Enlace Judío México e Israel- El Primer Ministro del Reino Unido, Chamberlain, llamó a Winston Churchill para que tomara su antiguo cargo de almirantazgo. Fue histórico aquel día en el que todo el parlamento se puso de pie para recibir a Churchill,  quien más tarde sería uno de los héroes más importantes del siglo XX.

El parlamento británico se encontraba dividido, liberales y conservadores se enfrentaban constantemente con posturas diferentes, pero no era tiempo para más divisiones, el enemigo era inmenso y para vencerlo había que mantenerse unidos.

Así llegó la primavera de 1940 y Hitler era la fuerza implacable del momento, sus tropas ya habían logrado conquistar gran parte de Europa Occidental con su famosa blitzkrieg, su rápida y cruel técnica de guerra que dejaba a todos sin posibilidad de defensa, mientras que, Winston Churchill, apenas estaba iniciando su gestión como Primer Ministro de Inglaterra. Una gestión que sería sumamente turbulenta pues se daba en el epicentro de una catastrófica guerra.

El panorama para los británicos era nefasto. Estados Unidos, su país hermano, se negaba a entrar en el conflicto. Quedaba claro que, aunque los americanos tenían una postura no querían adjudicarse ese tamaño de enemigos.

Buscando aliados

Francia, aliado de Gran Bretaña, había hecho el ridículo con su intento de defensa, tanques y barcos sin radios, armamento precario, todo fue una absoluta vergüenza. Existían más países aliados, pero ninguno tenía la capacidad de dar batalla a la poderosa Wehrmacht, que, con sus millones de soldados, su fuerza aérea conocida como Luftwaffe y sus poderosos tanques Panzer, estaban dejando perplejo al mundo entero.

Solo había un país, un solo país que podía tener la fuerza para revertir el destino de la guerra, ese país era la Unión Soviética, pero ésta había firmado un pacto de no agresión con la Alemania nazi y parecía que Stalin estaba bastante cómodo disfrutando de ese acuerdo que le garantizaba cierta seguridad.

No había nada más que agregar, quedaba claro que los británicos estaban solos, y que así, solos, tendrían que luchar.

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