Enlace Judío – Investigadores de la Universidad de Tel Aviv han logrado diseñar robots autónomos simples que pueden aprender por sí mismos cómo cooperar y realizar tareas complejas en grupo, de acuerdo con World Israel News.

A través de la aplicación de modelos de mecánica de fluidos, los investigadores de la Universidad de Tel Aviv pudieron diseñar grupos de robots autónomos que pueden “enseñarse a sí mismos” a trabajar de forma cooperativa para realizar tareas complejas. Además, los investigadores demostraron que la cooperación sigue siendo efectiva e incluso mejora a alta densidad.

Los hallazgos del grupo se publicaron recientemente en la revista revisada por pares Science Robotics.

Dirigidos por el Dr. Matan Ben Zion, investigador asociado del departamento de física de la Universidad de Tel Aviv, los investigadores dijeron que sus principios podrían usarse para desarrollar enjambres de robots simples y baratos capaces de aprender a realizar tareas complejas en condiciones desconocidas.

“Utilizamos modelos que describen el flujo de materiales blandos para planificar enjambres de robots”, explicó el Dr. Ben Zion.

Comparó un robot que trabajaba solo con una situación de “baja densidad”, mientras que una multitud de robots se consideraba de “alta densidad”.

“Trabajar en alta densidad plantea un desafío de ingeniería: por regla general, los robots autónomos están programados para evitar colisiones y, en alta densidad, reducen la velocidad hasta detenerse por completo”, dijo.

Ahí es donde entró la innovación del equipo.

En lugar de implementar un control lógico para evitar colisiones, el Dr. Ben Zion dijo: “Desarrollamos una estructura mecánica, un resorte esquelético externo que aprovecha las colisiones. Entonces, cuanto más grande y denso es el enjambre, más fuerte es la capacidad emergente de cooperación”.

Los investigadores demostraron que los robots son efectivos para realizar una tarea que un solo robot no puede realizar. En este caso, los robots tenían la tarea de ubicar un área iluminada en una habitación oscura y reunirse en ella. Cada robot recibió instrucciones de buscar áreas con cambios en la intensidad de la iluminación e informar sus hallazgos a otros robots con los que se encontró.

El equipo de la Universidad de Tel Aviv descubrió que debido a que los robots no evitaban las colisiones, permanecían activos, incluso en situaciones muy concurridas. Esto permitió que los robots se enseñaran entre sí y realizaran la tarea de manera eficiente.

“Cuando dos robots se encuentran, pueden intercambiar con frecuencia la información que han revisado”, dice el Dr. Ben Zion. “Descubrimos que una vez que los robots ya no reducen la velocidad para evitar colisiones, la tasa de transferencia de información entre ellos aumenta en órdenes de magnitud”.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío