Enlace Judío – Pacientes con cáncer están probando un medicamento compuesto de anticuerpos diseñados en una computadora de Israel “programados” para “decidir” si las células que rodean los tumores son malas o buenas, informó The Times of Israel.

El objetivo del estudio realizado en Australia es evaluar la capacidad de los anticuerpos para combatir las células que ayudan al tumor, al tiempo que aquellas que inhiben el crecimiento del cáncer se fortalecen.

El profesor Yanay Ofran explicó que hasta ahora los tratamientos se han basado en anticuerpos humanos o animales. Se desarrollan en laboratorios y se producen en masa, pero el producto final conserva las limitaciones de los anticuerpos originales.

Aseguró que estas limitaciones se eliminan cuando los anticuerpos son diseñados por computadora y producidos a partir de aminoácidos en un proceso similar a la impresión en 3D.

“Los anticuerpos tienen mucho éxito, pero actualmente se utiliza solo una fracción de su capacidad. Nuestra misión es aprovechar su seguridad, estabilidad, facilidad y durabilidad para liberar toda su capacidad”, agregó.

Ofran, profesor de la Universidad de Bar Ilan, ha publicado numerosos estudios revisados por expertos sobre el diseño de anticuerpos por computadora.

En lugar de realizar una única función, como combatir un solo virus, los “nanorobots” pueden estudiar su entorno y actuar de forma diferente ante distintos tipos de células.

Señaló que AU-007 es el primer anticuerpo diseñado por computadora que entra en un ensayo clínico.

Ofran diseñó el anticuerpo mediante un software de inteligencia artificial en las oficinas de su empresa Biolojic Design, y está siendo probado por la empresa derivada Aulos Bioscience. Actualmente Biolojic trabaja en otros tratamientos.

El avance de Ofran es el resultado de un laborioso proceso de investigación que involucra la creación de millones de anticuerpos y el seguimiento de su comportamiento en el laboratorio.

El software de inteligencia artificial analiza los datos sobre el comportamiento de los anticuerpos. “A partir de las observaciones que recogemos, aprendemos a crear un nuevo anticuerpo que haga exactamente lo que queremos”, subrayó.

AU-007 utiliza anticuerpos que pueden “sentir” o “percibir” su entorno y diferenciar entre las células que probablemente ayuden o dañen un tumor basándose en características del exterior de la célula como los cilios, que son estructuras que sobresalen en forma de antena.

“Lo que hacemos es utilizar el anticuerpo para identificar las células con las que se encuentran, activar las que pueden atacar el tumor y detener las que lo ayudan”, explicó.

Su abuelo, el profesor Yeshayahu Leibowitz, fue un científico muy reconocido en Israel, experto en química orgánica y neurología, y líder en estos campos durante las primeras décadas del país, aunque es más recordado por sus escritos religiosos y políticos.

Ofran espera que su trabajo cambie la comprensión de los científicos sobre el potencial de los anticuerpos, que en la actualidad, se utilizan para neutralizar el coronavirus.

“En lugar de limitarse a buscar un entorno y reaccionar siempre con la misma respuesta, estamos produciendo anticuerpos que pueden actuar de forma condicional, es decir, que si las células aparecen de una manera hacen ‘x’, y si aparecen de otra manera hacen ‘y'”, dijo.

“Esto abre la puerta a terapias más inteligentes que pueden ejecutar planes sofisticados para curar enfermedades”, concluyó.

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