El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, habló con el presidente electo de Paraguay, Santiago Peña, para felicitarlo por ganar las votaciones el pasado 30 de abril.

“Los dos mandatarios expresaron su compromiso de fortalecer las relaciones bilaterales entre Israel y Paraguay y señalaron que esto promoverá iniciativas económicas, de crecimiento y de prosperidad para ambos países”, dijo la Oficina del Primer Ministro de Israel.

Netanyahu también agradeció a Peña su compromiso por regresar la Embajada de Paraguay en Israel hacia Jerusalén luego de tomar posesión en agosto.

Los dos líderes acordaron reunirse pronto y discutir la cooperación económica entre Israel y Paraguay.

El gobierno de Paraguay, un país de alrededor de siete millones de personas ubicado entre Brasil y Argentina, ha estado yendo y viniendo sobre el tema de la Embajada en Israel.

Poco después del traslado hecho por Trump, el entonces presidente de ParaguayHoracio Cartes, también trasladó su embajada. Ese año Guatemala hizo lo mismo, y unos años más tarde, Honduras y Kosovo hicieron lo mismo.

Pero solo un mes después de ser elegido, en septiembre de 2018, el sucesor de CartesMario Abdo, anunció que retrasladaría la embajada del país a Tel Aviv.

A pesar de ser miembro del mismo partido conservador que CartesAbdo consideró que para una “paz amplia, duradera y justa” entre israelíes y palestinos, la embajada de Paraguay debería estar en Tel Aviv.

En marzo, en una reunión con la cámara de comercio paraguayo-israelíPeña anunció que si ganaba las elecciones, una de sus primeras acciones como presidente será ordenar el traslado de la embajada de Paraguay a Jerusalén. Dijo que Paraguay “reconoce a esa ciudad como la capital del Estado de Israel”.

La Comunidad Judía del Paraguay, una organización que abarca todas las instituciones judías del país, sigue siendo apolítica pero fervientemente sionista, similar a las organizaciones judías en otros países latinoamericanos.

La comunidad de alrededor de 1.000 judíos está mayoritariamente afiliada al movimiento judío conservador y se concentra en la capital de ParaguayAsunción.

La ciudad tiene una rama local del movimiento jasídico JabadLubavitch, una escuela privada judía y una Unión Hebrea que organiza actividades religiosas y deportivas.

“Nosotros como comunidad hemos mantenido muy buenas relaciones con todos los gobiernos y seguiremos trabajando con quien resulte electo”, dijo Mariano Mirelman, director ejecutivo de la Comunidad Judía del Paraguay.

Pero es posible que si Peña es elegido y mueve la embajada, el tema del conflicto israelo-palestino vuelva a entrar en el discurso público en Paraguay.

Y esto tiene el potencial de alimentar las actitudes antisemitas, según una investigación del Congreso Judío Latinoamericano, un brazo del Congreso Judío Mundial.

Si la embajada de Paraguay regresa a Jerusalén, eso significaría que más de la mitad de las embajadas en Jerusalén son de América Latina, uniéndose a Honduras y Guatemala.

Paraguay e Israel han tenido históricamente lazos cálidos. Más de 10.000 judíos europeos escaparon a Paraguay durante la década de 1930, pero después de la guerra, muchos nazis también se escondieron en el país sudamericano y sus vecinos más grandes del continente.

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