Enlace Judío – A cambio de unirse a la coalición, los partidos Hatzionut Hadatit y Yahadut Hatorá exigen una legislación que permita la segregación de género en actos públicos sin que se considere una discriminación, informó Haaretz.

El primer ministro, Yair Lapid, dijo en respuesta: “Mientras en Irán las mujeres valientes luchan por sus derechos, en Israel, Smotrich y los nacionalistas ultraortodoxos intentan enviar a las mujeres tras las barreras y consagrar en la ley la separación entre hombres y mujeres. ¿Dónde está el Likud? ¿Por qué guardan silencio? Aquí no es Irán“.

Según un reporte de Israel Hayom, Hatzionut Hadatit y Yahadut Hatorá buscan legalizar la separación entre hombres y mujeres en actos culturales, servicios públicos y el sistema educativo de las comunidades ortodoxas y ultraortodoxas. Esto evitará lo que llaman “persecución judicial por el sistema legal”.

En los últimos años se ha intentado normalizar la segregación de género en actos culturales ortodoxos, campus universitarios y otros locales, causando polémica en determinadas circunstancias.

La líder de Avodá, Merav Mijaeli, calificó la medida de antidemocrática.

“Advertimos que una coalición sin mujeres perjudicaría a las mujeres, y ya están exigiendo que no solo ellas, sino también la ley, pueda poner a las mujeres en la retaguardia. Las mujeres no son menos iguales. Nadie tiene derecho a decidir por otra persona dónde se sienta, cómo se viste o si interrumpe o no un embarazo. Esta es la lucha por nuestra democracia”, apuntó.

Uri Reguev, director de la organización Hidush, para la Libertad Religiosa y la Igualdad advirtió que el proyecto de ley sería el primero de muchos que imponen la ley religiosa a los ciudadanos de Israel.

“Este es solo un ejemplo de los esfuerzos que están planeando para destruir la identidad del Estado de Israel como un Estado judío y democrático por parte de aquellos que ven el gobierno democrático como una abominación y que, sin embargo, lo utilizarán cínicamente para ampliar la coerción religiosa e ir en contra de los valores de la libertad, como un paso hacia un Estado de la halajá (ley judía)”, expresó Regev.

Sin embargo, no todos los legisladores consideraron la propuesta como antidemocrática. Matan Kahana, diputado religioso del partido Hamajané Hamamlajtí, argumentó que es necesario aceptar esa segregación de género si el gobierno está realmente interesado en incorporar a la población ultraortodoxa a la sociedad israelí.

“En ciertos grupos la segregación de género es una forma de vida. Prohibir a estas poblaciones la separación entre hombres y mujeres en actos públicos es una imposición. No se exigirá a ningún ciudadano israelí participar en estos actos ni estudiar en instituciones donde se practica la separación. Aquel que valora la integración de los jaredíes en la sociedad israelí no puede imponer su modo de vida a los demás”, tuiteó Kahana.

La semana pasada se publicó la lista de acuerdos entre el líder del Likud, Benjamín Netanyahu, y el presidente de Otzmá Yehudit, Itamar Ben-Gvir, en el marco de las negociaciones de la coalición.

Según el documento, ambos acordaron, entre otras cosas, enmendar la Ley de Desconexión de 2005 para permitir la legalización del asentamiento de Homesh, en el norte de Judea y Samaria (Cisjordania), así como ampliar la ley que evita presentar cargos contra alguien que usa la fuerza para proteger su hogar, negocio o granja, y aplicarla al robo de armas en las bases militares.

Ambos alcanzaron un acuerdo para legalizar y mejorar varios puestos (conocidos por la derecha como “asentamientos juveniles”), dentro de los 60 días posteriores a la formación del gobierno. También acordaron el establecimiento de una yeshivá en el puesto de Evyatar, que fue desalojado el año pasado.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío