Enlace Judío – Hay muchas formas de adquirir conocimiento, una es a través del análisis y medición rigurosa del objeto de estudio, otra a través de la exploración y una muy profunda es heredada, se da a través de la experiencia adquirida en el pasar de los años y trasmitida entre las generaciones. Ese tipo de conocimiento se encuentra en la cultura folclórica de cada pueblo, en las historias que nos contamos y en la forma de ver el mundo. Historias jasídicas recopiladas por Martín Buber tienen mucho del conocimiento tradicional que existía en Europa del Este y que fue minado por las guerras y el cambio repentino de tiempos. Sin embargo, en ellas podemos ver mucho sobre como se vivía en los shtetls jasídicos y sobre la sabiduría que el jasidismo ofrece al mundo como filosofía. Las siguientes historias del rabino Zevi Hirsh y rab Yehuda de Rodzol son sólo un ejemplo de ellas.


Los pilares del mundo


The wife of Rabbi Yehuda Zevi of Rozdol, whose uncle was Rabbi Hirsh, once asked him: “Why don’t you say something to your enemies who are out to hurt you, and why do you even do them favors when you could be bringing God’s punishment down upon them by prayer?”

[…]

“Now the structure of the world stands because of the zaddik, as it is written: ‘The righteous is the foundation of the world.’ An so is only right that all support him who supports them all. But why should people come to me as well, and bring gifts to me even though I am not a zaddik? I have thought about this and weighed the question. Then it ocurred to me that the world requires still another foundation. For it is written: ‘He hangeth the world over nothingness,’ and the Talmud comment on this: ‘The world rests upon him who, on the hour of conflict, reduces himself to nothing, and does not say anything against those who hate him.’ So you see, it is because people need nothingness in addition to the zaddik that they support me.”


La esposa de rab Yehuda Zevi de Rozdol, cuyo tío era rab Hirsh, le preguntó una vez: “¿Por qué no dices nada a tus enemigos que quieren hacerte daño, y por qué les haces favores cuando podrías hacer que caiga sobre ellos el castigo de D-os a través de tu rezo?”.

[…]

“La estructura del mundo se sostiene gracias al zadik [justo], como está escrito: ‘El justo es el basamento del mundo’. Y es correcto que todos mantengan a quien mantiene a todos. Pero, ¿por qué debería la gente venir a mí también y traerme regalos aunque no sea un zadik? He pensado en ello y he sopesado la cuestión. Entonces se me ocurrió que el mundo necesita otro basamento. Porque está escrito: ‘El mundo cuelga sobre la nada’, y el Talmud comenta al respecto: ‘El mundo descansa sobre aquel que, a la hora del conflicto, se reduce a la nada, y no dice nada contra los que le odian.’ Así que ya ves, es porque la gente necesita la nada además del zaddik por lo que me apoyan”.


Análisis

Gran parte del jasidismo se basa en la experiencias místicas, es decir en encuentros con la conciencia o la divinidad que no pueden ser explicados sino relatados. Dentro de esa filosofía se le da mucho peso a aquellos aprendizajes que uno obtiene a través de la exploración, la meditación o la iluminación. En varios ejercicios místicos dentro de diversas tradiciones la nada tiene un peso enorme y uno intenta conocer ese lado de su persona donde el vacío se hace presente.

En esta historia la nada toma una cara distinta pues el rabino al anularse en el rezo le da cabida a la existencia de la totalidad, incluso a la de sus enemigos. Por un lado es un ejemplo máximo de la humildad que una persona puede llegar a alcanzar y por el otro de la aceptación del destino y la realidad, del encuentro que uno puede tener con ella a través de permitir que ésta aparezca en nuestra consciencia.

Otro aspecto interesante es que se entiende ese vacío como parte de lo que construye el mundo.


Aún no


When Rabbi Hirsh was on his way to Munkacs, he visited old Rabbi Moshe in Ujhely, and Rabbi Moshe complained to him as he had done so often before that the Messiah had not yet come. “You know,” said Rabbi Hirsh, “I stake my whole self for everyone, even the most unfaithful, and probe down to the root of his apostasy where wickedness can be recognized as need and lust. And if I get that far, I can pull him out all right! What do you say: shall we give all those souls up as lost? For wouldn’t they be lost if the Messiah came today?”


Cuando rab Hirsh se dirigía a Munkacs, visitó al viejo rabino Moshé en Ujhely, y el rabino Moshé se quejó ante él, como tantas otras veces, de que el Mesías aún no había llegado. “Sabes”, dijo rab Hirsh, “yo doy mi ser en su totalidad por cada individuo, incluso por el más infiel, y voy hasta la raíz de su apostasía allí donde la maldad puede reconocerse como necesidad y lujuria. Si llego tan lejos, ¡puedo sacarlo sin problemas! ¿Qué decís: deberíamos dar todas esas almas por perdidas? Pues, ¿no estarían perdidas si el Mesías llegara hoy?”.


Análisis:

En la tradición judía anhelamos la Redención, es decir el momento en que el mundo llega a su fin último y reconoce en plenitud a la Divinidad. Este momento es antecedido por la llegada del Mesías y por un juicio que se da sobre el ser humano. Anhelar al Mesías es querer tener ese contacto tan cercano y tan profundo con D-os que la Redención implica y querer que el mundo lo tenga.

En esta historia sin embargo el rabino rompe un poco con esa concepción, él no quiere que el Mesías llegué porque quiere darle tiempo a a todas las personas que no han sido redimidas de llegar a la cúspide de su camino espiritual. Nos habla de un enorme amor al hombre y de un encuentro muy grande con el mundo, de una disposición a aceptar el presente y relacionarse con el mundo desde esa directriz.


Cada rabino es especial


One sabbath Rabbi Zevi Hirsh interrupted his teachings at the third meal and said:
“There are hasidim who travel to their rabbi and say that save for him there is no rabbi in all the world. That is idol worship. What then should they say? They should say: ‘Every rabbi is good for his people, but our rabbi is best for what concerns us.’”


Un Shabat, rab Zevi Hirsh interrumpió su enseñanza de la tercera comida y dijo:
“Hay hasidim que viajan a donde se encuentra su rabino y dicen que salvo él no hay rabino en todo el mundo. Eso es idolatría. ¿Qué deberían decir entonces? Deberían decir: ‘Todo rabino es bueno para su pueblo, pero nuestro rabino es mejor para lo que nos concierne'”.