Científicos israelíes desarrollaron un micro-robot híbrido capaz de distinguir entre distintos tipos de células biológicas y extraer células dañadas para analizarlas, informó el portal Israel 21c.

El robot, del tamaño de una sola célula, puede controlarse a través de dos mecanismos, uno eléctrico y otro magnético, así como navegar entre las células de una muestra biológica, captar y transportar las células deseadas para analizarlas sin necesidad de una herramienta médica externa.

La tecnología fue desarrollada por el profesor Gilad Yossifon, de la Facultad de Ingeniería Mecánica y el Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Tel Aviv, y su equipo, en colaboración con científicos del Technion en Haifa. El estudio se publicó en la revista Advanced Science.

Investigadores de la Universidad de Tel Aviv
El equipo de investigación que desarrolló el micro-robot. Cortesía de la Universidad de Tel Aviv

Este avance puede promover la investigación del análisis unicelular y aplicarse en el diagnóstico médico, el desarrollo de fármacos, la cirugía y la protección del medio ambiente (limpieza de partículas contaminantes).

“El desarrollo se inspiró en ‘micronadadores biológicos’ como bacterias y espermatozoides”, explica Yossifon. “Se trata de un campo de investigación innovador que se está desarrollando rápidamente, con una amplia variedad de usos en campos como la medicina y el medio ambiente, así como herramienta de investigación”.

“El estudio se llevó a cabo con muestras biológicas en el laboratorio para ensayos in vitro, pero la intención es desarrollar micro-robots que funcionen dentro del cuerpo, por ejemplo, como eficaces portadores de fármacos que puedan guiarse con precisión hasta el objetivo”.

“Los micro-robots que han funcionado hasta ahora en base a un mecanismo eléctrico no son eficaces en determinados ámbitos caracterizados por una conductividad eléctrica relativamente alta, como un entorno fisiológico. Aquí es donde entra en juego el mecanismo magnético complementario, que es muy eficaz independientemente de la conductividad eléctrica del entorno”, concluye Yossifon.

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