Enlace Judío.- El exembajador de EE. UU. en Israel, David Friedman, criticó duramente el acuerdo marítimo entre Israel y el Líbano recientemente anunciado que vio a las dos partes ajustar los límites de sus aguas territoriales y económicas tras años de esfuerzos de mediación estadounidense.

En una entrevista exclusiva para Israel Hayom, el exembajador estadounidense David Friedman dijo que la decisión de Israel de dar al Líbano el 100% del área en disputa tiene consecuencias, porque “le dice al mundo que está dispuesto a pagar de más por la protección”, 

El acuerdo ha generado fuertes críticas de la derecha, que acusó al primer ministro Yair Lapid de ceder ante la presión debido a las amenazas de guerra del grupo terrorista libanés Hezbolá.

Hezbolá incluso había enviado drones a la planta de perforación de gas cercana para advertir que podría atacarla si el Líbano e Israel llegaban a un acuerdo que no estaba en sus términos, aunque Israel no tenía reclamos sobre los depósitos de gas al norte de sus aguas económicas.

En la entrevista, Friedman dijo que Hezbolá esencialmente extorsionó a Israel cuando presionó al Líbano para exigir toda el área en disputa.

“¿[Israel] quiere que lo perciban como dispuesto a pagar demás, dando valor añadido a un grupo terrorista para proteger su territorio soberano? Puede crear un argumento poderoso y enviar un mensaje muy peligroso”, dijo Friedman sobre las concesiones israelíes, que se apartaron de las propuestas de Estados Unidos cuando sirvió en la administración Trump.

“En general, estábamos de acuerdo con Israel en que sería un compromiso muy justo para Israel dar a Líbano el 60 % del territorio en disputa e Israel obtendría el 40 %. Israel estaba preparado para hacerlo, pensamos que era extremadamente justo”, dijo. Friedman cree que las nuevas concesiones israelíes que resultaron en entregar toda la zona al Líbano se debieron a la presión estadounidense.

“Nuestra experiencia fue que la división 60-40 habría sido aceptable para el gobierno libanés pero no lo fue para los apoderados de Hezbolá, y es por eso que el trato no se hizo [durante los años de Trump]. En mi opinión, Hezbolá está en una muy buena posición dentro del Líbano para atribuirse el mérito de mejorar la economía, gracias a un mejor acuerdo. Si se pretende mostrar que el Líbano tiene su propia identidad independiente de Hezbolá, esto prueba todo lo contrario, prueba que Hezbolá fue una de las principales partes negociadoras y fue la parte que logró obtener las concesiones adicionales de donde estábamos hace un par de años”.

Según el nuevo acuerdo, Israel acordó entregar el área en disputa, que incluye algunas aguas territoriales pero principalmente aguas económicas. A cambio, obtendría el reconocimiento “permanente” libanés de su frontera existente con el estado enemigo cerca de la costa, así como una parte de los ingresos de la extracción de gas en un campo ubicado en aguas libanesas si se encuentra suficiente gas para  extraer.

Para Friedman, el acuerdo “puede ser un buen negocio para Israel si su estrategia es aplacar a Hezbolá  asegurando que al menos [el campo de gas] Karish se conecte, no es un cálculo irracional, y me parece que es lo que hicieron: Pagaron de más en Qana [campo] para poder obtener algo de protección en Karish. Pero, hasta cierto punto, revela la debilidad de que Israel necesita hacer este tipo de concesiones para evitar acciones de Hezbolá; tal vez funcione y tal vez no, no estoy cuestionando la decisión, pero es importante que la gente entienda que el mensaje de esa decisión tiene consecuencias, le dice al mundo que Israel está dispuesto a pagar de más por su protección”.

Friedman advirtió que las garantías estadounidenses diseñadas para garantizar que el Líbano cumpla con el acuerdo podrían ser problemáticas.

“Como estadounidense, realmente no pude entender la idea de cuál es la garantía estadounidense para Israel. En primer lugar, no hay garantía. ¿Qué hará Estados Unidos? Digamos que, Dios no permita, los libaneses se apartan de todo esto. …Mira la carta que [George W.] Bush escribió a Ariel Sharon [en 2005], mira el Memorándum de Budapest… no es que estos papeles sean sólidos como una roca, pero en este caso lo es aún menos, porque exactamente ¿cuál es el compromiso de Estados Unidos en caso de que un futuro Líbano se aparte de este acuerdo? ¿Estados Unidos defenderá a Israel si el Líbano ataca Karish? La historia nos dice que [la garantía] no significa mucho, y más importante aún, ¿por qué busca Israel garantías estadounidenses en cosas como esta? El punto central de la estrategia de seguridad nacional israelí es que se defiende a sí mismo y nunca busca que Estados Unidos pelee sus batallas… Así que ahora Israel hace un trato con un país extranjero, y dependerá completamente de Estados Unidos para garantizar que se cumpla, y si eso no sucede, ¿qué ocurrirá? Israel comenzará a hacer demandas a EE. UU. que éste puede o no estar dispuesto a hacer, y creas fricciones entre dos aliados”.

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