El Comité de Finanzas de la Knéset avaló este martes el presupuesto de dos años para 2023 y 2024 después de un tormentoso debate que duró casi 15 horas, informó The Times of Israel.

El presupuesto pasará al pleno de la Knéset para sus votaciones finales la próxima semana junto con la Iniciativa de Ley de Disposiciones Económicas que lo acompaña.

El plan requiere un presupuesto de 132 mil millones para 2023, aumentando a 140 mil millones en 2024.

El presidente del Comité, Moshe Gafni, del partido Yahadut Hatorá, dijo que la aprobación del presupuesto es de “enorme importancia” para la sociedad y la economía y agradeció a los miembros de la oposición “que hicieron su trabajo fielmente”.

La Ley de Disposiciones, que determina cómo se desembolsarán los fondos, actualmente incluye el controvertido fondo del impuesto predial, que ha provocado una huelga y amenazas de impugnación ante la Corte Suprema de Justicia por parte de muchos municipios.

El plan del gobierno vería la redistribución de los ingresos del impuesto predial de los municipios más ricos a los más pobres.

El lunes, cuando el comité celebró una sesión para aprobar el fondo, hubo enfrentamientos airados, con al menos dos participantes expulsados por la fuerza.

El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, reconoció que satisfacer las demandas de los socios del gobierno aumentó el presupuesto, pero rechazó las críticas de que su plan no aborda las raíces del aumento del costo de vida de Israel.

El lunes, Smotrich volvió a decir que está comprometido con la lucha contra la concentración del mercado y los monopolios, dos impulsores estructurales de los precios, pero el presupuesto no contiene disposiciones para hacerlo.

El martes temprano, el líder de la oposición Yair Lapid reiteró su desaprobación del presupuesto planificado y atacó los 3,700 millones de dólares en fondos discrecionales prometidos a los partidos en las negociaciones de formación de coaliciones.

El paquete de gastos hará que partes significativas se destinen a instituciones y programas ultraortodoxos.

Lapid presentó su propio plan financiero alternativo y dijo que si se eliminaban las promesas políticas del paquete del gobierno, la alta tasa del impuesto al valor agregado de Israel podría reducirse en dos puntos porcentuales.

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