Arqueólogos israelíes y franceses recrearon una flauta de hueso que probablemente se utilizaba para cazar patos y otras aves pequeñas en el norte de Israel hace 12,000 años, informó The Times of Israel.

El hallazgo, publicado en la revista Nature Scientific Report, ofrece una oportunidad de escuchar la música de nuestros antepasados mientras dejaban atrás su estilo de vida nómada y se establecían en comunidades sedentarias.

Los arqueólogos descubrieron fragmentos de siete flautas diferentes que datan de alrededor del año 10,000 a.C., en el yacimiento de Eynan/Ain Mallaha, una pequeña aldea situada al norte del mar de Galilea o Kineret.

Al examinar los huesos recuperados en el yacimiento, el Dr. Laurent Davin de la Universidad Hebrea, observó pequeños agujeros perforados a intervalos regulares creados por humanos.

“Una de las flautas se descubrió completa y, por lo que se sabe, es la única del mundo en este estado de conservación”, afirma Davin en un comunicado de prensa tras la publicación del artículo.

El Dr. Hamoudi Khalaily, investigador principal de la Autoridad de Antigüedades de Israel, ha estado excavando en el yacimiento de Eynan durante 10 años y contribuyó a crear una réplica de la flauta existente.

La flauta recreada produce un sonido chirriante y silbante. Los arqueólogos creen que podría ser una imitación de las aves depredadoras, incluidos los halcones, que se alimentan de pequeñas aves acuáticas.

“El sonido podría haber atraído a las aves depredadoras, lo que crea un caos con las demás aves, y entonces es muy fácil atraparlas, incluso con las manos”, explicó Khalaily.

Los antepasados nómadas cazaban animales grandes como gacelas, conejos o zorros. Pero cuando se asentaron en el valle de Hula aprovecharon nuevas fuentes de alimento, como peces y aves acuáticas en el lago que se extendía por el valle.

En la actualidad, el valle de Hula sigue siendo un importante conducto para la migración de aves a finales del otoño, cuando decenas de miles de aves atraviesan Israel en su camino de Europa a África.

El valle de Hula estaba cubierto de agua y pantanos antes de que los primeros pioneros sionistas los drenaran a principios del siglo XX como un gran proyecto de infraestructura para crear más tierras agrícolas y combatir la malaria.

En el yacimiento de Eynan, los arqueólogos están excavando un pequeño poblado natufiense, una cultura mesolítica del Levante y Asia occidental de alrededor del año 9,000 a.C., revelando herramientas, estructuras y huesos de aves que hablan de una sociedad en transición.

La flauta de hueso fue investigada y recreada por un grupo de arqueólogos y arqueozoólogos, que estudian los huesos de animales, etnomusicólogos, paleoorganólogos, que investigan antiguos instrumentos y expertos técnicos que lograron recrear la colocación exacta de los orificios.

Las flautas originales, también llamadas aerófonos por ser un instrumento que produce sonido debido a la vibración del aire, se fabricaban con los huesos huecos de las alas de las aves que utilizaban los natufianos. La réplica actual se hizo con los huesos de las alas de dos hembras de ánade real, señala el artículo.

Los investigadores creen que los huesos se eligieron específicamente para imitar los llamados del gavilán euroasiático y el cernícalo vulgar, dos aves de presa muy extendidas en el valle de Hula.

La flauta es el instrumento musical más antiguo hallado localmente, pero no es el aerófono más antiguo que se ha descubierto. La mayor parte de los instrumentos sonoros paleolíticos conocidos se encuentran en Europa, y el más antiguo data de hace unos 40,000 años, hallado en el suroeste de Alemania, fabricado con hueso de ave y marfil de mamut.

La flauta representa un descubrimiento importante, pero no es música para todos los oídos por su tono alto y agudo.

Es imposible saber si los antiguos humanos la utilizaban para cazar, comunicarse o hacer música.

Según los investigadores, el hallazgo abre una ventana a un punto fascinante del desarrollo humano, la complejidad de la sociedad y su capacidad para fabricar herramientas. Los pequeños orificios para los dedos de la flauta fueron perforados con la garra de un ave mayor, probablemente un halcón. Los arqueólogos creen que las garras también tenían un significado espiritual para los primeros humanos.

“Es muy interesante porque estamos justo en el punto de partida de la sedentarización de la población”, afirma la profesora Rivka Rabinovich de la Universidad Hebrea de Jerusalén. “Es un periodo muy interesante para comprender la vida cotidiana y también cuestiones más amplias que van más allá de la vida cotidiana, y por qué hacían ciertas cosas”.

El yacimiento de Eynan fue hogar de una presencia humana continua durante aproximadamente 4,000 años, cuando la gente vivía en casas redondas hechas de piedra y cubiertas con pieles de animales o ramas.

Alrededor del año 8,000 a.C., con el avance de la revolución agrícola, los humanos abandonaron el yacimiento y se trasladaron unos 500 metros más cerca del lago Hula, cuyo contorno había cambiado con el tiempo.

Aún queda una prueba más para la flauta antigua: A finales de otoño, durante la migración anual de las aves en el valle de Hula, Khalaily planea llevar la réplica de la flauta al yacimiento de Eynan y tocarla allí, en el mismo lugar donde los humanos la crearon hace 12,000 años.

Mediante los sonidos de la flauta, el arqueólogo espera atraer a un halcón o un gavilán. “Soy una persona optimista por naturaleza, pero realmente creo que funcionará. Si fuéramos capaces de reproducir este sonido, estoy seguro de que atraería a esas aves “, dijo.

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