Ante una concurrida audiencia, se inauguró la muestra “La Eutanasia nazi de las personas con discapacidades. Las primeras víctimas de Hitler” que deja al descubierto el programa conocido como “Aktion T4”, mediante el cual el nazismo asesinó sistemáticamente más de 300.000 personas.

La muestra, que había sido expuesta como aporte del Centro Wiesenthal al Bicentenario Argentino en 2010, vuelve a exhibirse en el Hall de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires hasta el próximo viernes 14 por iniciativa de la Comisión de Derechos Humanos de dicho cuerpo, que también la declaró de Interés Cultural.

La Embajadora Argentina ante la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA, por sus siglas en inglés) y Representante para la Lucha contra el Antisemitismo, María Fabiana Loguzzo destacó que “la muestra es un recordatorio del grado de crueldad y deshumanización al que pueden llegar las ideologías extremas”. Denunció, también, las complicidades y silencios de la sociedad que antes y durante la vigencia del Programa permitieron su desarrollo.

El Dr. Ariel Gelblung, Director del Centro Wiesenthal para América Latina, sostuvo que “hombres de familia que besaban a sus hijos antes de ir a trabajar trasladaban las víctimas a su destino final, compraban gas letal, vejaban los cadáveres comerciando con sus restos y mentían a los familiares. Frente a las protestas sociales, todo ese personal fue reasignado a la ejecución de “La Solución Final”, dejando en manos de los psiquiatras el asesinato de quienes debían curar”.

Concluyó luego: “si todo este relato nos escandaliza es porque afortunadamente vivimos en una sociedad que promueve la convivencia en la diversidad. Un proyecto de muchos distintos frente a un modelo que promovía una sociedad de pocos que piensan igual, deshaciéndose de los distintos para siempre”.

La titular de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura y anfitriona del evento, Diputada Victoria Montenegro cerró afirmando que esta muestra demuestra lo equivocados que están “quienes tienen responsabilidades políticas o institucionales y pretenden poner en discusión cuánto dinero le representa al Estado una persona con discapacidad. A 40 años de democracia, no podemos permitir que sea posible este tipo de discusiones. Todos y todas nos merecemos que se respeten nuestros derechos y el Estado debe tener mucha más presencia en la vida de los que más lo necesitan.”

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío