Enlace Judío- El libro de la escritora israelí Hanna Rosin, “The end of men”, plantea la acelerada decadencia del género masculino y cómo las mujeres se están imponiendo en todos los ámbitos.

 En su reciente artículo “El futuro les pertenece a ellas” John Carlin lo presenta como el más destacado sobre el tema.

La igualdad ya no es la meta final. En la sociedad postindustrial las mujeres dominan.

Hanna Rosin nació en una familia judía en Israel en 1970. Reside en Washington en Estados Unidos. Su padre era taxista y su madre trabajaba de dependiente en una joyería. Rosin se siente totalmente judía. En 2010 ganó el National Award Magazine de Estados Unidos por una serie de artículos sobre la circuncisión.

En una entrevista en “The Times of Israel” Rosin destaca que “The end of men” no es un libro feminista y que ella se limita a realizar un análisis objetivo de la decadencia de los hombres y de como en Estados Unidos y en otros países las sociedades se están convirtiendo en matriarcados.

Rosin constata que un alto porcentaje de mujeres dice que ya no necesita a los hombres

Se basa en un amplio número de estadísticas que establecen un patrón. Hasta los 30 años las mujeres no quieren relaciones estables con hombres. Les gusta salir de fiesta y seducir a los hombres manteniendo con ellos relaciones sexuales ocasionales sin compromiso que les hagan a ellos desearlas más.

A los 30 sienten la llamada de la maternidad y se casan o empiezan a vivir con hombres. Tienen hijos. A los pocos años se aburren de sus maridos, se dedican a seducir a otros hombres y se divorcian.

Como abogado puedo constatar que el patrón de Rosin se aplica también a España. En 2022 el 98% de los divorcios que han pasado por mi despacho han sido solicitados por mujeres. Si ha venido algún hombre a verme es porque el divorcio lo había pedido su mujer.

En la mayoría de los casos las mujeres dan como motivo de divorcio que se aburren con sus maridos. En muchos han descubierto el estímulo de seducir a otros hombres que frecuentemente son compañeros de trabajo. A las mujeres ya no les interesan los “hombres normales”.

Rosin explica que a principios de 2010, las mujeres ya eran mayoría (51,20%) en la clase trabajadora, por primera vez, en la historia de los EE.UU. Muchas empresarias son mujeres.

Y por cada dos hombres que consiguen un título universitario, tres mujeres harán lo mismo.

Hanna Rosin relata que en los años 70, el biólogo Ronald Ericsson halló una forma de separar los espermatozoides XY de los XX. Vendió su técnica a clínicas de todo EE.UU. Al principio las parejas elegían tener niños. En la actualidad el 75% de pacientes de las cínicas que pueden elegir sexo prefiere una niña.

Como dice Rosin, el masculino ha sido el sexo dominante desde el principio de la historia. Pero por primera vez en esta historia, eso está cambiando a una velocidad sorprendente.

Los cambios culturales y económicos siempre se refuerzan unos a otros. Y la economía global está evolucionando de manera que las mujeres se convierten en el sexo dominante.

Rosin defiende que las mujeres han sido programadas para encontrar hombres fuertes buenos proveedores y cuidar de su descendencia pero que esta era ha llegado a su fin.

Rosin señala que la clase trabajadora, que durante años ha definido nuestra idea de la masculinidad, está mirando hacia el matriarcado, con hombres cada vez más ausentes de sus casas y mujeres tomando todas las decisiones.

Las mujeres dominan hoy las universidades y escuelas profesionales. De los 15 sectores previstos para crecer más en la próxima década en EE.UU., 13 son principalmente liderados por mujeres.

Los atributos exigidos por la economía postindustrial no entienden de fuerza y tamaño masculinos. Inteligencia social, comunicación abierta y la capacidad de concentración no son predominantemente cualidades masculinas.

El año pasado, Islandia eligió como Primera Ministra a Johanna Sigurdardottir, la primera cabeza de Estado abiertamente lesbiana, que había hecho campaña en contra de la élite bancaria masculina que, según ella, había destruido el sistema bancario del país, e hizo votos para acabar con “la edad de la testosterona”.

Ana Rosin comenta que una mujer joven le decía que los hombres “son la nueva bola de hierro encadenada a tu pierna”.

Los acontecimientos de Irán refuerzan la tesis de Rosin en un país aparentemente inmune a las corrientes feministas. Hoy las mujeres están en plena rebelión callejera contra los ayatolás. Han perdido el miedo, han tomado confianza y ya no se resignan a aceptar el status quo machista.

Un incidente del mes pasado en España en el que unos chicos universitarios gritaron insultos (“putas ninfómanas” y otros) a unas universitarias causó bastante revuelo en los medios pero, lejos de representar un paso atrás para las mujeres, fue una expresión más de la creciente impotencia masculina frente a la ola que les arrasa. Las supuestas víctimas, sabiéndose del lado ganador, ni se inmutaron.

Están ganando abrumadoramente las mujeres. Los hombres van camino de convertirse en donantes para bancos de semen.

*Pedro Beltrán es Presidente de la Asociación Europea de Abogados