Enlace Judío – La empresa israelí de tecnología cibernética Wiz tiene la intención de mover su dinero de Israel a cuentas bancarias extranjeras ante la reforma judicial del gobierno de Benjamín Netanyahu, informó The Times of Israel.

Según el Canal 12, se cree que la empresa tiene decenas de millones de dólares en efectivo que sacará del país. Se dejará una cantidad relativamente pequeña para cubrir los gastos corrientes y los salarios de los empleados locales.

En las últimas semanas, altos ejecutivos de la comunidad empresarial y tecnológica de Israel expresaron públicamente su preocupación por la reforma judicial, que limitaría severamente la capacidad de la Corte Suprema de Justicia.

También le daría al gobierno de coalición del primer ministro Netanyahu control sobre los nombramientos de los jueces y permitiría a los ministros nombrar a sus propios asesores legales.

El Canal 12 dijo que Wiz, que fue cofundada por el director ejecutivo Assaf Rappaport, exjefe del centro de desarrollo de Microsoft en Israel, tomó la medida después de que los inversionistas presionaron a su gerencia para que tomara precauciones en medio de la incertidumbre sobre la legislación planeada y lo que consideraban un peligro creciente a la economía de Israel.

Rappaport se ha pronunciado en contra de la reforma y advirtió en las últimas semanas sobre su posible impacto económico.

Wiz está valorada en 6 mil millones de dólares y es considerada una de las empresas de alta tecnología más exitosas del país. Ahora existe la preocupación de que otras empresas se unan a las que ya han hecho movimientos similares.

Hace dos semanas, Papaya Global, una plataforma de gestión de pago y nómina global con sede en Tel Aviv, declaró que planea retirar todos sus fondos de Israel en protesta por los planes del gobierno.

El impacto económico inmediato de un movimiento como el de Wiz es limitado, ya que las empresas constituidas en Israel, incluidas aquellas con oficinas en otros países, deben pagar a la Autoridad Fiscal de Israel por sus fondos, incluidas las del extranjero, según Globes.

Sin embargo, si tal movimiento crece y otros negocios lo siguen, los bancos podrían ver una retirada de capital.

Globes dijo que las estimaciones del mercado son que otras empresas también están sacando dinero del país sin anunciar el proceso.

La retirada de Wiz se produjo cuando un informe del gigante bancario HSBC se unió a un coro de advertencias del mundo financiero de que las reformas legales propuestas por el gobierno podrían dañar la economía.

El informe, que analizó la fortaleza del shekel, continúa recomendando que los clientes inviertan en la moneda israelí, pero advierte que si la revisión continúa, es probable que el valor del shekel caiga.

“No podemos ignorar los acontecimientos políticos”, escribió el banco en su informe.

La semana pasada, el principal instituto financiero de EE. UU., JP Morgan, advirtió sobre un riesgo creciente de invertir en Israel debido a los planes de gran alcance del nuevo gobierno.

JP Morgan señaló la posibilidad de que la reorganización judicial pueda ejercer una presión negativa sobre la calificación crediticia de Israel, que según dijo actualmente “se encuentra cómodamente en el nivel de grado de inversión”, lo que podría ralentizar el flujo de inversión internacional.

El banco enfatizó, sin embargo, que espera que “el impacto en el mercado de eso sea limitado”.

En enero, los jefes bancarios advirtieron a Netanyahu que habían comenzado a ver una salida de fondos, con cuentas de ahorro que se trasladaban de Israel al extranjero.

Los expertos financieros, las empresas y las organizaciones comerciales han intensificado sus advertencias sobre los planes del gobierno, que, según dicen, amenazan la democracia y dañarán la economía, en particular la próspera industria tecnológica local.

Se teme que un debilitamiento del sistema judicial genere incertidumbre y reduzca la probabilidad de que los inversionistas extranjeros inyecten fondos en las empresas locales. Esto, a su vez, podría obligar a las empresas locales e internacionales a irse y establecerse en otro lugar.

Netanyahu, quien técnicamente no puede opinar sobre la reforma judicial que podría afectar el resultado de su juicio por presunta corrupción en curso, ha rechazado las crecientes críticas, asegurando que la actual situación del Poder Judicial, que se busca cambiar, está obstaculizando el crecimiento económico.

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