Tristeza y decepción recorre hoy los cementerios militares de Israel. Escenarios y guiones que no tienen precedentes en nuestra historia.

En lugar de permitir a parientes y amigos recordar serenamente a los que cayeron en defensa del país, figuras políticas se han permitido hilvanar discursos presuntamente patrióticos que ninguno de ellos necesita en estas tristes
circunstancias.

Un oscuro espectáculo que abruma sin piedad alguna especialmente cuando los oradores son políticos que apenas concedieron algún minuto de sus vidas a la defensa del país.

Para no pocos de ellos, la retórica fue y es su cotidiano alimento.

El caso de Ben Gvir en Be’er Sheva es y será la más alta expresión de una absurda politización de la muerte.

Sin haber dedicado un minuto a la defensa del país este político se permitió llegar a esta ciudad para pronunciar vacías palabras a padres y amigos de aquellos que se fueron prematuramente de esta vida para defender lo que él destruye con su áspera presencia.

Sin duda: este 75 aniversario será recordado como símbolo y expresión de los personajes y temas que nos dividen y debilitan.

Y con base en estas ingratas vivencias deberemos multiplicar el esfuerzo encaminado a frenar las tendencias autoritarias, cuando no dictatoriales, que Netanyahu anima para cancelar su presentación ante los tribunales.

A mi juicio, recordar a su hermano debió ser el único paso en su conducta.

Olvida, sin embargo, que el juicio histórico que habrá de merecer es más importante que sus cálculos políticos y el formal dictamen que se empecina en eludir.

Debemos esperar, sin embargo, que el recuerdo a los héroes muertos que elevamos en estos difíciles días no conduce ni conducirá al fin de nuestro país.

Amén.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.