Enlace Judío – Israel es “el último país del mundo libre que aún teme irritar a Putin”, sostuvo el expresidente de la Agencia Judía, Nathan Sharansky, al tiempo que respaldó el llamamiento del ministro de la Diáspora de Israel, Najman Shai, para armar a Ucrania, ante el creciente uso de armas iraníes por parte de Moscú contra la antigua República Soviética, informó Haaretz.

Dmitri Medvédev, expresidente ruso y actualmente vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia advirtió recientemente a Israel que el suministro de armas a Ucrania “destruiría las relaciones políticas entre ambos países”.

Se cree que las declaraciones de Medvédev fueron provocadas por el llamamiento público de Shai para que Israel envíe equipo militar a Ucrania en respuesta al creciente papel de Irán en el conflicto, afirmando que “ha llegado el momento de que proporcionemos a Ucrania ayuda militar como hacen Estados Unidos y la OTAN“.

Ucrania ha denunciado una serie de ataques rusos con drones Shahed-136 de fabricación iraní en las últimas semanas. Irán niega haber suministrado los drones a Rusia, mientras que el Kremlin no ha hecho ningún comentario.

“Lamento mucho que, en la situación actual, la voz de Shai esté tan sola en el gobierno”, dijo Sharansky, expreso político soviético y activista de los derechos humanos que ha acusado anteriormente a altos funcionarios israelíes de poner “pretextos” para evitar condenar la agresión rusa.

Sharansky descartó a Medvédev como una figura periférica a pesar de su posición oficial y subrayó que mientras “Alemania y otros países europeos superaron su temor a un invierno frío y están ayudando a Ucrania de muchas maneras, Israel parece ser el último país del mundo libre que todavía tiene miedo de irritar a Putin“.

“En vista de los últimos ataques bárbaros contra las ciudades ucranianas, es hora de que nuestro país adopte una posición moral clara y apoye [a Kiev] con medidas prácticas, incluyendo la entrega de armas defensivas para proteger a la población pacífica”, dijo.

Esta forma de actuar es necesaria no solo por consideraciones morales, sino también “en vista de que Irán se ha convertido en un socio tan cercano de Rusia“.

Sharansky señaló que es “ridículo que Israel continúe construyendo su política sobre la esperanza de que frente a Irán, Rusia preferirá los intereses de Israel”, dijo en referencia a la posición declarada del gobierno israelí de que alienar a Moscú podría poner en peligro la libertad de acción de Israel en Siria, donde las fuerzas rusas se han mantenido al margen y han permitido repetidos ataques contra objetivos iraníes.

Jerusalén considera que la relación con Rusia es especialmente delicada. Además de la coordinación bilateral en materia de seguridad, que permite a Israel realizar ataques aéreos en Siria, algunos funcionarios temen que un deterioro de la relación lleve a Moscú a prohibir le emigración de cientos de miles de rusos.

Este verano, el Ministerio de Justicia de Rusia pidió a un tribunal local pronunciarse sobre el cierre de las oficinas de la Agencia Judía para Israel, alegando que había violado la legislación rusa durante sus actividades en el país, lo que dio lugar a una disputa legal que aún no se ha resuelto, incluso cuando un número cada vez mayor de judíos rusos huyen del país ante la reciente movilización masiva.

Funcionarios ucranianos han pedido el apoyo de Israel tras los recientes ataques con drones iraníes, y un asesor del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, preguntó en un tuit la semana pasada si “no deberían los países para los que Irán es una amenaza existencial enviar su defensa aérea a Ucrania”.

En una publicación de Facebook, el embajador ucraniano Yevgen Korniychuk acusó a Rusia de unirse al “eje del mal” y de amenazar no solo a Ucrania “sino también al resto del mundo civilizado, del que forma parte Israel“.

Mientras que Zelensky acusó recientemente a Israel de no proporcionar “nada” a Ucrania, Andriy Yermak, jefe de su oficina, dijo a periodistas israelíes a principios de este año que los servicios de inteligencia de Ucrania estaban “cooperando muy estrechamente” con sus homólogos israelíes. La semana pasada, The New York Times informó que Israel está proporcionando a Ucrania información sobre los aviones no tripulados iraníes desplegados por Rusia, incluso cuando rechaza la reiterada petición de Kiev de sistemas antimisiles.

Al preguntarle sobre los comentarios de Medvédev, el ministro Shai dijo a Haaretz que “tenemos que hacer todo lo posible para ayudar a los civiles de Ucrania que están siendo atacados en este momento de crisis”.

“En este momento el reto es cómo proteger el frente interno. Israel tiene una experiencia única en este sentido, defendiendo el frente interno y protegiendo a los civiles. Mantengo mi posición de que es nuestro deber como seres humanos, como judíos y como israelíes no quedarnos con los brazos cruzados y como tal propongo proporcionar a Ucrania asistencia defensiva y humanitaria”, enfatizó.

A pesar de las declaraciones de Shai, el consenso político en Jerusalén parece seguir favoreciendo la cautela, un enfoque respaldado por el exviceconsejero de seguridad nacional Chuck Freilich, quien expresó “profundas reservas” sobre el suministro de armas a Ucrania.

Rusia puede causarnos enormes problemas en Siria [y] en términos de la cuestión nuclear de Irán, haya o no un nuevo acuerdo, así como en las futuras relaciones con Irán. Si Rusia necesita a Irán, tendrá que pagarle, quizás con los S400 (sistemas de defensa antimisiles) y más. Para nosotros es un problema militar importante que demasiados descartan con demasiada facilidad. Así que es necesario mantener la cautela”, apuntó.

En este sentido, el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz aclaró hoy durante una sesión informativa para los embajadores de los Estados miembros de la Unión Europea en Israel que su país ha ofrecido ayudar a Ucrania a desarrollar un sistema de alerta temprana, pero no proporcionará sistemas de armas.

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