de Hakadosh Baruj Hu, y es entonces cuando rezamos con más fervor: “El nora alila, el nora, hamtzi lanu mejila be shaat ha neila” “Dios reverente, Dios poderoso, danos tu perdón en esta hora de Neilá”.

Mientras las puertas se cierran esta noche, deseo que todos seamos viejos y jóvenes. Que encontremos deleite y alegría en los años por venir y que nuestra plegarias sean respondidas. Puertas que se cierran y se abren a través de nuestras vidas y de nuestras etapas. Acaso, ¿no es eso lo que es la vida, una serie de oportunidades que aprovechamos o que a veces dejamos que se escapen de
nuestras manos? Es un hecho que perdemos muchas oportunidades. Y descubrimos más tarde que el propósito de la vida no se mide por el tamaño de nuestras casas, o por la marca de la ropa que vestimos o por el modelo de tu coche. Nos damos cuenta de que existen muchas otras cosas y más valiosas. La familia, más tiempo con nuestros hijos, ni hablar de los nietos, las risas con los amigos, un buen libro, una copa de vino compartida, escuchar una buena música, crecer, y en esta hora de Neilá aprender que por cada puerta que se cierra, hay otra que espera ser abierta. Algo que aprendimos a valorar más durante la epidemia que vivimos.

Intentar que tu vida sea parte de algo mayor a ti mismo, como practicar las palabras de Isaías que hoy escuchamos: alimenta al hambriento, viste al desnudo, calza al descalzo, protege al extranjero. Preocúpate por la justicia. En una sociedad tan cruel, debes recuperar lo humano en tu ser. Ayudar a tu comunidad; tenemos sueños trabajando y te necesitamos. Poder dar, ayudar, debe ser la mejor etapa de tu vida.

Todo depende de ti, de tu actitud, de tu esperanza, de tu fe. Tienes que dejar de pensar que estarás atrapado en tu situación para siempre. Sentir que tu corazón nunca sanará o que nunca saldrás de esta lucha imposible. No confundas una temporada con toda la vida. Incluso Sus pruebas tienen fecha de caducidad.

Crecerás. La vida cambiará.

Debes tener esperanza, una actitud positiva. Porque eso invita a la posibilidad de que ocurra. Un pesimista ve la dificultad en cada oportunidad, un optimista ve la oportunidad en cada dificultad.

No llores por la puerta que se cierra, abre los ojos, porque hay otra que está esperando que la abras.

Mi querida familia Bet El. Falta poco para lo que personalmente es el momento más emotivo de todo esta temporada. El pasaje que concluye con la braja familiar, que hoy hace 38 años incluí en los servicios, y el sonido de la Tekía Guedola.

Tekiá Guedola

El término shofar es un nombre curioso. Algunos dicen que tiene que ver con una raíz que significa curvas. Un shofar debe tener curvas. Es un reflejo de los giros y vueltas de la vida. Pero creo que el término proviene de la misma raíz que el arameo shapir, que significa: es bueno, es kosher, está bien. Los toques del shofar nos hacen saber que…

…Por más roto que esté el mundo, por más rotas que estén nuestras vidas, con la ayuda de la familia, los amigos, la comunidad y el Kadosh Barukh Hu, shapir, el sonido del shofar atravesará los portones cerrados y llegará a su destino.

Tal vez no de la manera que imaginamos, tal vez no de la forma que siempre deseamos, pero shapir, somos resistentes, somos flexibles, somos adaptables, somos resilientes, shapir, vamos a estar bien, todo va a funcionar.

“Ptaj lanu shaar”. “Oh Dios, ábrenos Tus puertas de misericordia, ahora que se cierran las puertas. Y aunque el día se extingue y el sol llegue a su ocaso, nosotros, Dios, permanecemos en Tu Santuario”. No nos abandones.

Que nuestros hijos, que todos los hijos de Dios encuentren su camino a casa siempre, que nos rodeamos de amor y armonía, que podamos reencontrar nuestro equilibrio emocional, que seamos sellados en el libro de la vida y que sepamos aprovechar esta nueva oportunidad.

Shapir, estará bien, todo saldrá bien.

Gmar jatima Tová. Brajot.

Amén ve amén.

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