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sábado 05 de octubre de 2024
Ariel Gelblung, director del Centro Wiesenthal para AL y el antisemita Daniel Jadue

El poder de la lista de los 10 peores antisemitas hizo que Chile no tuviera a Jadue de presidente: entrevista con Ariel Gelblung

Enlace Judío México e Israel – El Parlamento Latinoamericano acaba de adoptar la definición de antisemitismo propuesta por la IHRA. Uno de los artífices de esa decisión es Ariel Gelblung, director del Centro Wiesenthal para América Latina. Conversamos con él, en exclusiva. 

 

A principios de los años 90, el reportero estadounidense Sam Donaldson logró lo impensable: entrevistar a un antiguo oficial nazi, responsable en su tiempo de una masacre de civiles en Italia, sin resguardo de su identidad, que vivía tranquilamente en Bariloche, Argentina. Como consecuencia, el genocida fue extraditado a Italia, juzgado y encarcelado. Murió a los 100 años, en prisión. 

Su nombre era Erich Priebke y la historia es bien conocida. No tanto como el hecho de que fueron en realidad agentes del Centro Wiesenthal quienes lo encontraron. Lo hicieron accidentalmente, cuando seguían la pista de otro nazi de menor jerarquía. 

“’Bueno, ¿por qué me buscan a mí si hay gente mucho más importante que yo?’, les dijo aquel hombre. “‘Está acá Erick Priebke, en la otra cuadra, hablando con su propio nombre’ (…). Y era una persona muy reconocida en la Sociedad de Bariloche”, narra para Enlace Judío Ariel Gelblung, director del Centro Weisenthal para América Latina. 

La institución es conocida por su trabajo de localización de nazis en diversas partes del mundo, durante las décadas que siguieron al fin de la Segunda Guerra Mundial, el último de los cuales fue encarcelado apenas en 1998. 

“Era un utacha croata que era el jefe del campo de concentración de Jasenovac, que era algo así como el Auschwitz de Croacia, y que los propios nazis, habiendo visitado Croacia, decían que los utachas eran muy brutos, eran muy salvajes”, nos cuenta Gelblung, quien se encuentra en Panamá para llevar a cabo otra de las misiones del Centro: la lucha contra el antisemitismo. 

La entrevista tiene lugar apenas un día después de que Gelblung se presentara ante el Parlamento Latinoamericano (Parlatino) para exponer las razones por las cuales este organismo debía adoptar la definición que ha hecho la IHRA (Alianza Internacional para la Recordación del Holocausto) de antisemitismo. 

“El centro trabaja con el Parlatino hace muchos años. Nosotros ya logramos pasar tres resoluciones anteriores y por iniciativa nuestra. La primera fue una condena a los atentados suicidas (…); la segunda fue justamente un repudio al antisemitismo, hace muchos años atrás. En 2017 conseguimos el apoyo a nuestro programa de 11 puntos contra el racismo, la discriminación y la xenofobia en el deporte. Y ayer conseguimos que el Parlatino adopte la definición y como extra, que inste a los Estados miembros a que también hagan lo propio”.

Uno de esos Estados es México que, para desazón de Gelblung, sigue sin adoptar la resolución. “Hasta ahora no hay pedidos oficiales, no hay por parte del Estado ninguna acción. En un congreso, el año pasado, que se hizo en Buenos Aires, vino gente del Conapred”, pero pese a los intentos de Gelblung, el asunto sigue sin ser discutido en México. 

Una vez estuve (en México), en 2017. Conviví con ustedes en el terremoto del 19 de septiembre de 2017, cuando fui para una conferencia del Conapred. Intenté contactarlos para llevarles el tema, pero tampoco tuve demasiado eco. Pero veremos a partir de aquí si se les despierta a los legisladores mexicanos que estuvieron, con quienes tuve un diálogo informal, y veremos a ver si si alguno se lleva las ganas de poder empezar a trabajar con esto”. 

 

La importancia de una buena definición

Más que una serie de palabras, la definición que la IHRA ha hecho del antisemitismo pretende ser una herramienta que permita a los jueces y los órganos de procuración de justicia contar con elementos para perseguir el antisemitismo como forma de discriminación. 

“Para aquellos que peleamos día a día en el barro contra el antisemitismo, nos encontramos con una gran dificultad que es, ante la falta de una definición concreta de qué es el antisemitismo, empezás a escuchar: ‘bueno, a ustedes nunca se los puede criticar, nunca se les puede decir nada, todo les molesta. Qué poco tolerantes que son’ —¡Nosotros somos poco tolerantes!—, ‘cómo voy a ser antisemita si soy semita’, etcétera. 

“Los expertos lograron poner en papel diciendo ‘bueno, para nosotros el antisemitismo es esto. Y en estos ejemplos hay situaciones antisemitas, en estos otros, no’. Por supuesto, los que quedan dentro de la definición van a empezar a criticar a otros, van a decir que es insuficiente, otras que habla demasiado de Israel. 

“Yo creo que es atinado hablar de Israel porque en definitiva es la comunidad judía más grande del mundo, y en definitiva, quien habla de la deslegitimación de la comunidad judía más grande del mundo está atacando a los judíos y su derecho a tener una propia nación. 

“Entonces nos da un elemento que es una referencia donde lo que antes era subjetivo, porque para vos esto es antisemita o no, ahora, bueno, esto sí. Cuando los estados comienzan a tomarlo ya es una referencia. Si bien la propia definición es jurídicamente no vinculante, ya es una definición y es una idea de lo que se puede utilizar. 

“Respecto de nuestra tarea, nosotros le encontramos una vía distinta en América Latina, que fue utilizarla como un parámetro para poder llevarla a los tribunales. En muchos países de la región hay leyes antidiscriminatorias, pero nunca terminaba de quedar claro cuándo la situación discriminatoria era antisemitismo. 

“Cuando los Estados adoptan esta definición, nosotros tenemos el criterio de que es un complemento de la ley antidiscriminatoria. Los mismos tribunales o fiscales que tenían que llevar adelante un caso y antes lo rechazaban porque no encontraban la falta, desde que nosotros llevamos adelante este criterio, hoy hay sentencias judiciales que así lo indican, con lo cual en América Latina estamos teniendo resultados que no hay en otros lugares del mundo.

“Y la IRHA esto lo reconoce, que este es el caso de Argentina o ahora de Colombia, que sus fiscales también están preparándose, es un caso donde la lucha contra el antisemitismo está más avanzada que en otros lugares gracias a estos elementos”.

Gelblung explica que la definición de antisemitismo enfrenta una barrera importante en muchos países: la inexistencia de una ley contra la discriminación. Es el caso, por ejemplo de Estados Unidos, donde no hay “una ley antidiscriminatoria. (…) 

“Inclusive hasta puede haber un partido nazi en Estados Unidos, entonces todo lo ponen bajo el tema de la libertad de expresión y está creciendo (el antisemitismo) y estamos viendo lo que está sucediendo en distintos lugares, en las universidades o en las calles, o los ataques en Jánuca o en las calles de Nueva York o lo que fuese. Entonces es necesario un elemento que ayude a cambiar esta lucha”. 

Pero, poco a poco, el Centro Wiesenthal va ganando terreno. “Desde que nosotros empezamos con este criterio, empezamos a encontrar que otros quieren copiarlo también y que quieren llevarlo adelante. Hace muy poco me han pedido que declare como experto en un juicio en España, donde se ha llevado adelante el juicio a una mujer que es muy activa en las redes sociales con comentarios absolutamente antisemitas, y lo que se me pidió es, como experto, hacer un análisis de por qué esto estaba en contra del Código Penal español. Si esto sigue adelante, podremos haber encontrado otro país más donde este criterio pueda llevarse a cabo”. 

 

Una lista infame 

Entre los trabajos que el Centro Weisenthal realiza para visibilizar el odio a los judíos está la lista de los 10 antisemitas del año, que en 2020 puso en aprietos al político chileno Daniel Jadue. Eso motivó un escándalo en el escenario político de aquel país, que Gelblung describe de esta manera:

“Yo no sé cuánto el público chileno que votaba en esas internas hubiese entendido o no que era un antisemita. Pero sí el público general empezó a preguntar y hubo notas periodísticas y se puso en agenda este tema y de hecho, un tiempo después, ya casi para la fecha de la primaria, apareció un documento donde sus compañeros del secundario ya decían que era un antisemita a los 18 años”.

Cuando se le pide ser más específico sobre la última afirmación, aporta un dato escalofriante: “sus propios compañeros decían que el mejor regalo que se le podía hacer era un judío para pegarle, con lo cual, quienes lo conocían desde chico (saben que) ya era (antisemita), ya tenía que ver con eso”.

Abunda: “(Jadue es) una persona peligrosa porque, a ver, lo que sostiene (es) que para él los únicos judíos potables tienen que ser aquellos que son creyentes ortodoxos o los de izquierda que rechazan la creación del Estado de Israel. Los que defienden la creación del Estado israelí son sionistas. Entonces, él decía que la comunidad judía que apoya a Israel es la comunidad sionista y la comunidad sionista, no la comunidad judía, defiende los intereses de una potencia extranjera, con lo cual no deberían ser ni siquiera chilenos.

“Pero es más que eso, porque él y la gente que seguía su idea en determinado momento llegaron a pensar en quitarle la ciudadanía chilena a aquellos que habían hecho el servicio militar para otros, y sin saber que lo estaban grabando, uno de sus partidarios, el senador que había llevado adelante el proyecto con una cofia puesta, decía ‘no sé si a los chinos y a los coreanos los vamos a agarrar, pero a los judíos, seguro’. 

“Con lo cual quedó muy claro que era parte de la agenda. En aquel momento nosotros sacamos un comunicado muy crítico diciendo que Chile se encaminaba a sacar leyes parecidas a las leyes de Nuremberg”. 

La ONU y Twitter, ¿antisemitas?

El trabajo del Centro para llevar la definición de antisemitismo a la ONU y a Estados Unidos enfrenta, según Gelblung, muchos obstáculos. Primero, “porque nosotros tenemos muchos enemigos en la ONU, que ya han pedido que no lo adopten”. Y aunque dice que ya han pedido el apoyo del presidente Biden, hasta ahora el asunto no ha trascendido. 

“Es necesario, sin dudas, un plan de lucha contra el antisemitismo en Estados Unidos. Y hay un proyecto de un plan de lucha de más de 200 puntos para tener en cuenta en la lucha contra ese enemigo”, admite. 

Agrega que la intención “es empezar a buscar temas de acción, es decir, nuestra oficina central en Los Ángeles hace rato pidió al FBI que cree una fuerza especial para poder investigar el tema de antisemitismo. Cómo está relacionado con cuestiones de terrorismo interno, de lobos solitarios, de todos esos ataques como el de Pittsburgh, por ejemplo, que tuvo esta situación, lo que sucede en los campus… 

“Hay mucho para hacer en Estados Unidos y hay que hacerlo, con lo cual nada puede hacerse si no se toma la definición como referencia al principio. Así que se verá cómo sigue esta historia en Estados Unidos”. 

Respecto a la polémica desatada en torno a Elon Musk y su supuesto antisemitismo, Gelblung es un poco renuente a opinar. “A mí me toca hablar de América Latina. Lo que sí puedo decir es que desde que Elon Musk asumió el control de Twitter, se volvió un espacio mucho más antisemita que antes”. 

Como ejemplo, “Twitter, en su momento, le había cerrado la cuenta a Trump por entender que llevaba un mensaje de odio, pero se la dejaron abierta al ayatolá Khamenei, que habla de la destrucción de Israel. Entonces no se entendía cuál era el criterio con el cual una cuenta la cerraba y otra la abría. Hoy están ambas abiertas…”

Más allá de los territorios legislativos o de las cortes mediáticas, es pertinente preguntarle a nuestro invitado de qué manera puede la definición de la IHRA contribuir a combatir el antisemitismo en la calle, donde personas son violentadas por llevar una kipá o algún otro símbolo judío. 

“Lo que lo que nos da (la definición) es un marco de dónde hay una situación de que está mal y qué está bien, porque en definitiva el antisemitismo está mal (…). Los judíos tenemos que tener muy en claro que el antisemitismo no es un problema de los judíos, es un problema de la sociedad donde vivimos.

“El historiador Yehuda Bauer, que ahora que fue presidente honorario de IHRA y se retira ahora, un día dijo que quien lleva adelante una política antisemita daña mucho más a los no judíos que a los judíos. Nosotros hemos pagado con 6 millones de muertos en la Shoá. El mundo pagó con más de 50 por las políticas de una persona absolutamente antisemita. Quien no puede explicar esto en la lucha contra el antisemitismo no merece estar en primera línea”. 

Y, hablando de la Shoá, ¿cómo se la explica alguien que ha trabajado tan inmerso en la agenda del combate al antisemitismo? ¿Ha encontrado algún sentido a todo lo que ocurrió hace ya tantas décadas? 

“Es al revés. Yo lo que pregunto es por ahí para reflexionarlo, porque hay cosas que por ahí no tienen una explicación desde lo rracional. Es decir, en momentos de crisis, tratando de buscar a alguien como culpable, sí hubo más genocidios con posterioridad….

“Wiesenthal mismo fue uno de los denunciantes del genocidio de Ruanda ante las Naciones Unidas, en donde un grupo le decía al otro que eran cucarachas y salió a exterminarlo. Yo pregunto al revés, los europeos todavía no pueden entender cómo a menos de 80 años de haber terminado la Segunda Guerra Mundial, tienen otra vez dentro de sus puertas una guerra. 

“¿Alguien puede explicarse por qué Putin lleva adelante las medidas que lleva adelante destruyendo un país vecino porque se lo quiere fagocitar? No le podemos encontrar tampoco la respuesta. 

“Y tampoco podemos encontrar la respuesta a por qué el mundo no lo para; y es un conflicto que puede terminar dentro de poco tiempo. O puede ser peor, por todas las alianzas que se puedan generar: Rusia es aliada de Iran. Irán tiene también pretensiones de destruir a otros. Entonces hay un multilateralismo que puede llevar a determinados conflictos que sabemos cuándo empiezan y no sabemos cómo ni cuándo terminan”. 

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

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