Enlace Judío – En el Centro Maguén David hay una escultura llamada “Consejos”. Su autor es un artista mexicano, Víctor Gutiérrez, que conversó con nosotros en exclusiva, en el marco del sensacional concierto de Tania Libertad, presentado por Living Concert.

Menciona que ha sido invitado a este evento por sus amigos de larga data, Nezly y David Cohen.

El escultor Víctor Gutiérrez usa la palabra para esculpir imágenes en el aire, imágenes que evocan antes de evaporarse y dar pie a nuevas palabras y a otras imágenes, como haría un poeta.

Ante las cámaras de Enlace Judío, el artista, cuya obra ha ocupado sitios privilegiados en instituciones comunitarias como el Centro Maguén David, da rienda suelta al verbo para presentarse ante nuestros usuarios y permitirnos asomar un poco hacia su mundo interior, vasto en referencias y envuelto en luz.

Víctor Gutiérrez: Estoy sentado aquí, en un hermoso auditorio, para ver una función sensacional con doña Tania Libertad, y estábamos viendo, en una sala que está improvisada, aquí en el auditorio, tres velas, con tres luces pequeñitas, modestas y gentiles, que decimos “¡Qué poca luz nos da!”

Sin embargo, durante siglos la humanidad se alumbró con esa luz. Y hablando de la luz de la vela, hay veces que decimos que una semilla puede hacer un bosque y una chispa puede acabar con él. Y en México se dijo durante muchos años, básicamente en la época de la hispanización, que “si mirar a las Indias fueres, que sea donde los volcanes vieres.” Y ¿por qué los volcanes? Porque ostentan nieve. Pero ocultan fuego.

Enlace Judío: ¿Cómo ha sido su relación con la comunidad judía?

Víctor Gutiérrez: Mire, me he acercado íntimamente porque me he dedicado a la escultura y tengo varios amigos, entre ellos la familia Cohen, que me han promovido dentro de la comunidad y dentro de todo México. Incluso han llevado mis piezas a otros lugares del mundo, como puede ser Estados Unidos, Panamá o el mismísimo Israel. Y por eso he tenido una comunión amplia con la comunidad.

Y bueno, pues me siento en casa porque me invitan y me dan un lugar de privilegio, a estar con gente bella y para ver un hermoso y bello espectáculo. Porque si hemos de vivir y un día tengamos que morir, lo hagamos en medio de la belleza.

 

Víctor Gutierrez
Víctor Gutiérrez

EJ: Maestro, ¿qué obra de usted se fue a Israel?

Víctor Gutiérrez: Yo he hecho esculturas figurativas que representan a la mujer mexicana y a la mujer universal. Una mujer que usa rebozo recatado… e incluso al entrar a este auditorio, hay una pieza doble que se llama Consejos. Han llevado mis piezas a colecciones privadas a Israel, donde ojalá tuviera yo un monumento o una pieza más importante, hablando del formato.

De formato importante, decimos que es a partir del tamaño antropométrico, que es ya monumental. Pero hay piezas muy grandes que deben ser tan amables para vivir con el hombre. Y una pieza pequeñita debe de tener la ilusión de que es una pieza monumental. En ese sentido, lo pequeño y lo grande es muy relativo. Porque hagamos de nuestro mundo, de nuestro pequeño mundo, un gran mundo.

Y de nuestro gran mundo en el que vivimos, que sea tan amable que lo podemos tener dentro de nuestro corazón.

 

Víctor Gutierrez dibuja a Tania Libertad
Víctor Gutiérrez dibujó a Tania Libertad

EJ: Usted representa a la mujer mexicana. ¿Qué le inspira la mujer mexicana?

Víctor Gutiérrez: Me inspira fuerza, me inspira reto y me inspira amor. Me inspira reto porque ha tenido que luchar con la circunstancia del mundo moderno y yo he sido testigo. Yo nací exactamente a la mitad del siglo XX, en 1950, y me di cuenta que la mujer fue descubierta en la segunda mitad de ese siglo, con todo su potencial.

Nada más habría que pensar que en México (la mujer) vota por primera vez en 1954. Quiere decir que antes de esa fecha no era ciudadano y ella se lo ha ganado luchando día a día y siendo la compañera perfecta y la madre perfecta. Por eso, llena de fuerza, pero llena de bondad y de amor.

EJ: Parece, maestro que, aparte de escultor, usted es todo un poeta. ¿Tiene también obra poética?

Víctor Gutiérrez:: Trato de hacer poesía con mi escultura. Pienso que en mi escultura, cada depresión es un valle. Cada prominencia, una colina. Le pongo textura y le pongo color, los colores de México, para hacer poesía con mi obra.

Hago dibujo y pienso que todo dibujo es perfecto. No sólo los hechos por mí, sino los hechos por cualquier persona, porque es un idioma más, el idioma del dibujo. Tengo un taller donde invito a todas las personas. Tengo cinco sesiones por semana para que vayan y expongan y saquen de ellos el dibujo que llevan dentro.

Es que yo nunca he dibujado. El dibujo es tomar un lápiz y una superficie plana y poner un punto. Porque “deme un punto de apoyo y moveré al mundo.” Quiero decir que el punto es el alfa y el omega del dibujo. Cuando empezamos una novela y escribimos, lo primero que ponemos es un punto para que con una serie de puntos hagamos una línea y después dibujemos el sonido. Y al final, cuando decimos “se terminó” y es el fin, ponemos el punto final. Eso es todo lo que se requiere para dibujar. Eso es lo que se requiere para hacer arte, para que nuestra vida tenga un principio y un fin.

EJ: ¿Así empezó usted, con un punto?

Víctor Gutiérrez: Así empecé, con un punto. Pero como yo soy escultor, digo que para ser escultor lo primero que hay que hacer es embarrarse.

Hay un material sensacional que nos lo dio la Madre Naturaleza, que es el barro. Es agua y es tierra y nada más. Pero ¡qué nos importa toda esa gente que mira la tierra y no ve más que tierra! Porque la tierra es la madre, es la fuente fundamental de la vida, y le ponemos agua y, en ese momento, tenemos el material idóneo para modelar, para gestar y para crear. Los científicos descubren; el arte crea.

Entonces, cuando tenemos ese material y nos embarramos, que es embadurnar con barro, en ese momento surge la creación.

EJ: Se ve que le gusta la Biblia…

VG: El Pentateuco nos habla de la historia, de la creación del hombre mismo, de nuestras debilidades y pecados…

EJ: Que también nació del barro…

VG: Por supuesto, por supuesto. Entonces, claro que sí, nos tenemos que unir a ese pensamiento primigenio de la civilización, de la hermandad y de todo lo que atañe con lo humano. No somos perfectos, somos perfectibles, pero seguimos y seguimos reglas elementales y primigenias. Un día encontraremos que somos un solo hombre y somos un solo ideal.

EJ: En la cultura judía hay muchas esculturas importantes, entre ellas del famoso Goliat…

VG: He oído muy poco al respecto. Me gustaría saber más. Me gustaría viajar a Israel. No he tenido la oportunidad porque también ahora es el centro neurálgico del sionismo. Que se proyecta hacia todo el firmamento y hacia todo el orbe. No he tenido la oportunidad. Espero que antes de morir pueda yo visitar esas tierras que nos hablan de varias culturas, todas legendarias, todas lejanas y cercanas. Porque seguimos siendo los mismos hombres, con el mismo ideal y con los mismos sueños.

Esperemos que los sueños de hermandad sean los que prevalezcan en el orbe.

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