Enlace Judío –  El Movimiento por un Gobierno de Calidad en Israel solicitó este jueves a la Corte Suprema de Justicia que declare a Benjamín Netanyahu no apto para el cargo de primer ministro de Israel, informó The Times of Israel.

El grupo argumentó que Netanyahu está violando un acuerdo de conflicto de intereses que le impide involucrarse en asuntos que podrían afectar su juicio en curso por cargos de presunta corrupción.

El organismo citó como parte de su petición la actual propuesta de reforma judicial que busca aprobar el gobierno de Netanyahu.

Reportes recientes afirmaron que la Fiscal General de Israel, Gali BaharavMiara, estaba analizando la posibilidad de ordenar la renuncia de Netanyahu por violaciones del acuerdo de conflicto de intereses, a la luz de sus comentarios públicos que respaldan la reforma judicial. Esos reportes fueron negados por la oficina de la Fiscal General.

Pero el grupo anti-Netanyahu está avanzando con el esfuerzo y dijo en un comunicado que el primer ministro “ha demostrado que es incapaz de separar sus asuntos legales y la gestión del país, y está tratando de destruir la democracia”.

En la propia petición, el grupo reconoció que la Corte se ha pronunciado en contra de dar un paso tan drástico en el pasado. Sin embargo, dadas la reforma judicial de gran alcance del gobierno, la necesidad de que Netanyahu sea destituido se ha vuelto más urgente, afirmó.

La petición también está en desacuerdo con la reciente decisión de Netanyahu de nombrar a su aliado David Amsalem para el puesto de ministro adicional dentro del Ministerio de Justicia, y le pide a la Corte que suspenda dicha decisión.

El Movimiento por un Gobierno de Calidad señaló que Netanyahu se reunió recientemente con Amsalem para discutir la revisión judicial planificada, que según el grupo también constituye una violación del acuerdo de conflicto de intereses del primer ministro.

Netanyahu está siendo juzgado en tres casos de corrupción por cargos de fraude y abuso de confianza, además de soborno en uno de ellos. Niega haber actuado mal y afirma sin pruebas que los cargos fueron fabricados en un intento de golpe político liderado por la policía, la fiscalía estatal, los medios de comunicación y rivales de izquierda.

La reforma del gobierno de Netanyahu busca imitar al Poder Judicial, conteniendo drásticamente el poder de revisión judicial de la legislación emitida por la Knéset por la Corte Suprema; permitiría que la Knéset vuelva a legislar leyes si la Corte las anula; daría al gobierno control sobre los nombramientos de jueces; y convertiría a los asesores legales de los ministerios en designados políticos.

Los defensores de la reforma judicial consideran que es necesaria para frenar lo que consideran una influencia desproporcionada del Poder Judicial frente al Legislativo y Ejecutivo, mientras que sus detractores la ven como un peligro para la democracia israelí.

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