Diputados del Likud y un ministro del partido de extrema derecha Otzma Yehudit visitaron este jueves el Monte del Templo, informó The Times of Israel.

Las visitas se producen en medio de tensiones antes de la Marcha de Banderas en Jerusalén, que pasará por el barrio musulmán de la Ciudad Vieja.

Cientos de visitantes judíos entraron en el lugar sagrado, entre ellos el ministro del Néguev y la Galilea, Yitzhak Wasserlauf, y el diputado Yitzhak Kroizer, ambos del partido de extrema derecha Otzmá Yehudit, así como los legisladores del Likud Dan Illouz, Amit Halevi y Ariel Kallner.

Ayalá Ben Gvir, esposa del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, y la exdiputada Shuli Moalem-Refaeli también visitaron el recinto.

Las visitas fueron condenadas por la cancillería jordana como “provocadoras e inaceptables”, que advirtió además contra la “provocadora y escaladora” Marcha de Banderas.

Anteriormente, el diputado del Likud, David Bitan se opuso a que legisladores de su partido visitaran el Monte del Templo para conmemorar el Día de Jerusalén.

Netanyahu podría haberles llamado y decirles que no fueran”, dijo a Ynet.

“Es inapropiado que diputados del Likud visiten el Monte del Templo. Esto no se debe hacer. La gente se ha vuelto extremista”, dijo a Radio del Ejército.

El líder del partido ultraortodoxo, Yahadut Hatorá, Moshe Gafni, envió una carta al primer ministro Benjamín Netanyahu, exigiéndole prohibir las visitas de judíos al Monte del Templo.

“Recientemente, diputados y ministros visitaron el Monte del Templo […] y le pido que impida que esto continúe”, escribió Gafni.

“[Las visitas] no expresan nuestra soberanía, al contrario, son una blasfemia en el lugar más importante y sagrado para el pueblo judío”, añadió.

Un video publicado en las redes sociales por un activista muestra a un grupo de judíos rezando en el Monte del Templo. Según las normas, los judíos pueden visitar el lugar a determinadas horas, bajo estrictas restricciones y a través de una ruta predeterminada, pero no se les permite rezar.

El diputado Sami Abou Shahadeh, líder del partido nacionalista palestino Balad, condenó lo que denominó como “asalto violento y provocador de la mezquita de Al Aqsa por judíos extremistas. Un delito con apoyo gubernamental, protección y ayuda de la policía”.

“El racismo, el extremismo y la estupidez conducen a lugares peligrosos y oscuros. Esta es la política del gobierno de Israel: poder, terrorismo y violencia”, acusó.

Se espera que decenas de miles de israelíes judíos participen en la Marcha de Banderas esta noche que pasará por el Barrio Musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén, ante amenazas de grupos terroristas palestinos y la presión de Estados Unidos para desviar el recorrido.

Más de 3,000 oficiales de policía han sido desplegados para asegurar la marcha a la que se espera que acudan decenas de miles de nacionalistas judíos, en su mayoría ortodoxos.

La marcha anual que termina en el Kotel celebra la reunificación de Jerusalén durante la Guerra de los Seis Días en 1967, pero en los últimos años, el evento se ve empañado por discursos de odio y violencia de participantes judíos hacia los palestinos.

Varios miembros del gabinete de Netanyahu, entre ellos Ben Gvir, el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, la ministra de Transporte Miri Regev, Wasserlauf y el ministro ultraortodoxo, Meir Porush tienen previsto participar en la marcha.

Un alto funcionario del grupo terrorista Hamás amenazó este miércoles con responder si la marcha se celebra.

“La Marcha de Banderas sionista no pasará, y la respuesta llegará inevitablemente”, dijo Salah al-Bardawil en un comunicado.

En 2021, Hamás disparó varios cohetes contra Jerusalén justo cuando comenzaba la marcha, lo que desencadenó más de una semana de intensos combates entre Israel y los grupos terroristas de Gaza.

Según la cadena pública Kan, Israel advirtió a Hamás que responderá a cualquier disparo de cohetes.

Mientras tanto, la llamada unidad de globos de Gaza, responsable de lanzar de globos con artefactos incendiarios y explosivos a Israel en el pasado, y que se cree que está vinculada a Hamás, dijo que reanudará sus actividades el jueves.

El gobierno de Estados Unidos pidió a Israel cambiar la ruta de la marcha para que atraviese la Puerta de Yafo, en lugar de la Puerta de Damasco en la Ciudad Vieja, evitando así el barrio musulmán, poblado en gran parte por palestinos.

Sin embargo, Netanyahu declaró esta semana que la ruta incluirá el barrio musulmán como en años anteriores.

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