La importancia de ser Uno. Historias jasídicas de rab Mendel de Vorki

Enlace Judío – Rab Mendel de Vorki fue hijo de Rab Yitzjack de Vorki, uno de los principales líderes jasidicos del siglo XIX. Ambos pertenecían a la dinastía de Pshischa y eran cercanos al Jozeh (Vidente) de Lublin, a rab David de Lelov y rab Simja Bunam. En las enseñanzas de ambos lo que más destaca es el enfásis que hacen en la fuerza interior del individuo, en la importancia del silencio y en el ver más allá de lo aparente. En el caso partícular de rab Mendel es sorprendente cómo resalta la fe hacia D-os desde el fortalecimiento de la independencia y la individualidad; en el hacer de la fuerza y la voluntad divina tu propia voluntad.

Las historias lo describen como un hombre ecuánime, siempre callado, con una gran fortaleza espiritual. Los siguientes relatos recuperados por Martín Buber son una pequeña muestra de sus enseñanzas.


La Voz

[Tras la muerte de rabí Yitzjak de Vorki muchos rabinos fueron a visitar el pueblo donde el difunto vivía. Entre ellos rabí Benjamín, quien ya entrado en años se encontraba muy débil. Los dos hijos de rabí Yitzjack fueron a ver a rabí Benjamín]

“Hijos”, les dijo, “me gustaría que me dijeran cómo debemos interpretar las palabras de las Escrituras: Y todo el pueblo vio la voz”. Rab Yaakov David, el hijo mayor, hizo una interpretación sumamente perspicaz, pero rab Menahem Mendel, el menor, guardó silencio como era su costumbre. “¿Y tú qué tienes para decir?”, preguntó rab Benjamín.
“Digo”, respondió Menahem Mendel, “que debemos entenderlas como: vieron y se dieron cuenta que uno debe tomar la voz dentro de sí mismo y hacerla suya”. (1)

Análisis

La belleza de esta historia radica en la independencia que el rabino resalta. La voz de la que hablan en la discusión es la voz que el pueblo de Israel escuchó en el Monte Sinaí, es la voz de D-os. Existen muchas discusiones rabínicas al respecto de por qué el pasaje usa la vista para referirse a las palabras de D-os; qué quiere decir que el pueblo “vio la voz”.

Rab Menahem Mendel resalta la individualidad, implica que el ver la voz de D-os es querer hacer propio el deseo de D-os. A la vez que remarca la obediencia a la divinidad habla de una sintonía entre el interior y el exterior, entre el individuo y la espiritualidad; pues para rab Mendel el ver la voz es entenderla desde adentro “hacerla suya”.


Noche de Silencio

Una vez rab Menahem Mendel pasó la noche entera en compañía de sus jasidim. Nadie habló, sin embargo, todos sentían una gran reverencia y vivieron un estado de éxtasis. Finalmente el rabino dijo: “¡Bravo por el judío que conoce el significado de ‘Uno’ como uno!” (2)

Análisis

La palabra Uno con mayúscula generalmente se usa para referirse a D-os. En el Shemá Israel (uno de los rezos más importantes para el judaísmo) afirmamos que D-os es Uno y Su Nombre Uno, y en distintos rezos pedimos ser Uno con D-os. El sentarse juntos en grupo sin hablar es un ejercicio que le permite a la persona estar presente, percibir lo que lo rodea en su entorno. La unidad de la que habla el rabino es a la vez la unidad de los jasidim como grupo, es decir de cada uno de los individuos con los demás participantes, como con D-os por la aceptación del espacio que los rodea. El “uno” final también remarca al individuo a la presencia que carga consigo mismo al ser sujeto.


Un grito sin sonido

Rab Mendel comentó una vez sobre el versículo de las Escrituras: “Pues Dios había oído la voz del muchacho”. Lo explicó de esta manera: “Nada en los versículos anteriores indica que Ishmael gritara. No, fue un grito insonoro, y Dios lo oyó”.

Análisis

Lo que nos une a D-os es nuestra consciencia la cual va más allá de las palabras. Muchas veces tenemos una emoción y no sabemos que palabras ponerle a la misma. El rezo en sí es con palabras para que tomemos consciencia de nuestros deseos, no tanto en sí para que D-os escuché como tal, pues D-os es inmaterial. Lo bello del relato es que remarca esa unión entre el hombre y D-os que va más allá de nuestro poder intelectual, y nos dice que D-os nos mira incluso en formas que nosotros mismos no somos capaces.


Una muerte hermosa

Poco después de la muerte de un tzadik que era amigo del rabí de Vorki, uno de sus jasidim que había estado presente en el fallecimiento, se acercó al rab Mendel y le contó al respecto.
“¿Cómo fue?”, preguntó rab Mendel.
“Hermoso” contestó el jasid. “Fue como si pasará de una habitación a la siguiente”.
“¿De una habitación a otra?”, dijo rab Mendel. “No, de una esquina de la habitación a otra esquina”. (4)

Análisis

Esta historia nuevamente remarca la unidad y la presencia. En la concepción judía tzadik (justo) sólo muere cuando ya se perfeccionó a tal punto que su labor en este mundo ya no es necesario, que ya está tan en sintonía con el mundo, con D-os que entra rápidamente a la vida eterna. La historia habla de un hombre que murió en paz, rab Mendel resalta la unidad del mundo al hablar de un sólo cuarto y no dos distintos.


Citas

1) “Children,” he said to them, “I wish you’d tell me how we are to interpret the words in the Scriptures: ‘And all the people saw the voice.’” Rabbi Yaakov David, the elder son, gave a most perspicacious interpratation, but rabbi Menahem Mendel, the younger, was silent as usual. “And what have you to say?” asked Rabbi Benjamin.
“I say,” answered Menahem Mendel, “that we most take it to mean: they saw and realized that one must take the voice into oneself and make it one’s own.”

2) Once rabbi Menahem Mendel spent an entire night in the company of his hasidim. No one spoke, but all were filled with great reverence and experienced great elation. Finally the rabbi said: “Well for the Jew who knows the meaning of ‘One’ is one!”

3) Rabbi Mendel once commented on the verse in the Scriptures: “For God had heard the voice of the lad.” He explained it in this way: “Nothing in the preceding verses indicates that Ishmael cried out. No, it was a soundless cry, and God heard it.”

4) Soon after the death of a zaddik who was a friend of the rabbi of Vorki, one of his hasidim, who had been present at the death, came to Rabbi Mendel and told him about it.
“How was it?” asked Rabbi Mendel.
“Very beautiful,” said the hasid. “It was as though he went from one room into the next.”
“From one room into the next?” said Rabbi Mendel. “No, from one corner of the room into another corner.”

Fuente: Tales of the Hasidim, ed Schocken

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Aranza Gleason: Aranza Gleason se define a sí misma como una judía en el exilio. Nació con una raíz dividida como sus poetas favoritos; busca y ama al judaísmo, pero como a los personajes que lee, éste, también se le escapa de las manos. Estudió Lengua y Literatura Inglesa en la UNAM y ha trabajado en Enlace Judío desde el 2017. Le gusta leer, viajar y experimentar el mundo de forma libre.