Juntos venceremos
viernes 26 de julio de 2024

Enlace Judío – En unas semanas se festeja Yom Hatzmaut dentro de Israel. Éste es el día en que se celebra la Independencia del estado judío y como tal la trayectoria que ha tenido el país hasta nuestro días. Dentro de Israel en este día se realizan varias actividades para recordarlo como una ceremonia nacional y la entrega de varios premios a israelíes notables en distintas áreas. La gente además aprovecha para salir a la calle y festejar ondeando la bandera de Israel, cantando el Hatikva, asistiendo a antros y bares. Mientras que en la diáspora se organizan reuniones, fiestas o conmemoraciones como forma de solidaridad con el estado judío. También es un día en el cual uno busca aprender cosas nuevas sobre Israel mismo y la gente que da vida a ese país; es usual recordar a hombres y mujeres notables en este día. Los siguientes son cuatro pensadores escritores que han hecho con su obra grandes aportaciones a la filosofía o literatura y al desarrollo de una intelectualidad en Israel.

Martín Buber (1878 – 1965)

Martín Buber es uno de los filósofos judíos más importantes de todos los tiempos. Sus escritos abarcan desde recopilaciones de folclor literario y análisis crítico hasta disertaciones pedagógicas, políticas y teológicas. De entre todos sus trabajos el más reconocido es el libro de Ich und Du (Yo y Tú) donde plantea la existencia del hombre como una relación dinámica y dialógica con el mundo. Desde esa directriz aborda temas de identidad, epistemología y teología discutiendo el lugar que el individuo toma al enunciar el mundo desde una relación utilitaria (Yo y Eso) o no utilitaria (Yo y Tú). Siendo un sionista comprometido fue editor de la revista Die Welt durante un tiempo, pero dejo el puesto por diferencias ideológicas con Herzl.

Nació en Viena tuvo una crianza religiosa pero siempre dentro de un entorno que le daba gran peso a la intelectualidad y el desarrollo cultural secular. Fue profesor e investigador de filosofía casi toda su vida. Participó en los congresos sionistas y cuando los nazis llegaron al poder se vio en la necesidad de dejar su puesto en la universidad de Frankfurt para huir a la entonces Palestina y enseñar dentro de la Universidad Hebrea.

Leah Goldberg (1911 – 1970)

Fue una de las poetas que más ayudó al fomento de la cultura dentro de Israel. Sus obras abarcan desde poesía lírica, crítica literaria, literatura infantil hasta traducciones clásicas al hebreo. Nació en Koenigsberg, Prusia del Este y vivió los primeros años de su infancia en Rusia. En 1917, gracias a la Revolución Rusa, su familia se regresó a Kovno Lituania de donde eran originarios. Ahí ella se desarrolló y atendió a la universidad, pero obtuvo sus estudios de posgrado en Berlín y Bonn.

Para 1935 se instaló en Tel Aviv donde dirigió muchas de las instituciones culturales más importantes para los estudios literarios. Por ejemplo, fundó el departamento de Literatura Comparada en la Universidad Hebrea de Jerusalén, fue editora de Sifryiat Po’alim una de las editoriales más importantes de literatura infantil (ella misma escribió más de 20 libros para niños), y escribió varias publicaciones para Ha’aretz y Davar.

Gershom Scholem (1897 – 1982 )

Es conocido como uno de los historiadores sobre temas judíos más importantes del siglo XX. Así mismo fue una figura central para el desarrollo del pensamiento judío moderno. Primordialmente hizo estudios sobre Cabalá, metafísica y mística judía; varios de sus escritos se encuentran recopilados en el libro De la Cabalá y su simbolismo (1965). Fue maestro de la universidad Hebrea durante muchos años, presidente de la Academia de Artes y Humanidades, y fue elegido vicepresidente de Israel. Era amigo cercano de personajes como Walter Benjamin y Leo Strauss.

Mascha Kaléko (1907 – 1975)

Mascha Kaléko fue una poeta de origen alemán que vivió el exilio a manos de los nazis y pudo refugiarse en Estados Unidos e Israel. Sus poemas eran publicados en periódicos y antologías, hablan primordialmente de la identidad judía, de las migraciones y el dolor de ser desplazados; aunque también tiene poemas en donde el humor y la ironía son el centro de la lírica.

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

“La Segunda Guerra Mundial terminó en 1945; el nazismo continúa”, advierte Ana Francis Mor. Y la legislación mexicana no lo prohíbe.

“No todas las personas entramos en el imaginario colectivo de humanidad. Por ello hay que hacer evidente lo evidente. Mencionar y señalar la importancia de respetar a todos los grupos vulnerables por su raza, etnia, religión, género u orientación sexual”, señaló Ana Francis Mor este martes durante su presentación de la Iniciativa contra los símbolos nazis en el Congreso de la Ciudad de México.

Reiteró la importancia de generar políticas públicas que ayuden a erradicar la discriminación y respetar la libertad de expresión, mientras ésta no atente en contra de la seguridad física y mental de grupos vulnerables en México.

El propósito de la Iniciativa contra los símbolos nazis es incluir en el catálogo de definiciones de la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México, los conceptos nazismo, genocidio, crímenes de lesa humanidad y fascismo. Con ello se busca visibilizar que estos símbolos retoman día a día y de manera preocupante, espacio en nuestra sociedad, lo que genera escenarios que promueven la discriminación, la propagación de discursos de odio y la violencia.

“Hay gente que se burla en las redes sociales cuando advertimos esto, pero los nazis comenzaron poco a poco y aunque la Segunda Guerra Mundial terminó en 1945, el nazismo continúa y hay manifestaciones evidentes en distintos países. En América sólo Canadá y Brasil lo contemplan como delito en sus legislaciones”.

“El pensamiento fascista considera que habemos personas que no merecemos estar vivas ni pertenecer a la humanidad. Por otro lado, el pensamiento acorde a los derechos humanos señala que todas las personas tenemos ese privilegio. Hay que tomarlo en serio.

“La posibilidad de decir en voz alta Soy de una raza superior y hay gente inferior a mí, debe detenerse. El fascismo se construye, ese que implicó la muerte de seis millones de judíos, gitanos, homesexuales, lesbianas, discapacitados, etc., fue legal, ojo. Muchas leyes se aprobaron antes de llegar a eso. Desarrollaron una cultura y una sociedad fascita año con año, acción con acción. La historia nos ha enseñado que hay que mirar el paso uno y detenerlo para que aquello no avance”.

 

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío.

Israel es el refugio seguro del pueblo judío. Debemos proteger los derechos individuales y los valores fundamentales del Estado de Israel como Estado judío y democrático, dijo la presidenta de la Corte Suprema de Justicia de Israel, Esther Hayut en la ceremonia de clausura del Día de Conmemoración del Holocausto, informó Haaretz.

“Si la resistencia judía a los nazis es una escuela para el espíritu humano, nosotros seremos los alumnos, y la lección que aprendimos la recordaremos, la protegeremos y la transmitiremos de generación en generación”, expresó durante su intervención en el Kibutz Lojamei Haguetaot.

Señaló que este año se conmemora el 80 aniversario del Levantamiento del Gueto de Varsovia y la resistencia judía. “La lucha de la Organización Judía de Combate (ŻOB) y la Unión Militar Judía (ŻZW) fue heroica. Ellos serán recordados para siempre como héroes y como aquellos que se vengaron y lucharon por la dignidad judía y humana”, subrayó.

“Elegir la vida después de abandonar el infierno es una muestra heroica del espíritu humano en su máxima expresión. Los sobrevivientes merecen reconocimiento y profundo agradecimiento por encontrar la fuerza para levantarse del polvo, contar su historia y vivir una vida llena de sentido”.

“Y desde nuestro ángulo, el de los jueces, digo en conclusión, que de los horrores del Holocausto y de la gran grieta sobre nuestra nación, aprendimos a memorizar día con día, hora con hora que nuestra labor judicial está completamente inmersa en el amor a la humanidad”, concluyó.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío

Arnold Schwarzenegger publicó un video de YouTube de 12 minutos el mes pasado llamando a la gente a luchar contra el creciente antisemitismo e instó a detener los movimientos que propagan el odio contra los judíos.

En el video, Schwarzenegger habló sobre su visita al campo de concentración de Auschwitz en 2022 y los pensamientos que le vinieron después de su recorrido. Su objetivo, dijo, es que algo así nunca volviera a suceder.

“Una vez que has dedicado tiempo a pensar realmente en [lo que sucedió en Auschwitz durante el Holocausto], entonces tu imaginación no tiene más remedio que comenzar el trabajo real: ¿Cómo evitamos que esto vuelva a suceder? Ya sabes, después de un viaje a Auschwitz, nunca cuestionaría por qué ‘Nunca más’ es el grito de guerra de todas las personas que luchan para evitar otro Holocausto. Nunca cuestionaría eso. Pero hoy, realmente no quiero hablar con esas personas. Yo no quiero predicar al coro aquí. Hoy, quiero hablar con las personas que podrían haber tropezado en la dirección equivocada, en el camino equivocado “, dijo Schwarzenegger, recogió The Jerusalem Post.

Explicó que se estaba acercando a personas que pueden haber “escuchado algunas conspiraciones sobre personas judías o personas de cualquier raza de género u orientación y pensaron: ‘Eso tiene sentido para mí'”.

Continuó: “¿Nazis? Perdedores. ¿La Confederación? Perdedores. ¿El movimiento del apartheid? Perdedores. No quiero que seas un perdedor”.

Schwarzenegger agregó: “Es más fácil poner excusas de que el pueblo judío conspiró para detenerlo que admitir que solo necesitaba trabajar más duro. Es más fácil odiar que aprender”.

“Nadie que haya elegido el camino fácil del odio ha llegado al final del camino y ha dicho: ‘Qué vida’. No. Mueren tan miserablemente como vivieron”.

Concluyó: “Entonces, la conclusión es que no me importa cuántas cosas odiosas hayas escrito en línea. No me importa la frecuencia con la que hayas marchado con esa bandera de odio o las cosas de odio que hayas dicho con ira. Todavía hay esperanza para ti. Todavía hay tiempo para ti. Elige la fuerza. Elige la vida. Conquista tu mente. Tú puedes hacerlo”.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Kevin McCarthy encabezará una delegación bipartidista del Congreso de EE. UU. que visitará Israel a fines de mes y se convertirá en el segundo presidente de la Cámara de Representantes en dirigirse al pleno de la Knéset, de acuerdo con The Times of Israel.

McCarthy, junto con otros 20 demócratas y republicanos de la Cámara, llegarán a Israel el 30 de abril y el orador republicano se dirigirá a la Knéset al día siguiente, dio a conocer el presidente del parlamento israelí Amir Ohana.

El presidente de la Knéset extendió la invitación cuando llamó a McCarthy en enero para felicitarlo por haber sido elegido presidente de la Cámara después de una votación en la que la extrema derecha del Partido Republicano se rebeló contra él.

Las oficinas de McCarthy y Ohana mantuvieron conversaciones sobre el viaje en los meses siguientes, lo que llevó al anuncio del martes.

Solo otro presidente de la Cámara ha dado un discurso en el pleno de la Knéset: Newt Gingrich en 1998.

“Esta es una señal y un testimonio del vínculo fuerte e inquebrantable entre Israel y su aliado más cercano, EE. UU.”, dijo Ohana en un comunicado anunciando el viaje de McCarthy. La oficina del presidente de la Cámara no emitió un comentario de inmediato.

El mes pasado, McCarthy emitió una declaración de apoyo al primer ministro Benjamín Netanyahu un día después de que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, criticara la reforma judicial.

“El primer ministro Netanyahu es un patriota israelí, un estadista y, lo que es más importante, un gran amigo de EE. UU.. Las sociedades libres tienen un debate vigoroso y abierto. Israel no es una excepción. Apoyo al primer ministro Netanyahu, y el apoyo de EE. UU. a la democracia fuerte y vibrante de Israel es inquebrantable. Ahora es un momento importante para que los estadounidenses se unan en apoyo de nuestra larga, respetuosa e importante amistad con Israel”, dijo McCarthy en ese momento.

McCarthy es uno de varios políticos estadounidenses de alto perfil que visitan Israel este mes.

El senador republicano Lindsey Graham se reunió con Netanyahu el martes y le transmitió los mensajes que recibió mientras estuvo en Riad la semana pasada sobre la posibilidad de un acuerdo de normalización entre Arabia Saudita e Israel.

El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, tiene previsto llegar el fin de semana con una delegación de demócratas del Congreso para reunirse con israelíes y palestinos.

La próxima semana, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, llegará para su propio viaje a Israel, una de las figuras que se creen puedan ser candidatos republicanos en las elecciones presidenciales de 2024.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

El autismo, también señalado como trastorno del espectro autista, es una afección del cerebro que afecta la forma en que la persona se comunica y sociabiliza con otros, también se verá afectada su conducta con patrones repetitivos y restringidos. Para el Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad, a nivel mundial, uno de cada 115 niños puede vivir con autismo, presentándose más frecuentemente en los varones, comenta el Dr. Adalberto González Astiazarán, jefe de neurología pediátrica del Centro Médico ABC.

El paciente que vive con autismo presenta una estructura afectiva deficiente, no logrando establecer relaciones adecuadas y con códigos de comunicación restringidos en comparación a otras personas.

El Dr. González Astiazarán, indica que este trastorno no es de fácil diagnóstico y, aunque actualmente hay información que ayuda a generarlo, como: conocer los rasgos autistas o las manifestaciones recurrentes en este tipo de pacientes, no existen elementos esenciales para el diagnóstico y se puede correr el riesgo de hacerlo de una forma
errónea o, incluso, sobrediagnosticar, situación en la cual, el tratamiento y seguimiento generan gastos y daños innecesarios al paciente.

Algunos de los síntomas que se relacionan a este tipo de pacientes se pueden llegar a explicar con depresión, trastorno por ansiedad, déficit de atención a temprana edad o, incluso, crisis epilépticas, lo que complica llegar a un diagnóstico certero de autismo, llegando hasta un error del 93% en su diagnóstico, señala el Dr. González Astiazarán.

Una vez documentada la existencia de la discapacidad afectiva y comunicativa, es de gran importancia reconocer los rasgos autistas, los cuales incluyen: aleteo de manos en niños pequeños, falta de contacto visual, conducta social aislada, conductas obsesivas o estereotipias, que son movimientos involuntarios y sin propósito pero que se realizan igual en cada repetición.

Es importante mencionar que presentar uno de estos síntomas no es sinónimo de autismo. Para lograr un diagnóstico certero, este debe contar con una parte clínica mediante exploración física y otra parte de hipótesis de trabajo que se realizan con cuestionarios, logrando establecer criterios centrales que ayudan a evaluar la posibilidad
de otro tipo de patología neurológica que puede estar influyendo en la conducta.

“La interacción con el paciente que tiene autismo debe respetar su forma de ser, sus pausas, sus rutinas. El médico, al presenciar la conducta del paciente, ofrecerá seguridad en sus rutinas, debido a que, al modificarse, le causan ansiedad. Por esto se exige un trabajo cauteloso y atento”, comenta el Dr. González Astiazarán.

En función a las particularidades de cada paciente, el tratamiento que se ofrecerá será específico. Puede iniciar con un entrenamiento a través de códigos de comunicación facilitada o lenguaje gestual. También, en caso de existir manifestaciones conductuales, emocionales, patrones del dormir, capacidad de enfoque o concentración, será necesario evaluarlos de manera individual. “Aunque se podrá considerar un tratamiento farmacológico, no todos los pacientes con autismo son candidatos para el uso de medicamentos”, indica el Dr. González Astiazarán.

También es importante evaluar la posible presencia de otras comorbilidades, como la epilepsia, que podrían dar un perfil autista sin serlo. Ante esto, es importante identificar las fortalezas y debilidades de cada niño para que un equipo multidisciplinario establezca el tratamiento adecuado para cada caso en donde se pueden presentar rasgos metódicos, obsesivos y rigurosos, que no solamente afectan al paciente, sino también a su familia o las personas que estén a su alrededor.

El Centro Neurológico ABC es líder en México en el diagnóstico, tratamiento e investigación; cuenta con escuelas de trabajo neuropsicológico y terapéutico, dirigido a ayudar al desempeño general de los pacientes a partir de los dos años, con ayuda de terapeutas y otros especialistas como audiólogos, neurofisiólogos, alergólogos, nutriólogos, gastroenterólogos pediatras, que ayudarán a asistir al paciente.

“Tenemos la responsabilidad de integrar con orden el diagnóstico del Trastorno del Espectro Autista, mediante el conocimiento de los signos y la experiencia en el seguimiento del desarrollo, con el objetivo de tener una detección temprana para mejorar el pronóstico y la calidad de vida del paciente y sus familiares” concluye el Dr. Adalberto
González Astiazarán.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Israel se detuvo por 2 minutos a nivel nacional para recordar en silencio como cada año a los 6 millones de judíos asesinados en el Holocausto. Como parte de la conmemoración de Yom Hashoá, Benjamín Netanyahu, el presidente Yitzhak Herzog y otros altos funcionarios depositaron ofrendas florales en el Museo Yad Vashem, mientras que en la Knéset se llevó a cabo una ceremonia especial en memoria de las víctimas del Holocausto.

Con motivo de Yom Hashoá se llevó a cabo la tradicional Marcha de la Vida en Polonia, en la que participaron 13 mil personas de diversos países. El tema de la marcha este año fue un homenaje al heroísmo judío en el Holocausto, en el marco del 80 aniversario del Levantamiento del Gueto de Varsovia. El ministro de Educación Yoav Kisch estuvo presente representando al gobierno de Israel.

Un terrorista palestino disparó contra 2 hombres israelíes de 50 y 48 años mientras se encontraban dentro de un vehículo en una calle de Jerusalén Este. Ambas víctimas sufrieron heridas moderadas y fueron ingresadas al Hospital Hadassah Monte Scopus, donde se les reportó estables. Las fuerzas de seguridad emprendieron un operativo para tratar de dar con el agresor.

Tropas israelíes detuvieron a 2 palestinos buscados en la localidad de Jenin, en el norte de Judea y Samaria. Durante el operativo de arresto, se desarrolló un enfrentamiento a tiros entre las tropas y palestinos armados, sin que se presentaran heridos entre los soldados. El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, aseguró que gracias a este operativo se previnieron atentados.

Un piloto de la aerolínea israelí El Al generó controversia al comparar la reforma judicial con el Holocausto en un mensaje que dirigió desde la cabina a los pasajeros de un vuelo de Nueva York a Tel Aviv. El caso escaló al punto que la ministra de Transporte de Israel, Míri Regev, se comunicó con El Al y le exigió que tomara cartas en el asunto, indicaron reportes. El Al condenó lo sucedido, aclaró que no avala en absoluto declaraciones políticas de ningún tipo de su personal y que el incidente no refleja sus valores, mientras que el piloto pidió disculpas.

El ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, dio a conocer que recibió una carta con una esvástica y amenazas en su contra, proveniente de California, Estados Unidos. Una unidad especial de la Oficina del Primer Ministerio encargada de la seguridad de los ministros del gobierno abrió ya una investigación sobre el caso.

Reza Pahlavi, el hijo del último sha de Irán, visitó a la familia Di, que perdió a 3 de sus integrantes en un atentado, y acudió al Kotel, como parte de su primera visita a Israel, un día después de asistir también a la ceremonia por Yom Hashoá en Yad Vashem. Pahlavi ha señalado que este viaje tiene la intención de ser un mensaje de amistad del pueblo iraní a Israel.

 


Selección de noticias y guion: Germán Gómez

Locución y realización: David Crespo Neira

Una delegación de alto nivel de Hamás fue filmada en Arabia Saudita, confirmando los informes de que los funcionarios están en dicho país en una misión destinada a reparar los lazos con Riad, informó The Times of Israel.

Un video publicado en las redes sociales mostró a los líderes de Hamás, Ismail Haniyeh y Khaled Mashaal en el lugar más sagrado del Islam en La Meca. El mundo musulmán está celebrando actualmente la última semana del mes sagrado del Ramadán.

Anteriormente, la agencia oficial de noticias de la Autoridad Palestina, Wafa, citó al diario Al-Quds diciendo que el grupo Hamás estaba en Arabia Saudita, coincidiendo con una visita al país del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas.

La visita de altos funcionarios del grupo terrorista no ha sido confirmada ni por Hamás ni por Riad.

Un viaje de una delegación de alto nivel que represente a Hamás representaría un notable avance para el grupo terrorista, a medida que las esperanzas de Israel de forjar lazos oficiales con Riad parecen disminuir aún más.

Durante muchos años, la relación de Arabia Saudita con Hamás ha sido fría y tensa, y el reino incluso arrestó a muchas personas vinculadas al grupo terrorista, que gobierna la Franja de Gaza y busca abiertamente la destrucción de Israel.

Pero luego de su histórico acercamiento con Irán el mes pasado, Riad parecía listo para albergar una delegación de alto nivel que intentará enmendar la relación de Hamás con Arabia Saudita, que ha estado congelada desde 2007, cuando el grupo terrorista derrocó a la Autoridad Palestina y se apoderó de Gaza.

Los líderes sauditas han culpado a Hamás por el fracaso de los intentos de reconciliación con el partido Fatah de la Autoridad Palestina.

En 2019, las autoridades saudíes arrestaron a decenas de agentes vinculados a Hamás, diciendo que amenazaban el gobierno del reino.

En los últimos meses, después de que los líderes de Hamás enviaran mensajes de que les gustaría reparar los lazos con el reino, Arabia Saudita liberó a muchos de esos detenidos, incluido el miembro principal Mohammad Al-Khodary, quien fue liberado en octubre.

La semana pasada, los medios estadounidenses informaron que el interés de Arabia Saudita en establecer relaciones diplomáticas con Israel se ha enfriado en los últimos meses en medio de la violencia en Judea y Samaria y los acontecimientos en el Monte del Templo.

Desde el establecimiento del nuevo gobierno de Benjamín Netanyahu, los saudíes han emitido varias condenas contra Israel por la expansión de los asentamientos y los enfrentamientos violentos entre las tropas israelíes y los palestinos.

Poco antes de prestar juramento, Netanyahu dijo que un acuerdo de normalización con los saudíes podría servir como un “salto cuántico” para las conversaciones de paz con los palestinos, moribundas desde hace mucho tiempo.

Los dos países también estaban interesados en alinearse contra su rival regional común, Irán. Sin embargo, el reciente acuerdo de acercamiento entre Riad y Teherán está complicando aún más los esfuerzos.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Los planes del Ejército Británico

“Los Doscientos Días de Terror” es el nombre con el que se conoce a un periodo en la historia de los judíos que vivieron en la Tierra de Israel durante la Segunda Guerra Mundial. Este periodo duró desde la primavera de 1942 hasta el 3 de noviembre de ese mismo año, cuando unidades del ejército alemán bajo el mando del general Erwin Rommel avanzaron hacia el Canal de Suez desde el norte de África. Si la invasión alemana tenía éxito, los británicos estaban preparados para evacuar la Tierra de Israel y retirarse al este hacia Irak e India. Sin embargo, estos planes no incluían la evacuación de judíos de la Tierra de Israel. Si los alemanes invadían Israel, los judíos tendrían que enfrentarse a los nazis solos, sin la ayuda del ejército británico.

El Yishuv, como se llamaba el asentamiento judío antes de que se declarara la independencia de Israel en 1948, tenía aproximadamente 500,000 judíos. Yitzhak Tabenkin, quien luego se convirtió en miembro de la Knéset de Israel, declaró: “No tendremos más remedio que pelear esta guerra nosotros mismos con todas nuestras fuerzas. Debemos defender este Yishuv y nuestra bandera con o sin uniforme… Si nuestro espíritu [judío] está en nosotros, nos apoyaremos en él con todas nuestras fuerzas o caeremos con él con todas nuestras fuerzas. Estamos listos para mantenernos erguidos y hacer sacrificios. No seremos derrotados por las fuerzas del enemigo con fatalismo, sino con gran responsabilidad. No hay alternativa…”

Los planes de los nazis

En abril de 1942, la unidad del ejército alemán Afrika Korps, bajo el mando del general Erwin Rommel, comenzó a avanzar por el norte de África hacia el Canal de Suez. El terror se apoderó del Yishuv. Parecía que después de las grandes victorias de los nazis en África, ningún ejército podía detenerlos. Si llegaban al Canal de Suez, el camino a la Tierra de Israel estaría abierto para ellos. En ese momento, el exterminio de judíos en Europa estaba en pleno apogeo, y las noticias comenzaron a llegar al Yishuv. Había una certeza de que si los alemanes invadían, exterminarían a los judíos de la Tierra de Israel: hombres, mujeres y niños, como lo habían hecho en Europa. Y estas sospechas eran absolutamente reales: los alemanes ya tenían preparada una unidad militar especial en Egipto, el Einsatzgruppe Egypt, que constaba de 24 soldados de las SS bajo el mando de Walter RaufRauf fue el infame inventor de los camiones de la muerte, cuyos gases de escape estaban conectados a las cabinas selladas del camión, en las que las víctimas, que entraban pensando que iban a ser transportadas, morían rápidamente al inhalar los gases tóxicos.

Los camiones de la muerte ya estaban esperando en Egipto. Se suponía que el exterminio de los 500,000 judíos en la Tierra de Israel se llevaría a cabo por los mismos medios y métodos utilizados para el asesinato de los judíos europeos. Los alemanes planearon utilizar la ayuda de la población árabe local para llevar a cabo el asesinato sistemático de judíos bajo la dirección y el mando de ese pequeño equipo alemán. Este plan correspondía a la promesa que los alemanes le habían hecho al líder de los árabes palestinos, Haj Amin al-Husseini, que se encontraba exiliado en Berlín. Muchos árabes esperaban la llegada de los ejércitos de Hitler, a quien llamaban “Abu Ali”, esperando que derrotara a los británicos para luego exterminar a los judíos.

Los planes de los judíos

El 17 de abril de 1942, Moshé Sharet, jefe del departamento político de la Agencia Judía, se dirigió al general Claude Auchinleck, comandante del Octavo Ejército del ejército británico, con las siguientes palabras: “No hay duda de que si los nazis invaden la Tierra de Israel, todos los judíos de esta tierra serán destruidos. El exterminio de la raza judía es una cláusula básica en la ideología nazi. Las noticias oficiales publicadas recientemente indican que esta política se está implementando con una crueldad indescriptible. Cientos de miles de judíos perecieron en Polonia, los Balcanes, Rumania y los distritos invadidos por los alemanes en la Unión Soviética debido a las ejecuciones en masa, las deportaciones forzadas y la propagación del hambre y las enfermedades en los guetos y campos de concentración. Hay motivos para temer que los judíos de Israel serán destruidos siete veces más rápido si caen en manos de los nazis”.

Rendirse

Algunos líderes judíos propusieron rendirse a los nazis y negociar con ellos, siguiendo el ejemplo de otras naciones europeas ocupadas. La razón detrás de esta creencia ingenua era pensar que los nazis verían a los “israelíes del Yishuv” como una amenaza y no los tratarían tan cruelmente como lo hicieron con los judíos en Europa. También esperaban que un esfuerzo de reconciliación pudiera tener más éxito que la resistencia y la lucha, que, según ellos, podrían alimentar el odio alemán hacia los judíos. Estos puntos de vista fueron fuertemente criticados por ser irrealistas y promover el derrotismo y la desmoralización entre la población.

Otros líderes políticos pensaron en persuadir a los británicos, que estaban al mando de Israel en ese momento, para que le otorgaran a los judíos del Yishuv el estatus de “prisioneros de guerra ingleses”. Este estatus proporcionaría a los judíos los derechos de los prisioneros asociados con el mismo. Además, planeaban instar a los británicos para que amenacen a los nazis de que si permitían el exterminio de los judíos, los británicos tomarían represalias matando a los prisioneros alemanes que tenían en su poder. Aunque altruistas, estas ideas no eran prácticas y nunca se desarrollaron por completo.

Ocultarse

Muchos planearon esconderse y principalmente esconder a sus hijos en monasterios y hospicios europeos e incluso alemanes ubicados en el país, especialmente en Jerusalén. Otros buscaron establecer contacto con árabes amistosos que estuvieran dispuestos a aceptar una recompensa material a cambio de esconder a los niños judíos hasta el final de la guerra.

David Ben Gurión, el destacado líder de la comunidad judía, adoptó un enfoque pragmático. Creía que los soldados improvisados del Yishuv, la Haganá y demás unidades de combate, no podrían ofrecer resistencia al ejército de Hitler y que serían incapaces de lograr lo que los franceses, los holandeses y otros países europeos no lograron contra los nazis. En la opinión de Ben Gurión, si ocurriera una invasión alemana y los británicos se retiraran, las fuerzas de combate de la Haganá, la organización paramilitar judía, y el liderazgo del Yishuv deberían retirarse junto con el ejército británico a la India. Luego podrían regresar a reconquistar Israel cuando la marea de la guerra se volviera a su favor.

Pelear hasta el final

Por otro lado, una posición más nacionalista fue expresada por líderes como Yitzhak Tabenkin, quien creía que debían “quedarse aquí hasta el final, por nuestro futuro, por respeto a nosotros mismos y por lealtad a nuestra historia”. Sugería que toda la población judía se concentrara en el área de Haifa y la Galilea y luchara hasta la muerte. El plan se denominó “Masada del Carmel”. Esta área en las montañas del Carmel brindaría la oportunidad de resistir y repeler al invasor, quien tendría dificultades para mover fuerzas blindadas pesadas en el terreno montañoso. Según este plan, la población civil judía se refugiaría en estos enclaves mientras comandos y unidades de guerrilla saldrían a atacar y contener el avance del enemigo.

Los miembros de la organización militar “Etzel” también concibieron un plan similar, pero con un simbolismo diferente: en caso de una invasión alemana, los judíos se refugiarían en la Ciudad Vieja de Jerusalén, fortificándose dentro de los muros y peleando la batalla desde allá. Esta sería una declaración simbólica de la soberanía judía sobre el Monte del Templo o Har Habait en Jerusalén, y si fuera necesario, morir para defender lo más importante para Israel y el pueblo judío… Para estos líderes, estaba claro que si llegaban los alemanes, tal vez podrían retrasar su avance, pero aun así, el terrible final de los defensores y la población civil sería inevitable. El mismo nombre, “Masada del Carmel” (Masada o Metsadá, es el nombre de uno de los últimos refugios de los judíos que resistieron al ejército romano en el siglo I y procedieron al suicidio colectivo cuando vieron que el enemigo no podía ser detenido), expresaba la creencia de que el asentamiento judío no sería capaz de sobrevivir si los alemanes invadían Israel.

Victoria provincial

Pero gracias a Dios, todos estos planes y preparativos nunca tuvieron que ser implementados hasta el final. El 1 de julio de 1942, los británicos detuvieron el avance de Rommel a 180 kilómetros del Canal de Suez y establecieron una nueva línea de defensa. El general Bernard Montgomery fue designado como nuevo comandante y ordenó la cancelación de todos los planes de retirada británicos de Israel, preparándose para enfrentarse a los alemanes en Egipto. Ambos bandos sabían que esta batalla sería decisiva para el destino de Oriente Medio. El 3 de noviembre de 1942, con la ayuda de Dios Todopoderoso, las fuerzas de Montgomery lanzaron el ataque final y derrotaron a las fuerzas de Rommel en la Batalla de El-Alamein en Egipto. Este triunfo fue un punto de inflexión crucial en la victoria de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

La actriz israelí Gal Gadot se tomó un tiempo de su agenda para participar en un evento con motivo de Yom Hashoá organizado por Zikaron Basalon_global, y publicó clips en su Instagram, informó The Jerusalem Post.

https://www.instagram.com/p/CrJUZqhJbN0/?hl=es

Zikaron Basalon_global es la rama internacional de Zikaron Basalon, un grupo que ayuda a las personas a organizar reuniones de sobrevivientes del Holocausto y sus descendientes con personas que quieren escuchar y aprender sobre la tragedia.

Zikaron Basalon se fundó en Israel en 2011 y millones de personas han participado en eventos que ha ayudado a organizar.

En los clips que Gadot publicó, los participantes cantan juntos la canción Leonard Cohen, Hallelujah, y una anciana habla con Gal Gadot sobre cómo escapó de la muerte en el Holocausto. La mujer recordó que le dijo a un guardia nazi: “Déjame ir”, y él la dejó escapar. Gadot le pregunta cuántos años tenía y ella responde que tenía 13.

La mujer reflexiona: “Quiero que sepas que a menudo he pensado en eso más tarde a medida que crecía y es por eso que he desarrollado este sentimiento de que nunca puedes caminar en los zapatos de otra persona”.

Dijo que se preguntaba: “Si mi madre hubiera estado allí, ¿habría dependido de ella para tratar de salvarme? Eres responsable de ti mismo y tienes que entender lo que sucede en la vida de otras personas”. Gadot responde: “Qué momento crucial para ti, eso te salvó la vida”. La mujer dijo que sus experiencias la han llevado a la conclusión de que “solo el amor puede salvar al mundo”.

Esta no es la primera vez que Gadot usa su cuenta de Instagram para alentar el recuerdo del Holocausto. El año pasado, publicó sobre su abuelo, Avraham Weiss, quien nació en Checoslovaquia y fue enviado a Auschwitz a los 13 años, convirtiéndose en el único sobreviviente de su familia.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

El presidente Yitzhak Herzog partió hacia Polonia para las ceremonias que marcarán el 80 aniversario del Levantamiento del Gueto de Varsovia, informó The Jerusalem Post.

El evento principal tendrá lugar en la plaza junto al monumento Rapoport de 1948 a los héroes del Levantamiento, construido en el sitio del antiguo gueto desde donde se transportaba a los judíos polacos a las cámaras de gas.

La ceremonia anual data de hace 75 años y conmemora la resistencia armada judía contra los nazis que comenzó el 19 de abril y duró casi un mes completo hasta que el gueto fue incendiado hasta los cimientos el 16 de mayo.

Los nazis simbolizaron dramáticamente su victoria al volar la Gran Sinagoga de Varsovia.

Este año, el evento se ha ampliado significativamente para incluir a los presidentes de Israel, Polonia y Alemania.

Herzog, junto con sus homólogos de Alemania y Polonia, Frank–Walter Steinmeier y Andrzej Duda, respectivamente, pronunciarán discursos. Herzog también mantendrá reuniones bilaterales con Steinmeier y Duda.

Los tres líderes luego participarán en una segunda ceremonia en la Sinagoga Nozyk, que se completó en 1902 y es la única sinagoga en Varsovia que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial.

Develarán una placa en honor al abuelo del presidente, Yitzhak Halevi Herzog, quien fue rabino principal de Irlanda, del Mandato Británico y luego el primer Gran Rabino del Estado de Israel.

Visitó la Sinagoga Nozyk en 1946, solo un año después del final de la guerra.

También se llevará a cabo una segunda ceremonia en la sinagoga.

El viaje es la primera visita de Herzog a Polonia desde que asumió la presidencia en 2021. Sigue a una visita del canciller Eli Cohen el mes pasado.

Durante esa visita, Cohen puso fin a una disputa sobre los viajes escolares israelíes a los campos de concentración, que había sido tan grave que Israel llamó a su embajador y le dijo al enviado polaco, que había estado fuera del país, que no regresara.

Desde entonces, Israel ha enviado un embajador de regreso a Varsovia. Polonia prometió una vez enviar un enviado a Israel, pero aún no lo ha hecho.

Las relaciones también se tensaron en los últimos años por una ley polaca que buscó criminalizar hablar de complicidad polaca en el Holocausto, y otra ley que impuso un estatuto de limitaciones a las reclamaciones de restitución de propiedad a judíos víctimas del Holocausto.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

El Movimiento Kibutziano anunció que cancela la invitación del ministro de Defensa, Yoav Gallant a la ceremonia de Yom Hazikarón por petición de las familias de los soldados caídos, informó The Times of Israel.

La solicitud fue presentada por la organización Yad Labanim que representa a las familias de los soldados caídos, alegando que la presencia de representantes del gobierno en estos días ante la polarización en el país podría ofender a las familias.

La ceremonia del jueves tendrá lugar en el Memorial a los Soldados Caídos de los Kibutzim, en el norte de Israel, que conmemora la muerte de 3,120 miembros del Movimiento Kibutziano que han caído en las guerras desde 1909. El acto está programado poco menos de una semana antes de Yom Hazikarón.

El mes pasado, miles de familias de soldados caídos pidieron a los ministros del gobierno no asistir a las ceremonias de Yom Hazikarón a fin de evitar que sean utilizadas para fines políticos.

Asimismo, familias de soldados caídos pidieron al ayuntamiento de Be’er Sheva impedir al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir participar en la ceremonia de Yom Hazikarón.

El alcalde Ruvik Danilovich respondió por escrito a los padres diciendo que la alcaldía no decide quién participa en los actos organizados por el Ministerio de Defensa.

Eli Ben-Shem, presidente de Yad Labanim señaló que ha recibido más de 8,500 peticiones para que los políticos no asistan a las ceremonias, citando la preocupación por los discursos y las posibles protestas a favor y en contra de la reforma judicial.

Una petición del diputado Jili Tropper de Hamajané Hamamlajtí, firmada por 90 legisladores del gobierno y de la oposición, hace un llamamiento para no politizar los eventos de Yom Hazikarón.

Decenas de familias de soldados caídos se han unido a las protestas masivas contra la controvertida reforma judicial del gobierno durante más de tres meses.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío

La Marcha de la Vida tuvo lugar este martes desde Auschwitz I hasta Auschwitz-Birkenau, en el marco de la conmemoración de Yom Hashoá en Israel, informó Arutz Sheva.

La Marcha de la Vida, que se lleva a cabo por 35 años, fue dirigida por 40 sobrevivientes del Holocausto, junto con más de 13,000 participantes de 25 países de todo el mundo.

El tema de la Marcha de la Vida este año fue “Honrar el heroísmo judío en el Holocausto“, con motivo del 80 aniversario del Levantamiento del Gueto de Varsovia.

El Levantamiento duró cuatro semanas y se ha convertido en un símbolo del coraje y el heroísmo judíos durante el Holocausto.

En la ceremonia en Auschwitz -Birkenau estuvo el presidente italiano Sergio Mattarella, así como el ministro de Educación de Israel, Yoav Kisch.

El ministro Kisch habló de cómo su abuelo había luchado y caído en la batalla contra los nazis como el soldado judío de más alto rango en el ejército británico en la Segunda Guerra Mundial.

Él prometió que Israel continuará luchando contra el antisemitismo y valorando la memoria de las víctimas del Holocausto.

Además, la Marcha de la Vida incluyó una delegación estadounidense bipartidista encabezada por el embajador estadounidense en Israel, Tom Nides, y su predecesor, el embajador David Friedman.

Entre los 40 sobrevivientes que encabezaron la marcha se encontraba la sobreviviente del Holocausto nacida en Varsovia, Halina Birenbaum, que era una niña durante el levantamiento y estuvo escondida en un búnker hasta que los nazis liquidaron el gueto.

Fue deportada a Majdanek y luego a Auschwitz. La acompañaron los nietos de los combatientes de la resistencia judía: Eyal Zuckerman, nieta de los comandantes de la ŻOB Zivia Lubetkin y Yitzhak (Antek) Zuckerman; y Nir Yaari, nieto de un luchador de la resistencia, Bela Hazan Yaari.

En la ceremonia también encendieron antorchas el empresario judío-estadounidense Robert Kraft; ´la filántropa, Miriam Adelson; Mark Wilf, Presidente de la Junta de Gobernadores de la Agencia Judía para Israel; y Ifat Ovadia Luski, presidenta de KKL.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Este artículo es la cuarta parte del ensayo “El ghetto: historia y memoria”, de Judit Bokser Liwerant y Gilda Waldman M.

Este texto, en 4 partes, reconstruye una de las fases del proceso de exterminio de seis millones de judíos durante la II Guerra Mundial: la referida al establecimiento de los ghettos en Polonia y Europa Oriental. Esta reconstrucción se sustenta sobre dos ejes fundamentales. Por una parte, la dimensión histórica, que se centra en aspectos centrales de la creación de los ghettos, su significado para la vida judía, su estructura organizativa, la vida en su interior y el proceso de su destrucción.

Por la otra, la dimensión testimonial, que pone atención a los poemas, diarios y archivos escritos en el ghetto, como expresión individual y de pertenencia colectiva y, al mismo tiempo, como depositarios de la memoria, componente esencial de la experiencia histórica del pueblo judío.


Los diarios del ghetto

Sin embargo, la mayor parte de lo escrito en los ghettos fueron diarios o notas, en los cuales la vida cotidiana se expresaba a través de la vivencia, los sentimientos y los pensamientos de quien escribía. Los diarios presentan, de manera relativamente detallada, los sucesos de cada día con la espontaneidad de quien escribe lo que vive. A diferencia de las memorias del Holocausto escritas por sobrevivientes, que ofrecen una reflexión sobre el pasado e imponen un orden y una interpretación al recuerdo histórico, los diarios escritos en el ghetto carecen de un larga sedimentación intelectual o emotiva, al tiempo de que quien los escribe desconoce lo que sería la “solución final”.

Reflejo vívido de la forma en la que los habitantes del ghetto se adaptaban a los ritmos cotidianos fijados por los nazis, los diarios expresan los procesos de desintegración física y moral que experimentaron los ghettos entre 1940 y 1944, reproduciendo existencialmente la atmósfera vivida por los judíos, encerrados y aislados, durante dicho período.

Escritos en secreto, en hojas de papel conseguidas dificultosamente, los diarios preservan una vivencia individual que se transforma, sin embargo, en la vivencia de toda una comunidad que está sometida a una realidad que le es impuesta, que estrecha hasta el límite su capacidad de influir sobre ella y que deja ver, por tanto, el alcance protagónico de la dominación nazi, del victimario. Por ello, parecen haber sido escritos por una sola figura, siempre la misma, la víctima que relata una vida definida por aquél.

Sin embargo, existen diferencias significativas entre ellos, derivadas de diversos factores: desde los asociados al autor mismo y su ubicación en el seno de la comunidad judía del ghetto hasta el lugar específico en el que fue escrito, el entorno local, su conformación y, consecuentemente, las interacciones con la población local, y poniendo en juego otros elementos tales como el propósito de la escritura. Este último se manifestó no sólo en el carácter general del diario, sino también en el grado de especificidad con que se registraban los acontecimientos, la interacción entre éstos y quien los reseña, perfilando así, con diversos grados, el entrelazamiento de la subjetividad y la objetividad. Algunos diarios fueron sólo esbozos a ser desarrollados, idealmente, después de la guerra; otros, en cambio, fueron textos más elaborados desde sus inicios. La mayor parte de los diarios se perdieron durante las deportaciones a los campos de exterminio, y los que se encontraron entre los escombros de los ghettos fueron publicados años después del fin de la guerra.

Del ghetto de Varsovia se pudieron recuperar varios diarios. Uno de los más conocidos es el de Chaim Kaplan, maestro de hebreo e instructor de Biblia, quien plasmó en su diario -“mi vida, mi compañía y mi confidente”- el enojo, la irritación y el dolor de un hombre común y corriente sometido a vicisitudes sin fin. Escribía, por ejemplo, Chaim Kaplan en noviembre de 1941:

“¿Por qué estoy enojado? El tifus ha atacado también a mi hogar: mi esposa ha contraído la terrible enfermedad. Su vida está en grave peligro, y debo salvarla. Nuestros medios materiales son limitados, mínimos… Así que, con mis escasas fuerzas, sufrago los gastos de la enfermedad, que también debo esconder de ojos extraños, porque es un mal contagioso y se prohibe a quienes lo tienen permanecer en hogares privados…¿Qué bienes valiosos me quedan para poder venderlos y obtener una suma decente? Durante los dos años de la guerra mis posesiones se han evaporado completamente. Una por una las he vendido para evadir la desgracia del hambre. Con dolor en tu corazón pones tus amados objetos en manos de un extraño, y en cambio recibes una pocos billetes arrugados, que te alivian unos pocos días, porque entretanto los precios han subido, y el dinero se deshace entre tus dedos. Pero no hay alternativa. El peligro de muerte acecha a la cabecera de la cama del paciente. En momentos como ésos se reprime cualquier clase de sentimientos Pero antes de que mi cansado cerebro pueda escoger algún objeto, una noche nublada y oscura extiende sus alas sobre los habitantes del ghetto. Con la noche llega la oscuridad, y el ghetto se convierte en una ciudad de locos y lunáticos. Las lámparas de gas no se encienden. Los aparadores de las tiendas se extinguen. Las persianas se cierran sobre las ventanas. Dentro de las casas no hay ni un rayo de luz: a medianoche la corriente eléctrica se corta, y una vela de sebo acuoso que gotea y se derrite la reemplaza. Salir en tal oscuridad es enfrentarse a un peligro mortal…El silencio del ghetto en la oscuridad incrementa el miedo a la noche, llena de secretos. En mi cuarto no hay ni un ser vivo, excepto el paciente con su fiebre ardiente y la muerte esperándola….

Pero Chaim Kaplan no sólo describe cómo se vivía en el ghetto de Varsovia, sino también como se moría en aquel lugar. En marzo de 1942 escribía:

“¡Enterrar doscientos cadáveres en un día no es poca cosa! Una larga caravana de vagones se extiende a lo largo de la calle Gesia (donde se encontraba el cementerio judío), y cada uno de ellos no trae sólo a una persona a las puertas del cementerio sino a varios en un viaje. Dentro de los vagones apenas hay lugar para apilar cuatro cadáveres; si hay un quinto, lo ponen en el techo. Si hay un ataúd, bien; lo ponen en el ataúd, cerrado o abierto; si no hay, lo ponen sobre su espalda y lo atan para que no se caiga. Y aún si está de espaldas, atada, no les importa si está cubierto. Simplemente un hombre muerto, tal como es, sin siquiera una mortaja de papel, yaciendo sobre su espalda en el techo del vagón, y nadie siente la indignidad. Cuando los vagones entran en el cementerio, comienzan a remover los cuerpos, y quien no haya visto esto con sus propios ojos no ha visto jamás en su vida la fealdad.”.

En todo caso, su diario plasma la percepción de un hombre a la vez “común” y letrado, que encuentra en el conocimiento bíblico del educador una mediación entre el registro de los acontecimientos y la actitud y sentimientos de quien escribe.

Del ghetto de Varsovia se han conservado también las notas del diario de Emmanuel Ringelblum, historiador que organizó los archivos clandestinos Oyneg Shabbes, celebrantes del Shabat, nombre de la sociedad secreta que creó para reunir la información documental que pudiese servir, en el futuro, como crónica de la destrucción de la vida judía en Polonia. Las notas de Ringelblum, encontradas en los escombros del ghetto en 1946 y en 1950, más que un diario en sentido estricto, constituyen un registro de los eventos más importantes que sucedían en las calles del ghetto de Varsovia. Militante político y activista social, Ringelblum fue un testigo privilegiado de lo que acontecía en el ghetto; su contacto con refugiados, administradores de cocinas populares, policías, funcionarios del Consejo Judío y demás individuos y grupos que poblaron el ghetto, le proporcionaba un punto de vista excepcional para tener una visión de conjunto sobre la evolución de los acontecimientos. Sus registros semanales o mensuales, acompañados siempre de una evaluación de los sucesos, no expresaban solo ni prioritariamente sus sentimientos o pensamientos personales, sino que recogían la atmósfera social e histórica y los sentimientos de la gente en torno a lo que se vivía. El resultado fue un fresco gigantesco, en el que, a través de fragmentos casi fotográficos, se reconstruyen personajes, lugares y situaciones del ghetto.

Así, por ejemplo, el 10 de diciembre de 1940 escribía Ringelblum:

“Ayer, un soldado saltó de un automóvil e hirió a un muchacho en la cabeza con una barra de hierro. El muchacho murió”.

El 28 de febrero de 1941 señalaba:

“Casi diariamente gente cae muerta o desmayada a mitad de la calle. Ya no impresiona tan directamente. Las calles están siempre llenas de refugiados recién llegados…”.

El 16 de junio de 1941 agregaba:

“ Los niños judíos están ahora aprendiendo sobre Varsovia por fotos. Las murallas les impiden ver el original…Está prohibido enviar cartas, sólo postales. La mayoría de los campos de trabajo en el distrito de Varsovia se ha disuelto. Algunos de ellos, porque no había suficiente alimento…” .

El 20 de noviembre de 1941 anotaba:

“Un niño almorzó en dos cocinas públicas diferentes. Al ser descubierto, el niño pidió con lágrimas en los ojos que se le permitieran los dos almuerzos porque no quería morir como su pequeña hermana…”.

El 30 de mayo de 1942 Ringelblum escribía:

“La última semana fue sangrienta. Casi cada día se veía a contrabandistas fusilados”.

Y casi al finalizar su diario, señalaba:

“Todos tienen que trabajar por nada: los obreros en los talleres, el sastre, el zapatero, el barbero, el doctor…Desde las deportaciones, (los nazis) han dejado de pagarle a los trabajadores, que ya desde antes recibían salarios de hambre…La espada de Damocles del exterminio pende constantemente sobre las cabezas de los judíos de Varsovia. Su destino está ligado al de los talleres. En la medida en que los talleres tengan pedidos, los judíos tendrán derecho a vivir…Si no, serán gente sin hogar ni cartillas de alimentación”.

Ringelblum documenta las contradicciones que existían al interior del ghetto, la expansión de las enfermedades, los efectos del hambre, la situación de los orfelinatos, las tácticas de supervivencia de los mendigos, las estratagemas de los contrabandistas para introducir alimentos, el deterioro de las vestimentas, las dificultades para conseguir servicios médicos, la desintegración de los lazos familiares, el aumento del costo de la vida, el desmantelamiento de los bienes familiares, el incremento de la mortalidad, el tráfico ilegal de las cartillas de racionamiento, e incluso los chistes que circulaban por las calles y lo que la gente leía.
Del diario de Ringelblum se desprende, con contundencia, la contradictoria y dramática situación a la que estuvieron expuestos los Consejos Judío: sus acciones de mediación que los distanció progresivamente de la comunidad, acciones con variados grados de arbitrariedad, los límites de la sensibilidad asociados a las estrategias de negociación.

Sus notas permiten rescatar la doble dimensión de la miseria humana que resulta necesaria para sobrevivir así como la grandeza de espíritu para mantener precisamente la dimensión humana de la existencia a través de expresiones de solidaridad o de la propia recuperación en los productos de la cultura. En este último sentido, aluden al lugar que la vida cultural en el ghetto ocupó como recurso para combatir la desmoralización y deshumanización en lo que denominó “una sociedad libre de esclavos”.

Así las notas de Ringelblum dan cuenta del proceso de desintegración económica y social que significó el ghetto en la vida de la comunidad judía de Varsovia: desde las medidas restrictivas implementadas a partir de 1940 hasta las deportaciones hacia los campos de exterminio iniciadas en Julio de 1942; desde los permisos de salida concedidos a los judíos por razones económicas en 1940 hasta las penas de muerte impuestas en 1941 por haber traspasado los muros del ghetto; desde las esperanzas de un pronto triunfo aliado en 1941 hasta las noticias de los exterminios masivos llevados a cabo en Treblinka en 1942; desde las injurias a la población judía en 1940 hasta la búsqueda de refugios clandestinos para escapar a las deportaciones en 1942. El escriba, el historiador, recoge en un permanente compromiso con la objetividad aquellos fragmentos del amplio espectro de la vida en el ghetto que la posteridad pueda escribir la historia.

Los archivos del ghetto

En efecto, parte substancial de los más fidedignos testimonios fueron los archivos escritos en los ghettos, destinados a reunir pruebas documentales que evidenciasen la vida de la sociedad judía en uno de sus períodos más difíciles y pudiesen servir, en el futuro, para estudiar la vida de la sociedad judía en uno de sus períodos más difíciles, preservando para la historia la narrativa de la ruina de un pueblo.

Entre los archivos que testimonian la vida caben destacar el de Lvov, lamentablemente perdido durante las deportaciones, el del ghetto de Bialestok, la crónica del de Lodz y, de modo destacado, los del ghetto de Varsovia. Estos fueron construidos, tal como señalamos, por la organización fundada por Ringelblum, Oyneg Shabes, que se reunía los sábados y que actuó de hecho como una organización de resistencia, al dedicarse a reunir testimonios y reportes de los judíos que se refugiaban en Varsovia y a juntar documentos muy variados sobre la vida en el ghetto: trazos de la vida cultural, cartillas de alimentación, decretos de las autoridades nazis, prensa clandestina, minutas de reuniones del Consejo Judío, etc. A fines de enero de 1943, poco antes de su evasión del ghetto de Varsovia, escribía Ringelblum explicitando el sentido de los archivos:

“Durante tres años y medio de la guerra, los Archivos del ghetto fueron elaborados por un grupo llamado Oyneg Shabes (Celebración del Sábado)…. Comencé a juntar material contemporáne en octubre de 1939…El archivo intentaba proporcionar un resumen de la vida en Varsovia durante la guerra. El plan estaba dividido en cuatro partes: una sección general, una sección económica, una sección cultural-científica-literaria y teatral, y una dedicada a asuntos de bienestar social…(Dentro del equipo del Oyneg Shabes) todos apreciaron la importancia del trabajo que se estaba haciendo. Entendían cuán importante era para las generaciones futuras que existiese un registro de la tragedia del judaísmo polaco. Se trataba de proporcionar un retrato comprehensivo de la vida judía en tiempos de guerra -una panorámica fotográfica de lo que las masas judías habían experimentado, pensado y sufrido. Oyneg Shabes intentó dar una visión comprehensiva de la vida judía en tiempos de guerra -una visión fotográfica de los que las masas del pueblo judío habían experimentado, pensado y sufrido. Hicimos nuestro mejor esfuerzo para que ciertos eventos específicos fuesen descritos por un adulto, un joven y un judío piadoso….. Comprehensión fue el principal objetivo de nuestro trabajo. Objetividad fue el segundo. Aspirábamos a presentar la total verdad, no importa cuán dolorosa hubiese sido. La guerra cambió la vida judía en las ciudades polacas con mucha velocidad…(Por lo tanto) intentamos aprehender un evento en el momento en que ocurría, porque cada día era como décadas de tiempos previos…¿Qué tipo de material esta preservado en los Archivos? Sus más importantes tesoros son las monografías de ciudades y aldeas. Ellos contienen la experiencia de una cierta aldea desde el inicio de la guerra hasta la deportación y la liquidación de su comunidad judía. Las monografías comprendían todos los aspectos de la vida: la vida económica, la relación de alemanes y polacos con la población judía, la comunidad y sus actividades; el bienestar social; episodios importantes en la vida de la comunidad, tales como la llegada de los alemanes, pogroms, expulsiones y actos de atrocidad perpetrados durante las festividades judías: la vida religiosa; trabajo y asuntos conectados con éste (campos de trabajo, la obligación de trabajar, el trabajo forzado…etc.)… Aparte de monografías comprehensivas, buscamos el registro de episodios aislados y significativos en las diversas ciudades. Por ejemplo, a esta categoría pertenece el recuento de la ejecución de 52 judíos de la calle Nalewsky número 9 después de que un héroe judío de la resistencia clandestina asesinó a un policía polaco… No existe un fenómeno importante de la vida judía del período de guerra que no esté reflejada en los materiales del Archivo…” .

Un carácter diferente presenta otro de los diarios que se ha conservado en su totalidad, el de Avraham Tory, escrito entre octubre de 1941 y enero de 1944 en el ghetto de Kovno. ubicado en Lituania, zona conquistada por los nazis de manos soviéticas en junio de 1941. Tory, secretario del Consejo Judío del ghetto se preocupó, en su calidad de tal, por preservar copias de decretos e instrucciones de los alemanes al Judenrat, como también de guardar documentos elaborados por el Consejo, tales como regulaciones, informes, circulares, censos y materiales estadísticos. De igual modo, Tory alentó a algunos artistas a realizar un registro visual y fotográfico del ghetto.

El diario de Avraham Tory, uno de los más largos y lleno de detalles, presenta un registro completo de los principales acontecimientos que sucedían diariamente en el ghetto: los actos de pillaje de los lituanos a las propiedades judías, las requisiciones, los fusilamientos por contrabando, los arrestos arbitrarios, el papel de la policía judía, las delaciones, el reclutamiento para trabajos forzados, e incluso la explotación de los trabajadores del ghetto para fines personales de los alemanes. Por otra parte, el diario documenta en detalle las difíciles relaciones entre el Consejo Judío de Kovno y la administración civil alemana, como también los desesperados esfuerzos del Presidente del Consejo, el anciano doctor Elchanan Elkes, por proteger a los habitantes del ghetto, mitigar los efectos de las órdenes nazis y preservar la moral del ghetto. La perspectiva de quien escribe permite, a través de la empatía, captar el respeto y la gesta heroica del Dr. Elchanan al frente del Consejo. La distancia entre este testimonio y el del Dr, Ringelblum no sólo apunta a las diferencias que se derivan del lugar de quien escribe sino del desempeño de los propios actores.

Quizá lo más estremecedor del diario de Avraham Tory sea la descripción de los operativos en los que los judíos eran llevados fuera de los límites del ghetto para su ejecución, como primera fase del exterminio masivo realizado por los Einsatzgruppen que acompañaban a las tropas nazis en su ataque a territorio soviético y cuya misión era eliminar a los judíos mediante el uso de ametralladoras, arrojándolos en el interior de fosos o barrancos abandonados. Así, por ejemplo, el 28 de octubre de 1941 Avraham Tory escribía:

“Una niebla pesada cubría el cielo y todo el ghetto estaba envuelto en oscuridad. De todas direcciones, arrastrándose pesadamente, grupos de hombres, mujeres, niños, ancianos y enfermos llegaban en largas filas. Todos se dirigían a la misma dirección: la Plaza Demokratu…Era una procesión de dolientes apesadumbrados . Alrededor de treinta mil personas se dirigían esa mañana hacia lo desconocido, hacia un destino que ya les había sido determinado por los sangrientos gobernantes…La plaza estaba rodeada por emplazamientos armados. Rauca (el oficial nazi encargado de los asuntos judíos en los cuarteles generales de la Gestapo en Kovno) se ubicó sobre un pequeño montículo desde el cual podía observar a la gran multitud que esperaba en la plaza. Su mirada recorrió brevemente la columna de los miembros del Consejo y de la policía judía del ghetto, y con un movimiento de su mano los dirigió a la izquierda, que, como se vería más tarde, era el lado “correcto”. Luego hizo una señal con su bastón de mando y ordenó a las columnas restantes: ¡Adelante! La selección había comenzado…Las personas mayores y los enfermos, las familias con niños , las mujeres solteras, y las personas cuyo físico no lo impresionaba en términos de capacidad de trabajo, eran dirigidas hacia la derecha. Allí, caían inmediatamente en manos de policías alemanes y partisanos lituanos, que los golpeaban con palos y los empujaban hacia un espacio abierto de la valla, donde dos alemanes los contaban y los ubicaban en un sitio diferente… La selección concluyó sólo después de que cayó la noche, no antes de que Rauca se asegurara de que la cuota había sido completada y de que alrededor de diez mil personas habían sido transferidas al Pequeño Ghetto . Sólo entonces se permitió que quienes se habían salvado de la selección y habían permanecido de pie en la plaza, regresaran a sus hogares…La procesión, que alcanzaba las diez mil personas y que se dirigía desde el Pequeño Ghetto hacia el Noveno Fuerte (una fortificación del siglo XIX que rodeaba la ciudad), duró desde la aurora hasta el atardecer…En el Fuerte, la desventurada gente fue rodeada por los asesinos lituanos, quienes la despojaron de todo artículo de valor -anillos de oro, aretes, brazaletes. Los obligaron a desnudarse, los empujaron a fosos preparados con anticipación, y dispararon a cada foso con ametralladoras que había sido dispuestas previamente. Los asesinos no tuvieron tiempo de dispararles a todos de una sola vez antes de que llegara el siguiente contingente de judíos. A éstos se les dio el mismo tratamiento que a quienes les habían precedido. Fueron empujados al foso encima de los muertos, los agonizantes, y los sobrevivientes del grupo anterior. Así continuó, contingente tras contingente, hasta que diez mil hombres, mujeres y niños fueron sido asesinados”.

Sin embargo, no todo el contenido del diario de Avraham Tory está marcado por esta dimensión trágica. Tory describe el ánimo festivo de la celebración de la fiesta de Purim en Marzo de 1943, en la cual “los niños han estado aprendiendo las canciones, las danzas y los juegos” , la conmemoración de la Pascua judía en abril de 1943 que, coincidiendo con la Semana Santa cristiana permitió “unos días de descanso en los que cada uno pudo dedicarse a los asuntos de su interés personal: discusiones culturales, pensamiento creativo, y otros, que permiten un poco de alimento espiritual” , o las festividades sionistas del 24 de julio de 1943, que describe como “una ocasión festiva, llena de esplendor”.

Si bien puede suponerse que la idea de exterminar a la población judía estaba presente desde los inicios del régimen nazi, la decisión final fue adoptada en enero de 1942 en la Conferencia de Wansee, renovándose el impulso de expulsar a los judíos desde las fronteras del Reich hacia Polonia, convertida en el centro del exterminio para todos los judíos de Europa. A mediados de aquel año comenzaron las deportaciones desde los ghettos hacia los campos de exterminio, y pronto comenzarían a llegar al ghetto noticias de lo que estaba ocurriendo en Treblinka, Majdanek o Auschwitz.

En ese momento, el contenido de los testimonios cambia. Si bien hasta 1942 se podía creer en una pronta derrota alemana, tal como se expresa repetidamente en la prensa clandestina , después de las deportaciones y la evacuación masiva de los ghettos a mediados de ese año, surge la certeza del fin, aunque sin saber ni cómo ni dónde. Se consolida aquello que Lawrence Langer ha denominado choiceless choice, una elección sin opciones , es decir, una elección que no se da entre la vida y la muerte, sino entre formas inéditas de respuesta ante la muerte, impuestas por una situación en la que la víctima no puede elegir. La escritura se transforma, entonces, en elegía. ¿Cómo dar nombre y rostro a los que desaparecen ?

El poema de Simkhe Bunem Shayhevits, por ejemplo, simboliza el destino de miles de deportados en tres figuras: padre, madre e hija.

Y ahora, Blemele, niña querida
contén tu alegría infantil
-ese flujo mercurial dentro de ti-
preparémonos para el camino desconocido.

No me mires con extrañeza
con tus grandes ojos cafés
y no preguntes por qué
tenemos que abandonar nuestro hogar.

E ir en largos, largos,
desconocidos y nevados caminos;
y por qué, en lugar de una aldea o ciudad,
vendrá a encontrarnos el terror.-

Y ahora, Blemele, querida niña
deja, deja ya de jugar,
no hay tiempo para eso,
podemos ser llamados en cualquier momento

a dejar nuestro pobre hogar
-un bote solitario en una isla de arena-
y ser arrastrados en medio
de un furioso y desnudo mar.

Afuera el primer grupo
es arrastrado:
mujeres, hombres, ancianos: en sus espaldas
pesados bultos, niños en sus brazos.

Sus rostros desolados
están enrojecidos de vergüenza y frío
Sus pasos tambalean;
sus miradas son las de un sentenciado a muerte.

A pesar de que fuerzas de resistencia se organizaron en los ghettos de Varsovia, Minsk y Kovno, su ubicación, la falta de armamento, el aislamiento y la carencia de toda clase de ayuda exterior se tradujo en una derrota inevitable.

Entre 1943 y 1944, los ghettos no sólo fueron destruidos, sino arrasados por completo. De un mundo social vibrante, como fue el judaísmo oriental en el período de entreguerras, sólo quedaron piedras calcinadas. Un testimonio anónimo de alguien que se salvó de la destrucción del ghetto de Varsovia, escrito en el lado ario de Varsovia en 1943, señalaba:
“Domingo, 25 de abril de 1943. Al atardecer, el ghetto judío en Varsovia fue incendiado, y decenas de miles de hombres, mujeres y niños perecieron entre las llamas; aquellos que trataron de escapar fueron acribillados en las calles y aquellos que milagrosamente escaparon fueron cazados y atormentados durante semanas, meses, hasta que también fueron aniquilados. Y cuando más tarde, buscando a través de una de las azoteas por gente sofocada, encontré niños con bocas como agujeros negros, y mujeres cuyos puños cerrados apretaban pelo arrancado de sus cabezas, lloré y apreté mis propios puños y recordé los millones de puños apretados en todo el mundo, levantados en contra del hitlerismo y el fascismo”.

El escritor francés Marek Halter concluía su novela El libro de Abraham con la imagen de su abuelo entre las llamas en el momento final de la destrucción del ghetto de Varsovia, llevando en su mano una granada y abrazando contra su pecho el rollo que, de escriba en escriba y de impresor en impresor, contenía la historia de su familia desde el momento de su exilio de Jerusalén, el año 70 después de Cristo.

Indudablemente, se trata de una impactante imagen literaria. Pero también es cierto que, pese a que con el Holocausto se extirpaba de raíz la cultura del judaísmo oriental, ni las destrucción de los ghettos de Varsovia, Lvov, Bialystok, Cracovia o Lodz -ni tampoco las cenizas de Auschwitz- pudieron terminar con todo el pueblo judío ni tampoco con el testimonio que lo ha acompañado como depositario de la memoria y garantía de supervivencia.

En el contexto de la sociedad virtualmente cerrada hacia el exterior como fue el ghetto, la palabra testimonial se convirtió en itinerario del recuerdo, resistencia al olvido y lucha contra el tiempo. Surgida desde los subsuelos de la historia, y alzada sobre el silencio final de los restos de todos y cada uno de los ghettos judíos en Polonia, dio rostro a quienes desaparecieron en la noche y dio voz a aquéllos para los cuales era demasiado tarde. La palabra testimonial escrita en el ghetto, leída hoy, a la luz del pasado, nos permite dialogar con los olvidados. El Holocausto es, todavía, una herida que no cicatriza; pero allí están las palabras testimoniales para derrumbar al silencio y para transgredir a la muerte; palabras que son, también, un silencioso kaddish por ellos.

Los testimonios del ghetto se insertan así entre la historia y la memoria. Ante la cancelación de la historia, cuya dimensión referencial es el futuro, el compromiso con la construcción de la memoria adquiere un renovado significado. Frente el imperativo histórico de recordar que ha caracterizado la trayectoria judía, Zakhor, la memoria y la historia parecen separarse en el tiempo, toda vez que la primera resultaría ser la expresión emotiva y participativa de la memoria colectiva que permeó y caracterizó a la vida judía hasta la llegada de la modernidad y la historia (historiografía) emergería como una empresa de crítica histórica, incorporando los elementos de cambio y agencia que definen al ejercicio histórico occidental en la modernidad . De frente a esta dicotomía entre memoria e historia, sin embargo, es factible incorporar un nuevo elemento, el de la conciencia histórica, como dimensión que conjuga y relaciona a ambos.

Junto a la posibilidad de una lectura de ambas dimensiones en clave de ruptura o continuidad, ciertamente la literatura del ghetto recupera el imperativo milenario de dar testimonio, mismo que se perfiló en el seno de la memoria judía, y accede, simultáneamente, a los requerimientos de la modernidad: generar los referentes a partir de los cuales se construirá la historia que habrá de nutrir, a su vez, las nuevas formas de apropiación del pasado.

Es en este sentido que cabe destacar el progresivo reconocimiento de la literatura testimonial como fuente indiscutible de reconstrucción histórica al tiempo que la memoria recupera y articula, construye y resignifica, el testimonio individual con el destino colectivo.


Fuente: Acta Sociológica, noviembre 1999, F.C.P.YS., UNAM, pp. 55-86.
Judit Bokser Liwerant
Gilda Waldman M.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío. Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Este artículo es la tercera parte del ensayo “El ghetto: historia y memoria”, de Judit Bokser Liwerant y Gilda Waldman M.

Este texto, en 4 partes, reconstruye una de las fases del proceso de exterminio de seis millones de judíos durante la II Guerra Mundial: la referida al establecimiento de los ghettos en Polonia y Europa Oriental. Esta reconstrucción se sustenta sobre dos ejes fundamentales. Por una parte, la dimensión histórica, que se centra en aspectos centrales de la creación de los ghettos, su significado para la vida judía, su estructura organizativa, la vida en su interior y el proceso de su destrucción.

Por la otra, la dimensión testimonial, que pone atención a los poemas, diarios y archivos escritos en el ghetto, como expresión individual y de pertenencia colectiva y, al mismo tiempo, como depositarios de la memoria, componente esencial de la experiencia histórica del pueblo judío.


Como consecuencia de lo anterior y de modo complementario, la actividad cultural realizada dentro de los ghettos fue notable. Si bien la vida estaba modelada por la obligatoria adaptación a las condiciones impuestas por el dominio nazi, y, fundamentalmente, por la necesidad de sobrevivir, no se trataba sólo de sobrevivir físicamente, sino también política, cultural y espiritualmente. A pesar de la intensidad de los sufrimientos -sobresaturación poblacional, raciones alimenticias insuficientes, enfermedades, amenazas de ser llevados a trabajos forzados, entre otros- en los ghettos continuaron las conferencias, las actividades teatrales, y los conciertos; una vasta creación literaria en hebreo, yidish y otros idiomas se traducía en una pasión por la lectura; aunque la educación estaba expresamente prohibida, se impartían clases clandestinamente tanto para niños como para universitarios.

Prensa clandestina

La prensa clandestina proliferó, llegando a publicarse más de 50 periódicos diarios solamente en el ghetto de Varsovia. Debe recordarse que los 30 diarios y 130 periódicos en yidish, hebreo y polaco que el judaísmo polaco había generado fueron abolidos en 1939 y se prohibió también la lectura de la prensa alemana.

En 1940, la administración alemana, el Gobierno General, comenzó a publicar un periódico semanal que sólo contenía la información (y desinformación) que los alemanes querían transmitir y las órdenes que debían cumplirse. De allí que la prensa judía clandestina en el ghetto de Varsovia, como en los otros ghettos, cumplió la tarea esencial de proveer información al tiempo que devino un foco de referencia precisamente para resguardarse frente a la deshumanización y garantizar la supervivencia humana.

Los editores de los periódicos eran, en su mayoría, miembros destacados de los partidos y organizaciones políticas, así como de los movimientos juveniles, que proyectaron en la palabra escrita las polémicas ideológicas. En estos foros es posible ver como ante las traumáticas condiciones que les fueron impuestas a sus vidas, las diferentes posiciones reflejaron la mediación de sus diagnósticos ideológicos en la aprehensión de la realidad y la centralidad de las pugnas político-culturales.

De este modo, en medio de las terribles vicisitudes del ghetto, se consolidó un fuerte ámbito de reflexión sobre el presente, de re-interpretación del pasado y de visiones del futuro que nutrió un sentimiento de conciencia histórica. Esta encontró a su vez, en el testimonio escrito, una de sus más importantes fuentes de expresión. El historiador Emmanuel Ringelblum, organizador de los archivos clandestinos del ghetto de Varsovia y del diario que ha permitido reconstruir la vida en él, señalaba a principios de 1943, casi al final de su vida:

“Todos escribían…periodistas y escritores por supuesto, pero también maestros, hombres públicos, jóvenes, incluso niños…..”.
La palabra dejó de pertenecer, así, sólo al escriba encargado de copiar sin errores los textos sagrados, o al rabino erudito, o incluso al historiador profesional. En los ghettos, la palabra escrita se socializaba; la experiencia colectiva pasaba a través del testimonio individual y éste, sustentado sobre la vivencia personal, se transformaba en la vivencia de todo un pueblo. El testimonio fue, incuestionablemente, único y sus palabras fueron las de una época y contribuyeron a crear una memoria colectiva.

Testimonios personales

La vivencia personal y la comunitaria se insertaron en la vasta tradición testimonial judía, que obedecía a un doble imperativo. El primero, el de dar testimonio para documentar un acontecimiento denunciando toda iniquidad y buscando la justicia; el segundo, plasmado desde de Deuteronomio bíblico y forjado por profetas y sacerdotes, el de recordar, componente central de la experiencia colectiva del pueblo judío. En este sentido, la palabra testimonial escrita en los ghettos constituyó un elemento de resistencia frente al olvido y la muerte; pero también fue una re-escritura de la historia desde la perspectiva de los vencidos.

El testimonio de los ghettos, escrito en un presente sin futuro, desafió el proyecto nazi de borrar de la faz del planeta al pueblo judío, como si éste no hubiera existido ni pudiera dejar herederos ni memoria; respondió a la necesidad de interpretar el significado de la experiencia y fue también la continuación de la tradicional respuesta judía a las catástrofes que asolaron su historia, desde aquellos versos que cantaban junto a los ríos de Babilonia la nostalgia por Jerusalén, pasando por los relatos en torno a los mártires que sacrificaron su vida en nombre del Nombre Sagrado, los testimonios de la expulsión de España o los poemas escritos por Jaim Nachman Bialik a raíz de los pogroms de Kishinev en 1903.

En los ghettos, supervivencia y testimonio se volvieron ejes de una misma tensión: el testimonio literario fue un medio para combatir la desesperación, al tiempo que la supervivencia encontraban en el testimonio una forma para que la historia se narrase a sí misma.

El testimonio intentaba sobreponerse al silencio al que el judío estaba condenado, creando una estrecha relación entre el que escribía y su comunidad. Aislados, con una percepción fragmentada de su realidad, centrados sólo en lo que ocurría a su alrededor e imposibilitados para imaginar una Solución Final para la cual no existían precedentes históricos, quienes escribían en los ghettos era testigos directos de lo que acontecía.

De hecho, existía una conexión inmediata entre la experiencia, el escritor y el texto. Los testimonios de los ghettos están escritos desde el remolino de los acontecimientos y tienen, por lo tanto, el peso de la realidad; se inscriben, a su vez, en la intersección entre el propósito distorsionador de la información proporcionada por el régimen nazi, las propias esperanzas y la conciencia del valor de su propia obra.

El carácter determinante de esta dominación sobre la vida y el destino de quienes escribían condujo a la dramática paradoja de que el autor de los diarios, de modo más evidente, no era el protagonista de la narrativa, ni el autor de su vida, ni el agente de su realidad. El hecho de estar encerrados en el ghetto convertía a los escribas en víctimas a merced de sus perseguidores; su destino estaba fijado de antemano. La experiencia personal se desarrollaba, así, en el marco de una realidad sobredeterminada por el destino grupal sobre el cual se reducían las posibilidades de incidencia.

Los testimonios escritos en los ghettos son múltiples y variados: desde prédicas y sermones -religiosos y seculares- dedicados a comprender el significado de lo que acontecía hasta novelas que pretendían reflejar fielmente la realidad; desde leyendas de la tradición judía actualizadas a la desgracia de la situación hasta reportajes que describían, por ejemplo, las fumigaciones de los departamentos en el ghetto de Varsovia y lo baños forzados en pleno invierno en aras de la “desinfección”; desde las crónicas satíricas sobre las disposiciones del Consejo Judío y sus efectos sobre la población hasta la más pura prosa literaria que reflejaba lo que era tener hambre en el ghetto ; desde poesía hasta diarios personales; desde testimonios individuales hasta notas cotidianas y archivos históricos que daban cuenta del acontecer en la vida judía del ghetto.

Quisiéramos detenernos, sin embargo, en algunas expresiones testimoniales que fueron particularmente importantes, no sólo como recreación de los gritos y silencios que recorrían a los ghettos, sino asimismo como aquella otra voz que se alzaba frente a la voz única de la experiencia cerrada del ghetto, negándose a capitular frente a la destrucción y otorgando nombre a los eufemismos con los que el nazismo pretendía ocultar la verdad.

Poesía

La poesía, por ejemplo, fue un género que floreció como medio de comunicación en los ghettos, ya sea públicamente o en la prensa clandestina. Muchos poemas se convirtieron en canciones, e incluso en himnos de resistencia; algunos fueron escritos para representaciones teatrales y otros se recitaban en reuniones juveniles. El lenguaje de la poesía, fragmentario y metafórico, así como su intensidad emocional y el poder de su palabra se prestaban de manera casi ideal para expresar la desesperación y la inconmensurabilidad del dolor que asolaban al ghetto.

¿Cómo podía un padre enseñarle a un hijo, por ejemplo, el hambre y el frío?
En el ghetto de Varsovia, en mayo de 1941, Yitzhak Katzenelson escribía:

Sale, mi amor, a la calle,
sale y muere en la calle,
en la dura acera.
Traed a nuestros pálidos hijos.
Traed al mayor,
traed al mediano,
el menor es aún muy joven
pero como un judío adulto
puede morir de hambre en la calle.

Y el mismo poeta, en enero de 1942, agregaba:

Hace frío adentro, un frío amargo.
Lobos corren alrededor del cuarto.
Osos polares obstruyen las ventanas.
Yo, mi esposa y mis hijos temblamos
y no sabemos qué hacer.

Y nadie ve, y nadie quiere oír.
No llores, oh, no llores.
Aunque tus lágrimas son silenciosas,
pueden helarse en tus ojos.

Muchos poemas expresaban la cruda realidad de los niños huérfanos acunados por manos ajenas. Así, por ejemplo, Leah Rudnitsky escribía en el ghetto de Vilna en 1942:

Pájaros se posan en las ramas.
Duerme, ni niño querido.
Junto a tu cuna, en el campo,
un extraño se sienta y canta.
Alguna vez tuviste otra cuna
tejida de alegría.
Y tu madre, oh tu madre,
ya no regresará más.

Y en el mismo ghetto, en abril de 1943, Shmerke Kaczerginski escribía:

En algún lugar tu padre desapareció,
desapareció con toda nuestra alegría.
Quieto, mi niño; no llores, mi tesoro;
no sirven las lágrimas.
No importa la furia de tus lágrimas,
el enemigo no las verá.
Los ríos se abren en océanos
las celdas no son el mundo,
pero para nuestro dolor
no hay final
no hay luz.

Otros poemas acentuaban el dolor, no sólo del frío, sino de la falta de hogar: Wladyslaw Szlengel escribía en 1941 en el ghetto de Varsovia:

La nieve que cae es miserable y taladra.
Lana blanca envuelve mis pies.
Un judío en su trabajo -y un soldado.
Juntos estamos en las calles vacías.
Tú no tienes hogar -tampoco yo.
El tiempo ha detenido el leve fluir de la vida.
Oh, que brecha temerosa entre tú y yo.
Y sin embargo, estamos ligados por la nieve.

Uno de los más conmovedores poemas escritos en ghetto pertenece a Abraham Sutzkever quien, entretejiendo la fuerza poética y la terrible realidad de la guerra, escribía en el ghetto de Vilna en enero de 1943:

Las ruedas de la carreta se apresuran,
palpitando..
¿Qué llevan?
Zapatos, temblando.

La carreta es como
una gran sala:
los zapatos se apretujan
como en un baile
.
¿Una boda? ¿Una fiesta?
¿Me he vuelto ciego?
¿Quién ha dejado
estos zapatos atrás?

Las ruedas rechinan
con un estrépito temeroso,
transportadas desde Vilna
a Berlín.

Debiera aquietarme,
mi lengua es como carne,
pero la verdad, zapatos,
¿dónde están tus pies?

¿Los pies de estas botas
con botones afuera?
¿ésos, sin nadie,
o aquellos, sin una novia?

¿Dónde está el niño
que cabía en estos zapatos?
¿Está descalza la muchacha
que compró estos otros?

Pantuflas o zapatillas,
miren, aquí están las de mi madre:
su par del Sábado,
junto con otros pares.

Las ruedas rechinan
con un estrépito temeroso,
transportadas desde Vilna
a Berlín.

(Continuará)


Fuente: Acta Sociológica, noviembre 1999, F.C.P.YS., UNAM, pp. 55-86.
Judit Bokser Liwerant
Gilda Waldman M.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío. Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Este artículo es la segunda parte del ensayo “El ghetto: historia y memoria”, de Judit Bokser Liwerant y Gilda Waldman M.

Este texto, en 4 partes, reconstruye una de las fases del proceso de exterminio de seis millones de judíos durante la II Guerra Mundial: la referida al establecimiento de los ghettos en Polonia y Europa Oriental. Esta reconstrucción se sustenta sobre dos ejes fundamentales. Por una parte, la dimensión histórica, que se centra en aspectos centrales de la creación de los ghettos, su significado para la vida judía, su estructura organizativa, la vida en su interior y el proceso de su destrucción.

Por la otra, la dimensión testimonial, que pone atención a los poemas, diarios y archivos escritos en el ghetto, como expresión individual y de pertenencia colectiva y, al mismo tiempo, como depositarios de la memoria, componente esencial de la experiencia histórica del pueblo judío.


Desde el inicio de la invasión nazi a Polonia las disposiciones contra los judíos fueron incrementándose y endureciéndose. A fines de septiembre de 1939 se promulgó un decreto que ordenaba que todos los judíos que viviesen en aldeas y pequeños pueblos se concentrasen en las ciudades, mismas que se congestionaron las poblaciones de refugiados.

A fines de octubre de 1939 se impuso a todos los judíos en territorio polaco ocupado por los alemanes la obligación de llevar en su ropa un distintivo con la estrella de David. El 12 de diciembre de ese mismo año fueron reclutados todos los varones de entre catorce y sesenta años para trabajos forzados. Poco tiempo después, se aplicaron a los judíos polacos las leyes restrictivas promulgadas anteriormente en Alemania. De este modo, la expulsión de escuelas y universidades así como la prohibición de visitar lugares públicos y participar en actividades culturales anularon sus derechos políticos; a su vez, la confiscación de sus talleres, establecimientos y empresas industriales generaron condiciones de extrema dificultad para garantizar su subsistencia. Los arrestos arbitrarios y los frecuentes casos de violencia y brutalidad crearon un terror permanente.

La idea de establecer ghettos fue planteada en diversas ocasiones, por ejemplo, en 1938 por Goering, pero no fue aceptada.

En septiembre de 1939, Heydrich ordenó a los grupos de ataque, Einsatzgruppen, la disolución de comunidades con menos de 500 miembros y la concentración de judíos en barrios especiales en el interior de las ciudades. En los meses siguientes se anunció que todos los judíos serían obligados a trasladarse a estas áreas restringidas. El primer ghetto se estableció en abril de 1940 en la ciudad industrial de Lodz; el segundo, en Varsovia, en noviembre del mismo año. Este último se convirtió en el más grande en territorio europeo, ubicado en el seno de una ciudad central al desarrollo del judaísmo polaco. A pesar de la diversidad de dimensiones y características de los diferentes ghettos, el de Varsovia ha devenido símbolo y paradigma de aquéllos. La idea de su establecimiento surgió en noviembre de 1939, pero conflictos entre la Gestapo y las autoridades militares pospusieron su implementación.

En el verano de 1940, antes de que éste fuese oficialmente establecido, los alemanes construyeron murallas que separaban la sección donde se encontraban los judíos que ya habían sido concentrados en la ciudad, separándolos del resto de la población.

Expuesta inicialmente como una medida de cuarentena para aislar a la población judía por una epidemia de tifoidea, en septiembre de 1940 los 80 000 polacos que aun vivían en el área fueron removidos y el 3 de octubre fue oficialmente declarada la existencia del ghetto.

Se estima que a mediados de octubre, los 140 000 judíos que aún se encontraban en diferentes zonas aledañas fueron llevados a él, sumándose así a los 240 000 que ya habitaban en él.

Este movimiento concentró a casi 400 000 personas en un área de cien manzanas; así, un tercio de la población de Varsovia quedó hacinada en el 2.4 % de la ciudad.

En 1941 había ghettos en todo el territorio de Polonia y también en las zonas conquistadas a los soviéticos después de la invasión a la URSS, en junio de ese mismo año. Inicialmente, los ghettos sirvieron como centros de concentración para los esfuerzos de expulsión; más tarde, a partir de la decisión de llevar a cabo la Solución Final, en marzo de 1941 y más aceleradamente, desde la primavera de 1942, se convirtieron en centros de deportación para los recién establecidos centros de exterminio

De hecho, el establecimiento de ghettos no implicaba, inicialmente, la decisión de aniquilar a los judíos, aunque un paso esencial en este plan consistía en acelerar la ruina económica, social y política de la población judía, deteriorando al máximo las condiciones de vida del ghetto y acrecentando el terror. Al principio hubo dos tipos de ghettos: los abiertos, sólo demarcados como áreas restringidas a los judíos, y los cerrados, como en el caso del de Varsovia, alrededor del cual se construyeron murallas.

En este último caso, hasta el 15 de noviembre de 1940 fue aún posible para los judíos trabajar fuera del ghetto y salir de él. A partir de entonces, sus puertas fueron selladas. Las 22 entradas del guetto de Varsovia fueron clausuradas y ya no se permitió a los judíos su salida.

Esta tendencia acompañó de modo genérico a la vida en los demás ghettos: si bien en un comienzo los alemanes, por consideraciones económicas, concedieron permisos de salida y entrada, ello se canceló y se ordenó la pena de muerte a todo judío que fuese hallado en el exterior. De igual modo, se prohibió la recepción de envíos procedentes de los países neutrales y el contrabando de mercancías desde el lado “ario” se hizo mucho más peligroso, lo que incrementó el hambre y multiplicó las enfermedades y epidemias.

A mediados de 1942 empezaron a funcionar los campos de exterminio, y la sociedad judía del ghetto comenzó a perecer cuando, a través de sucesivas y gigantescas deportaciones, sus miembros fueron enviados a los crematorios.

Ciertamente, el ghetto significó una regresión en la vida de los judíos polacos de la cuarta década del siglo XX. Sus murallas que constituían, de hecho, una frontera entre dos países, los privaban de gran parte de sus medios de subsistencia; pero, de manera más grave aún, el ghetto implicaba un fenómeno dejado atrás por el reloj de la historia.

La segregación judía de tiempos medievales, que había encontrado en el ghetto una de sus máximas expresiones, había sido cancelada por la modernidad y, paulatinamente a lo largo del siglo XIX los judíos se habían integrado a la vida social, política y cultural europea. La emancipación judía, que había significado el acceso a la igualdad jurídica y política de los judíos en el seno de los modernos Estados nacionales, se vería así revertida.

Los ghettos constituyeron, así, un paso intermedio entre la libertad de pre-guerra y la aniquilación posterior.

Administrativamente, el ghetto estaba dirigido por un Consejo Judío, Judenrat, encargado de ejecutar las órdenes y disposiciones nazis hacia los judíos. A partir de octubre de 1939 la Policía de Seguridad alemana fue facultada para seleccionar o reemplazar a los miembros de los Consejos, sustituyendo e instrumentando simultáneamente el rol de la autoridad. Subordinados a la administración de la ocupación alemana, estos Consejos fueron parte esencial de la política nazi de control de la población. La diversidad de los Consejos Judíos en los distintos ghettos fue notable, mostrando características diferentes en su constitución, el modo como fueron nombrados, su grado de representatividad, su estructura interna, su relación con otras organizaciones comunitarias, con la policía del ghetto y la posición que asumieron de frente al problema de la resistencia armada. Al igual que el ghetto no fue un fenómeno homogéneo, y su propia condición de anormalidad compartida generó diferencias entre unos y otros, los Consejos Judíos exhibieron una gran diversidad. Algunos Consejos fueron la continuación de las diversas formas de gobierno judío que habían existido en el pasado; otros fueron nombrados entre los miembros más distinguidos de la población judía, con objeto de inducir a los demás a prestar obediencia y crear la ilusión de que la existencia judía continuaba normalmente.

Ciertamente, la situación y el papel llamado a jugar por los Consejos Judíos fue profundamente ambiguo y difícil. El Consejo estaba autorizado para administrar la vida interna del ghetto, por ejemplo, el aprovisionamiento de alimentos, protección contra enfermedades, registro de la población, organización de las viviendas; la asistencia social, a través de orfelinatos, casas para ancianos, comedores populares y la imposición de gravámenes, e incluso, en algunos casos, la impresión del papel moneda y los sellos de correo. Todo contacto entre los judíos y las autoridades nazis debía hacerse, obligatoriamente, por su intermedio y, simultáneamente, éste se veía obligado a satisfacer los requerimientos nazis, primero de dinero y trabajo, y más tarde, de vidas humanas. Este sistema jerarquizado de supervisión alemana reforzaba el carácter incondicional y absoluto con que se buscaba que los Consejos Judíos garantizaran el cumplimiento de las órdenes. De allí que un dilema similar los unía: “conservar la vida judía en un marco de destrucción alemana. No podían seguir indefinidamente sirviendo a los judíos, mientras simultáneamente obedecían a los alemanes”. Así, de frente a la paradoja de conservar la vida judía en el marco de la destrucción llevada a cabo por los alemanes, se desarrolló la estrategia, por ejemplo de “rescate mediante el trabajo”, misma que se dio de modo ampliado en ghettos como Lodz, Vilna, Cracovia y Czestochowa, en los que se construyeron industrias y fábricas que permitían prolongar la vida humana a partir del supuesto de que su utilidad permitiría negociar la vida de quienes la sostenían por medio de su trabajo.

En esta lógica de dominación, cabe destacarse que los ghettos contaron con un elemento nuevo, inexistente hasta entonces en la vida comunitaria hebrea: una policía judía; creada por iniciativa nazi, cooperaba con el Consejo para imponer su autoridad entre la población. Simultáneamente, los alemanes protegían a otros sectores no pertenecientes al Consejo Judío, a quienes hacían concesiones económicas o sobornaban para alentar la delación.

En el seno de este marco progresivamente deshumanizante, que atentaba contra la vida individual y la pertenencia y solidaridad colectivas, asistimos, sin embargo al desarrollo intenso de los movimientos, partidos políticos e ideologías existentes durante el período anterior a la guerra. Estos continuaron con sus actividades, sus debates y sus pugnas en el ghetto, lo que si bien no les permitió convertirse en una alternativa al Consejo Judío, les posibilitó dotar del significado y orientación que toda acción colectiva requiere. La diversificación de la vida política y cultural que acompañó al judaísmo europeo a vuelta de siglo y que se consolidó en las primeras décadas del siglo XX, se originó a partir de la pluralidad de diagnósticos en torno a la “cuestión judía” y las posibles soluciones a la condición judía en la modernidad.. Estos oscilaban entre la asimilación y el renacimiento nacional; entre la integración grupal –con diferentes códigos de identidad de minoría nacional o cultural-, variadas formas de autonomía y la incorporación a los procesos revolucionarios globales. En todo caso, entre las dimensiones puestas en juego por este proceso de diversificación interna secularizante, destacaba la reivindicación del papel de la acción del hombre y el grupo en la definición de su destino. De allí que en el seno del ghetto, la polémica ideológica orientó la interpretación de los sucesos al tiempo que separó y confrontó, arrojando diversos grados de luz y sombra sobre una realidad que minimizaba la posibilidad de incidencia. Parte importante de esta actividad política fue la labor de los movimientos juveniles, que constituyeron el núcleo de lo que sería, posteriormente, la resistencia armada en algunos de los ghettos.


Fuente: Acta Sociológica, noviembre 1999, F.C.P.YS., UNAM, pp. 55-86.
Judit Bokser Liwerant
Gilda Waldman M.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío. Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

 

Un equipo de productores israelíes creó una canción llamada Kan Leolam (Aquí para siempre) con las voces de los fallecidos artistas Ofra Haza y Zohar Argov usando inteligencia artificial, informó The Times of Israel.

La canción fue producida con motivo del 75 aniversario de la Independencia de Israel.

“La idea era mezclar tecnología y creatividad”, dijo Oudi Antebi, director ejecutivo y cofundador de Session 42, una productora de música israelí que utiliza tecnología y análisis de datos para crear canciones.

“La tecnología tenía que romper todas las fronteras, ser lo más salvajes y locos que pudiéramos ser y cumplir fantasías. Esta canción es un gran ejemplo de eso”.

Session 42 también ha estado trabajando en otros proyectos, como la próxima canción de Eurovisión de Noa Kirel, Unicorn, producida y arreglada por Yinon Yahel en Session 42, y un próximo proyecto en 3D del que Antebi aún no está listo para hablar.

“Se trata de decir que este mundo está cambiando y lo usaremos para hacer canciones, ese es nuestro ADN”, dijo Antebi.

Haza y Argov tuvieron el éxito de sus carreras en la década de 1980 y cambiaron la forma en que los israelíes pensaban sobre la música mizrají.

Haza, la menor de 8 hermanos de una familia yemenita, era conocida como la Madonna del Este por su voz de mezzosoprano. Su vida se vio trágicamente truncada a los 42 años víctima de VIH-SIDA, un hecho que generó mucha controversia en ese momento.

Argov, también de una familia yemenita, era conocido como el rey de la música mizrají con una voz nasal distintivamente aguda.

Adicto a las drogas, murió a los 32 años en prisión por aparente suicidio, cargando a cuestas con una condena de 10 años de prisión por el delito de violación.

Antebi y sus cofundadores de Session 42 analizaron la polémica alrededor de Argov al decidir qué artistas usar para el proyecto de IA, pero después de realizar una encuesta para ver qué artistas representaban mejor a Israel, la gran mayoría mencionó a Haza y Argov.

También obtuvieron el consentimiento de las familias Argov y Haza para el proyecto. Antebi dijo que les pidieron a las familias que trataran de imaginar lo que Argov y Haza habrían pensado de la idea.

“Es un dúo, no es solo uno de ellos”, dijo Antebi. “Hay todo tipo de preguntas y, al final, las familias realmente lo aceptaron. ”

Argov “se escucha en la radio docenas de veces al día”, dijo Antebi. “De facto, él está dentro del consenso. No hay boda que no toque sus canciones, así que decidimos que no intentaríamos ser más papistas que el papa”.

Pero había otros obstáculos que sortear, dijo Antebi.

Session 42 tuvo que obtener los derechos de las voces del archivo de las Corporaciones de Radiodifusión de Israel y las grabaciones propiedad de la compañía musical Reuveni Brothers, que había trabajado en estrecha colaboración con ambos cantantes.

“Necesitábamos esas bendiciones”, dijo Antebi para crear una versión acapella de sus voces, sin instrumentos, que requería las tecnologías de dos nuevas empresas de música israelíes.

“No quiero ser demasiado cliché, pero con todo lo que ha estado sucediendo en los últimos tres meses, eso ofreció mucha inspiración”, señaló Antebi ante la situación política que atraviesa Israel.

Es una canción que trata sobre Israel a los 75 años, sobre la nación emergente, la tecnología y la innovación, así como mucha nostalgia, dijo Antebi.

Las familias de Haza y Argov tuvieron derecho a vetar la canción final, dijo Antebi, pero afortunadamente les encantó.

“Te dices a ti mismo, ‘hicimos algo enorme'”, dijo. “Miras las reacciones que hace la gente, los comentarios en YouTube, y te hace sentir que somos una nación, que la música puede hacer cosas tan grandiosas”.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Este artículo es la primera parte del ensayo “El ghetto: historia y memoria”, de Judit Bokser Liwerant y Gilda Waldman M.

Este texto, en 4 partes, reconstruye una de las fases del proceso de exterminio de seis millones de judíos durante la II Guerra Mundial: la referida al establecimiento de los ghettos en Polonia y Europa Oriental. Esta reconstrucción se sustenta sobre dos ejes fundamentales. Por una parte, la dimensión histórica, que se centra en aspectos centrales de la creación de los ghettos, su significado para la vida judía, su estructura organizativa, la vida en su interior y el proceso de su destrucción.

Por la otra, la dimensión testimonial, que pone atención a los poemas, diarios y archivos escritos en el ghetto, como expresión individual y de pertenencia colectiva y, al mismo tiempo, como depositarios de la memoria, componente esencial de la experiencia histórica del pueblo judío.

El Holocausto

Si bien el siglo XX ha estado recorrido por asesinatos masivos, masacres y genocidios que han dejado una cifra escalofriante de víctimas, ningún acontecimiento histórico de este periodo ha tenido un alcance tan devastador en sus motivaciones y en su dimensión ética como el Holocausto.

Aunque ha sido estudiado exhaustivamente, razón e imaginación han quedado desamparadas frente a este evento. La primera no puede comprender un mal inimaginable; la segunda no puede imaginar un mal incomprensible.

Acontecimiento central del siglo que termina, el Holocausto significó el exterminio de dos terceras partes del judaísmo europeo, al tiempo que confrontó a la conciencia occidental con las paradojas de su modernidad: razón y ciencia no constituían, necesariamente, las vías de liberación que la Ilustración había soñado ni que podían evitar las vertientes más sombrías de la barbarie; la idea y el mito de la historia como progreso convivían con la más perfecta planificación científica del asesinato masivo y las esperanzas más promisorias de la humanidad habían llegado a límites de inhumanidad jamás contemplados hasta entonces.

El Holocausto constituyó un acontecimiento único. Referido al asesinato de seis millones de judíos y a la planeada aniquilación total del pueblo hebreo -impedido sólo por la derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial- el Holocausto no tiene parangón en la historia.

Por primera vez, un Estado legítimamente constituido se propuso aniquilar a hombres, mujeres y niños por el mero hecho de ser judíos, a fin de no dejar huella de ellos en el mundo. Por primera vez, en 1933, un Estado moderno poseedor de una avanzada tecnología cayó en poder de una ideología, un partido, un hombre y un sistema de dominación para los que el antisemitismo era la cima ideológica de un pensamiento profundamente racista que en el marco de una concatenación única de procesos y eventos condujo al exterminio.

El asesinato y la destrucción de la vida comunal judía fue para el Estado nazi un fin en sí mismo, sustentado en la convicción de que el judío no tenía derecho a vivir. El Estado nazi dedicó sus energías y sus instituciones gubernamentales, industriales, tecnológicas y científicas para cometer el asesinato masivo de millones de judíos europeos bajo el eufemismo de Solución Final. A diferencia de acontecimientos históricos previos, el objetivo primario del nazismo no era la conversión o la persecución del judío, sino su aniquilación total. Se trataba, en última instancia, de cambiar el espectro y la composición de la especie humana eliminando a uno de sus componentes -el pueblo judío- de la faz de la tierra.

Si bien entre las víctimas del nazismo puede contarse a polacos, gitanos, comunistas, homosexuales y prisioneros de guerra soviéticos, entre otros, ciertamente fueron los judíos el blanco central del régimen nazi. El historiador Yehuda Bauer señala al respecto:

“La lucha contra los judíos fue parte crucial de la escatología nazi, un pilar absolutamente central de su visión de mundo y no sólo una parte de su programa”.

En esta línea de pensamiento, en el seno de la prolífera historiografía contemporánea en torno al nazismo, un lugar destacado ocupan aquellos estudios que han ponderado el lugar del Holocausto como una dimensión central y sustantiva de aquél. El permanente avance en la investigación ha generado nuevos enfoques y hoy privan interpretaciones que han convertido a la diversidad en su rasgo distintivo. En un intento por caracterizar el estado actual del saber, Saul Friedlander alude al flujo de las reformulaciones de los últimos quince años, apuntando, sin embargo, hacia la posibilidad de ver en éstas acercamientos complementarios, factibles de nutrir nuevas síntesis.

Entre los elementos que pueden orientar la conjunción de las interpretaciones más tradicionales con los nuevos enfoques, el binomio modernidad-mito aparece como una dimensión destacada que permitiría una amplia caracterización del antisemitismo nazi.

Tanto la modernidad como el mito parecen haber convivido, como elementos contrarios y coexistentes en el seno del nazismo. En la imagen nazi del judío, puede verse de un modo paradigmático cómo el mito se entreteje y arropa de pensamiento “científico”.

Mientras que por una parte la dimensión mítica, arraigada en la tradición, el imaginario y las teorías populistas raciales se centró en el peligro inherente en la naturaleza biológica del judío , por la otra, se insertó en el discurso científico y moderno del pensamiento racial del siglo XIX.

Sin embargo, el componente “científico” parece diluirse y la dimensión mítica aparece de modo exclusivo en lo que respecta a la visión del judío como peligro no sólo por causas biológicas sino por la percepción nazi de él como fuerza destructiva en la historia, asociada simultáneamente a la dominación mundial así como a su destrucción.

De allí que la victoria del “ario germano” sobre el judío no era sólo una necesidad geopolítica para su existencia, sino una condición para la supervivencia de toda la humanidad, toda vez que una amenaza fundamental para la consecución de este objetivo lo constituía la existencia del judío, “un elemento satánico y parásito, débil y despreciable, y sin embargo, también inmensamente poderosos y absolutamente malvado”.

En tanto encarnación del mal, era una raza cuya deshumanización generó una cruel.interacción entre el concepto de raza inferior y de anti-raza. El exterminio judío se volvía, así, para los nazis, como lo diría Himmler en 1943, “una página gloriosa de su historia”, en la que la Solución Final representaba una obligación moral.

Quienes han destacado al antisemitismo como causa directa del exterminio de los judíos, han puesto un énfasis diferencial sobre sus dimensiones contrarracionales o no instrumentales así como sobre los aspectos irracionales de las políticas nazi.

Un acercamiento a la vez complejo y multidimensional al nazismo y al Holocausto apunta hacia la conjunción de una diversidad de procesos históricos contingentes, de desarrollos estructurales y de eventos que pusieron en juego diversos aspectos de la realidad. De allí que la atención a las raíces ideológicas del antisemitismo y sus nexos de significación con el Holocausto refiera tanto a sus relaciones con los antecedentes históricos y con la configuración interna del régimen como a los nexos con la organización burocrática y técnica del exterminio del pueblo judío. Así, por ejemplo, la tensión entre el imperativo extremista del pensamiento mítico y los requerimientos de las políticas burocráticas de un Estado moderno le han conferido un rasgo distintivo a las políticas nazis, tanto más específicos a la luz de la interacción de éstos con la figura de su líder máximo.

En esta línea, la propia complejidad de la dinámica interna del sistema nazi, las interacciones entre los diferentes agentes y actores políticos y los procesos de estructuración del sistema dual partido-Estado posibilitaron, permitieron y orientaron el exterminio de los judíos. De los estudios en torno a la estructuración organizativa del nazismo vis-a-vis la persecusión y el exterminio de los judíos, se han perfilado tanto la concepción de un aparato burocrático que actuó de modo autónomo, como la de un ordenamiento en el que la coexistencia de diferentes centros de poder y sus divergencias de intereses y rivalidades condujeron a medidas crecientemente radicalizadas.

Ciertamente, entre los márgenes del sistema y los marcos de la acción, se desarrolló una política de marginación, persecución y exterminio del pueblo judío.

Un proceso gradual

La coexistencia de diversos factores de poder rivales asumió particular relevancia en la gestación e implementación de las diferentes fases de las políticas anti-judías. El proceso de la destrucción de los judíos fue gradual. Desde esta perspectiva, aunque no existió un plan detallado que fijara tiempos y controlara cada movimiento por adelantado, las prácticas y dinámicas del ordenamiento estatal burocrático se conjuntaron y armonizaron con los objetivos ideológicos del régimen tal como fueron expresados por su líder. De allí que se dio a la luz de la compleja dinámica de la burocratización de sus instituciones, definida como una “radicalización acumulativa”, producto precisamente de las rivalidades y pugnas entre las unidades políticas del sistema. De este modo, en la década de los años 30, el asesinato estuvo ausente como política estatal no sólo por el peso de la opinión pública, sino también por la falta de integración al interior del régimen nazi y la carencia de una política anti-judía centralizada.

Durante esa época se aplicaron otro tipo de medidas contra la población judía tales como el boicot a negocios judíos, el empobrecimiento a través de la confiscación de propiedades; la restricción de libertades civiles y oportunidades profesionales, la creación de un clima social anti-judío, la promulgación de una legislación anti-judía, que alcanzó su expresión máxima con las leyes de Nuremberg en 1935 y el aliento a la emigración. De esta forma, los judíos fueron marginados, discriminados, segregados y excluidos de la sociedad alemana y de la protección de la ley, creándose poderosas fronteras que separaban entre ellos y el resto de la población

En 1938 se agudizaron en Alemania las políticas anti-judías que culminaron en noviembre de ese año con la Noche de los Cristales, en la que se quemaron sinagogas, se atacaron negocios y judíos alemanes y austríacos fueron asesinados y arrestados. De forma paralela, la intensificación de las políticas anti-judías, orientadas a “purificar” a Alemania, obligaba de manera perentoria al abandono voluntario o forzado.

Sin embargo, las posibilidades de emigrar eran difíciles: cada vez eran menos los países dispuestos a abrir sus puertas para recibir emigración judía de Alemania. En 1939 no se tomó ninguna medida para “resolver la cuestión judía”, pero se reforzó el método de la emigración obligada.

En el verano de ese año, el esfuerzo nazi por convertir a Alemania en un “territorio libre de judíos” estaba en marcha e incluso después de iniciada la guerra, el proyecto nazi visualizaba la emigración forzada de todos los judíos residentes en territorio conquistado por el Reich.

Con la conquista de Polonia, en Septiembre de 1939, se agregaron al dominio nazi tres millones de judíos y la situación cambió radicalmente ya que no se preveían formas satisfactorias para una emigración masiva de tal envergadura. La estrategia fue, entonces, “limpiar” de judíos áreas enteras, concentrándolos en ghettos.

(Continuará)


Fuente: Acta Sociológica, noviembre 1999, F.C.P.YS., UNAM, pp. 55-86.
Judit Bokser Liwerant
Gilda Waldman M.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío. Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.