Cerca de 300 manifestantes se concentraron este miércoles frente al domicilio del expresidente de la Corte Suprema de Justicia, Aharón Barak, en apoyo a la reforma judicial del gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu, informó The Times of Israel.

Uno de los manifestantes gritó a través de un megáfono: “Eres un malvado. No crees en Dios. Que Dios te castigue por lo que le has hecho al pueblo de Israel. Divides e incitas contra el pueblo de Israel… Que Dios te queme”.

Algunos llevaban pancartas en las que se leía “Reforma = Israel fuerte”,“Aharón Barak, no eres el Señor de la tierra. No más dictadura judicial”, “Aharón Barak cabeza de serpiente” y “La izquierda destruye al país”.

La protesta fue organizada por el grupo derechista Im Tirtzú, cuyo director general, Matan Peleg, declaró en un comunicado que “ha llegado el momento de que Aharón Barak escuche las voces del pueblo y deje de comportarse como un dictador judicial”.

“Ha llegado el momento de mostrar responsabilidad. De no pisotear la voluntad de los votantes. La mayoría del pueblo eligió la reforma judicial, e incluso aquellos que no la eligieron hoy comprenden su importancia y trabajan por ella. Debemos poner fin al anarquismo y a la imprudencia”.

Barak fue juez de la Corte Suprema de Justicia desde 1973 y su presidente de 1995 a 2006. Los partidarios de la reforma judicial lo han responsabilizado de la expansión del poder de la Corte durante su mandato, incluida la consagración del estatus constitucional de las Leyes Básicas de Israel, y su promoción de la actuación de los tribunales.

Sostiene que la reforma judicial del gobierno de Netanyahu es un peligro claro y tangible para la democracia israelí, que de aprobarse, “todos y cada uno de los miembros de la sociedad se verán perjudicados; nuestros derechos, nuestra dignidad humana, nuestro derecho a la vida, al cuerpo, a la propiedad, a la libertad, a la circulación… nuestra vida cotidiana se verá perjudicada”.

Fue uno de los 18 jueces y presidentes retirados de la Corte Suprema que firmaron en febrero una carta dirigida al presidente de la Knéset, Amir Ohana, pidiendo a los líderes de la coalición y de la oposición establecer un diálogo sobre la reforma afirmando que ha llevado a Israel a una grave crisis que amenaza su seguridad.

En una entrevista al Canal 13, instó este martes a continuar las protestas masivas contra la reforma, que se vienen celebrando regularmente desde enero.

“La protesta debe continuar, debe crecer”, dijo, y agregó que las manifestaciones masivas obligaron al gobierno a suspender temporalmente la reforma y celebrar negociaciones con los partidos de la oposición. Señaló que el poder de manifestarse es lo que tienen las minorías frente al poder de la mayoría en la Knéset.

Barak nació en 1936 en Lituania y su familia se vio obligada a huir de las fuerzas invasoras de la Alemania nazi.

En enero, dijo que estaba dispuesto a comparecer ante un pelotón de fusilamiento si con ello se frenaba la reforma judicial y acusó al ministro de Justicia, Yariv Levin de “reunir todas las malas propuestas… en una cadena que está estrangulando la democracia israelí”. Prevén la “cancelación de la supervisión judicial”, dijo, y calificó la reforma de “golpe con tanques”.

La semana pasada, el diputado del Likud David Amsalem, quien asume el cargo de segundo ministro en el Ministerio de Justicia, dijo que Barak y la actual presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Esther Hayut, deberían ser acusados de “intento de golpe de Estado”.

En una entrevista con la emisora pública Kan, Barak defendió este jueves el derecho a la protesta. “Defendí ese derecho más que nadie y fomenté ese derecho”, enfatizó.

Sobre la manifestación frente a su domicilio dijo: “Se dijeron cosas difíciles que cruzan líneas rojas, cosas que en una sociedad democrática no se deben decir. Todo lo relacionado con los nazis, por ejemplo, ponerme frente a un pelotón de fusilamiento en Alemania, ese es el discurso de odio que lamentablemente existe en nuestra sociedad”.

“Yo también quiero una reforma, pero no así… me convertí en un símbolo injustamente, pero estoy orgulloso de haberme convertido en un símbolo”, concluyó.

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