El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, rechazó las peticiones del ministro de Defensa, Yoav Gallant, de convocar al gabinete para abordar el deterioro de la seguridad en el país y las repercuciones de la reforma judicial en las FDI, informó Haaretz.

En las últimas semanas, Gallant pidió en varias ocasiones una reunión de los representantes de la defensa con los ministros del gobierno para describir el deterioro de seguridad y el efecto de la crisis política en la reserva de las FDI.

El sábado por la noche, en medio de las manifestaciones masivas semanales, el ministro de Defensa pidió frenar el proceso legislativo de la reforma, citando el riesgo para el ejército y la creciente polarización en Israel.

Tras el discurso televisivo otros dos diputados del Likud se unieron a la petición de Gallant.

Yuli Edelstein, presidente del Comité de Seguridad y Asuntos Exteriores de la Knéset, y David Bitan, anteriormente aliado de Netanyahu se sumaron a la petición. Según los informes, el ministro de Agricultura, Avi Dichter, también del Likud, dijo en privado al primer ministro que apoya el freno del proceso legislativo para permitir un diálogo sobre la reforma.

Si finalmente los cuatro votan en contra, Netanyahu no tendrá mayoría para aprobar el paquete de reformas, pero aún no está claro si su oposición declarada se traducirá en un voto negativo en la Knéset.

En respuesta a la declaración de Gallant, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, pidió a Netanyahu despedir al ministro de Defensa, que “entró en el Ministerio de Defensa con los votos de la derecha, pero sucumbió a la presión de los reservistas que amenazaron con negarse a servir e intenta detener la importante reforma”.

El ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi se disculpó ante los votantes del Likud y acusó al ministro de Defensa de “rendirse bajo la presión de la izquierda”. El presidente de la coalición, Ofir Katz, advirtió tras el discurso que “todo aquel que no vote a favor de la reforma esta semana terminará su carrera política en el Likud“.

Por su parte, el líder de la oposición Yair Lapid, aplaudió las declaraciones de Gallant, y calificó la petición como un “paso valiente e importante para la seguridad del Estado de Israel”.

Los líderes de la protesta de los reservistas, miembros del grupo Hermanos de Armas, dijeron en un comunicado que “hoy Gallant y [el exministro de Defensa y diputado de la oposición Benny] Gantz han sentado las bases para el diálogo en Israel a fin de evitar un desastre y una ruptura irreversible entre nosotros”.

Gallant tenía previsto dar a conocer su postura hace dos días, pero Netanyahu se lo impidió. El ministro de Defensa guardó silencio esa noche mientras Netanyahu pronunciaba su discurso, en el que dejó en claro que no tiene intención de frenar el proceso legislativo de la reforma judicial y que la iniciativa sobre el Comité de Selección Judicial se aprobará la esta semana.

Agregó que después de la aprobación de la reforma de ley que impide que la Fiscal General y la Corte Suprema declaren incompetente a un primer ministro, él es libre de involucrarse en la reforma judicial.

La Fiscal General Gali Baharav-Miara le había prohibido a Netanyahu involucrarse en la reforma judicial debido a su juicio por presunta corrupción.

Gallant dijo en privado a Netanyahu en varias ocasiones que le preocupa una posible desintegración del ejército por la reforma judicial. En las últimas semanas, cientos de pilotos de la Fuerza Aérea de Israel oficiales de las fuerzas especiales y miembros de la inteligencia militar anunciaron que dejarán de servir en la reserva si continúa el proceso legislativo de la reforma,. La cúpula militar advirtió tanto a Gallant como al primer ministro que miles más podrían sumarse si el gobierno no cambia de rumbo.

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