Enlace Judío – La respuesta es positiva más allá de las reservas que partidos del centro e izquierda del país como entidades nacionales e internacionales ya difunden respecto a la formación y rumbos del próximo gobierno de Israel.

En rigor no sólo Washington manifiesta reservas y objeciones a una coalición formado por figuras que se injertarán en puestos clave en la naciente coalición. También gobiernos europeos y  medios informativos en múltiples idiomas señalan que tanto la estructura social y política como el itinerario del país cambiarán radicalmente al entrar en funciones la dispar coalición encabezada por Bibi.

Ciertamente, no pocos observadores y analistas -locales y extranjeros- del escenario israelí apuntan que el gobierno de Netanyahu en formación aún debe lidiar con un difícil tema: qué funciones ofrecerá a unos trece altos miembros de su partido que esperan y exigen cargos en el próximo gabinete.

Algunos de ellos no dejan de manifestar enojo por el carácter secundario de los puestos ministeriales que habrán de recibir. Pero saben que conforme a la ley aprobada hace algunos días la escisión de un partido es posible sólo si por lo menos cuatro de sus representantes resuelven crear un nuevo organismo. Perspectiva lejana en estos días.

Cabe agregar que no es casual que Putin es el actor de la primera conversación de un líder extranjero con Bibi. Además de felicitarlo el dirigente ruso quiso asegurarse que Israel no hará aporte sustantivo alguno a Ucrania.

Claramente, si la expectativa del líder ruso no es plenamente satisfecha, los selectivos tramos de libertad que se permite la aviación israelí en sus acciones contra equipos militares enviados por Teherán a Siria conocerán severas restricciones.

Anticipo por añadidura no pocas tensiones en la estructura militar del país cuando Bezalel Smotrich pretenda tomar el liderazgo en el control militar de Judea y Samaria a fin de ofrecer sólido respaldo al medio millón de judíos que hoy habitan estas regiones que de momento no forman parte legítima del país.

No es secreto que el ministro Smotrich pretende alentar la masiva colonización judía en ellas sin considerar la legítima resistencia de palestinos que las habitan desde hace siglos.

Acción que perturba severamente al alto mando militar israelí pues con justicia éste considera que Judea y Samaria no forman parte internacionalmente reconocida de Israel. Intervenciones formalmente indebidas merecerán en consecuencia el repudio regional y global.

Por otra parte, el amplio control de las fuerzas policiales del país que Itamar Ben Gvir pretende ejercer cambiará radicalmente las prudentes modalidades que éstas han revelado hasta aquí en las acciones contra árabes y beduinos en Be’er Sheva y en el Néguev.

Pretende -entre otros propósitos- imponer un nuevo orden en el sur del país y alentar la presencia judía en esta región.

En suma: las orientaciones políticas e ideológicas del próximo gobierno alterarán no sólo la retórica gubernamental. Juzgo que se verificará un sustantivo cambio de rumbos que Washington y países europeos y latinoamericanos le opondrán severas reservas.

Alentará por añadidura tensiones y discordias en las diásporas, ya sea por las objeciones que éstas ya presentan respecto a los nuevos rumbos de Israel, ya sea por el aliento que producirá a expresiones antijudías en las diásporas.


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