El jefe de las FDI, Herzi Halevi, emitió este lunes una carta pública dirigida a todos los miembros del servicio activo y de reserva, pidiendo a los militares que permanezcan fuera de las protestas nacionales contra la reforma judicial, informó The Times of Israel.

“El lugar de las expresiones de protesta es la esfera pública. No tienen ningún lugar en las FDI porque aquí dejan una herida crítica”, escribió Halevi, refiriéndose al creciente número de reservistas que han dicho que no prestarán su servicio.

Halevi dijo que los enemigos del país interpretan las divisiones en el ejército como “una oportunidad para sus complots”. Israel “nunca ha enfrentado tales días de amenazas externas combinadas con una tormenta interna”, escribió Halevi, y enfatizó: “Este es un momento de responsabilidad”.

“Nuestros enemigos deben saber que estamos de guardia y que nadie deserta”, escribió Halevi. “Soy responsable de que cada misión que se les asigne tenga como objetivo defender la seguridad de Israel y sus ciudadanos, y estar de acuerdo con los valores de las FDI”.

Israel enfrenta varios peligros en medio de la ola de manifestaciones, incluido el programa nuclear de Irán, los ataques terroristas palestinos y las recientes tensiones con el grupo terrorista Hezbolá.

La carta de Halevi se produjo cuando las manifestaciones se intensificaron después de que Netanyahu despidiera al ministro de Defensa, Yoav Gallant, por sus llamados a detener la reforma judicial.

Cada vez más, los reservistas, que son una parte clave de las actividades rutinarias del ejército, incluso en las unidades superiores, han advertido que no podrán servir en un Israel antidemocrático, en el que acusan al país en el que se convertirá según el plan del gobierno.

Los soldados también han expresado su preocupación de que la falta de confianza internacional en la independencia del Poder Judicial de Israel podría exponerlos a ser procesados en tribunales internacionales por acciones que se les ordenó llevar a cabo durante el servicio.

La tendencia ha provocado profundos temores entre el establecimiento de seguridad, que advirtió a Netanyahu que la capacidad operativa de las FDI está en riesgo.

Ha habido protestas masivas semanales durante casi tres meses contra la legislación planificada y una ola creciente de objeciones por parte de importantes figuras públicas, incluido el presidente, juristas y líderes empresariales.

En Jerusalén, unas 100,000 personas se manifestaron frente a la Knéset el lunes, mientras que en Tel Aviv un grupo de manifestantes corrió hacia la autopista Ayalon, bloqueando temporalmente el tráfico en el cruce de Hashalom. También se realizaron protestas en Haifa y Beersheba.

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