La agitación interna de Israel no arrastrará al país a una guerra civil, dijo este domingo el primer ministro Benjamín Netanyahu, al tiempo que enfatizó su compromiso de lograr un consenso para la reforma judicial, informó The Jerusalem Post.

Citando al ex primer ministro Menajem Begin, Netanyahu declaró: “Guerra civil, nunca”, pero “unidad nacional, absolutamente”, al hablar en una ceremonia conmemorativa a soldados caídos en 1948.

Este mismo día en una entrevista con la cadena NBC, Netanyahu defendió su reforma judicial, que muchos en Israel temen que transformará al país de una democracia a una dictadura.

El primer ministro enfatizó que estaba comprometido a encontrar un enfoque de consenso, una referencia a las conversaciones dirigidas por el presidente Yitzhak Herzog que tuvieron lugar durante el receso de la Knéset cuando se detuvo la reforma judicial.

“He decidido tomarme un tiempo, [para] tratar de lograr un equilibrio entre los puntos de vista opuestos, y hay puntos de vista fuertemente opuestos en ambos lados de nuestra sociedad, y espero llegar a esto por consenso”, dijo Netanyahu. “Creo que en realidad es lo correcto, y lo estoy haciendo”.

Rechazó la afirmación de que la reforma judicial, que asegura fortalecerá la democracia israelí, había dañado la relación de Israel con EE. UU., a pesar de la aparente negativa del presidente Joe Biden de recibirlo en la Casa Blanca en un futuro próximo.

La relación es particularmente fuerte en temas de seguridad, dijo Netanyahu a la NBC. “Cuando comparo el grado de coordinación entre Israel y EE. UU. en asuntos de seguridad, inteligencia, cibernética, operaciones económicas… simplemente no hay comparación con lo que era hace 27 años”, dijo. “Siempre digo que EE. UU. es el aliado indispensable de Israel y, con mucho, el mejor aliado”.

NBC preguntó al primer ministro sobre la supuesta filtración de inteligencia que indicaba que el Mossad había instado a sus miembros a unirse a las protestas por la reforma judicial.

Netanyahu desestimó el informe y dijo que se trataba de un malentendido derivado de una opinión legal que afirmaba que solo los funcionarios de bajo rango del Mossad podían protestar.

“Creo que el Mossad, el ejército [y] nuestros servicios de seguridad interna están trabajando mano a mano conmigo como primer ministro para garantizar la seguridad del país”, dijo. “Y también lo están haciendo muy bien”.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

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