La empresa farmacéutica estadounidense Moderna busca introducir vacunas contra el cáncer, las cardiopatías y otras enfermedades potencialmente mortales para 2030, según un portavoz de la empresa, informó The Times of Israel.

Un informe de la CNBC confirmó las declaraciones de Paul Burton, director médico de la empresa, quien elogió los estudios prometedores sobre vacunas en una entrevista con The Guardian.

Los investigadores afirman que 15 años de progreso se han condensado en 12-18 meses gracias a las innovaciones introducidas por la vacuna de ARNm COVID-19 de Moderna.

“Creo que tendremos terapias basadas en ARNm para enfermedades raras que antes no se podían curar, y dentro de 10 años nos acercaremos a un mundo en el que realmente se podrá detectar la causa genética de una enfermedad y, con relativa sencillez, editarla y repararla mediante tecnología basada en ARNm“, señaló Burton.

Las vacunas de ARNm COVID-19 funcionan mediante un código genético para la proteína de la espiga que recubre la superficie del coronavirus. Ese código, el ARNm, está encerrado en una bolita de grasa y da instrucciones a las células del organismo para que fabriquen copias inofensivas de la espiga que entrenan al sistema inmunitario para reconocer el virus real.

Moderna está utilizando este método para desarrollar vacunas contra distintos tipos de tumores. En febrero, la vacuna oncológica recibió la designación de terapia innovadora de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA), lo que significa que su revisión reglamentaria se acelerará tras su éxito en pacientes con melanoma.

En enero se concedió este estatus a una vacuna contra el virus respiratorio sincitial (VRS), que tuvo una eficacia del 83.7% en la prevención de al menos dos síntomas, la tos y la fiebre, en adultos mayores de 60 años.

“Tendremos esa vacuna y será muy eficaz, y salvará muchos cientos de miles, si no millones de vidas. Creo que podremos ofrecer vacunas personalizadas contra múltiples tipos de tumores a personas de todo el mundo”, afirmó Burton.

“En los últimos meses aprendimos que el ARNm puede aplicarse a enfermedades infecciosas, cardiovasculares, autoinmunes, el cáncer y enfermedades raras”, añadió.

Señaló que una sola inyección podría cubrir una serie de enfermedades respiratorias como el COVID, la gripe y el VRS.

Moderna comenzó a desarrollar su plataforma tecnológica de ARNm en 2010, lo que ayudó a la empresa a producir rápidamente su vacuna COVID-19.

A finales de ese año, los organismos reguladores estadounidenses autorizaron el uso de las vacunas de Pfizer y Moderna, en base a pruebas de su eficacia.

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