El siguiente es el discurso pronunciado por la profesora Sara Cohen Shabot en la manifestación por la democracia israelí frente a la Embajada de Israel en México el domingo 23 de julio.

Buenas tardes a todos y todas, gracias por estar aquí.

Hace más de 30 años hice aliá. En los años noventas Israel pasaba por procesos que parecían promisorios en cuanto a la posibilidad de alcanzar la paz con nuestros vecinos. A la par, la sociedad israelí se volvía más liberal y tolerante en muchos aspectos.

A pesar de que a partir del asesinato de Rabin y al paso de los años las expectativas fueron disminuyendo, nunca dudé de que la robusta democracia israelí seguiría dándonos herramientas para continuar debatiendo nuestros problemas y proponiendo soluciones.

Estudié en Israel, me casé y tuve ahí mis dos hijos, los cuales sigo criando en Israel junto con mi pareja. Me convertí desde hace algunos años en la directora del Departamento de Estudios de Género de la Universidad de Haifa. Israel es mi casa, pero en estos últimos meses los cimientos de la casa están derrumbándose.

El gobierno más extremista que Israel haya tenido nunca está actualmente dispuesto a debilitar a las instituciones y especialmente a la Corte Suprema, de manera tal que el gobierno se quede con el poder absoluto. Si esta legislación llegara a pasar, Israel se convertiría de facto en una dictadura, porque ya no habría nada ni nadie que pudiera limitar el poder del gobierno.

No podemos permitir esto. Israel no puede convertirse en una dictadura teocrática y cleptocrática. Nuestras libertades individuales estarán en peligro porque no habrá quien nos proteja de los abusos del Estado. Las mujeres y sus derechos estarán en peligro, así como los de las minorías.

Tengo miedo: miedo de que Israel deje de ser un Estado prospero y seguro, de que se convierta en un Estado en el cual la ciencia, la academia, la tecnología, la medicina y la seguridad queden en manos de autoridades radicales, extremistas y no profesionales a las cuales lo único que les interesa es tener más y más poder.

En estos días, miles de israelíes, cientos de miles que representan a millones, están en las calles protestando y haciendo todo lo posible para detener este cambio de régimen que está a punto de suceder.

Israel es también su casa, la casa de cada uno de ustedes. Para asegurar que Israel continúe siendo el eterno refugio del pueblo judío donde quiera que se encuentre, los exhorto a que nos apoyen, a que apoyen a los miles de israelíes que estamos diciendo ahora No Pasarán. Los israelíes que llamamos en estos días, en estas horas a detener la planeada legislación y llegar a acuerdos mediante los cuales se estipule que ningún cambio en la legislación pueda significar un cambio de régimen y el fin de la democracia israelí.

Quisiera que Israel siga siendo el país con el que siempre todos hemos podido identificarnos, aún cuando sus gobiernos nos gusten más o menos. Quisiera que Israel siga siendo ese país al que todas y cada una de ustedes pueda recurrir cuando quiera o lo necesite, como lo hice yo hace más de 30 años.

Estar a favor de la protesta que se opone a la reforma propuesta por este gobierno es estar a favor de Israel, no en su contra. Significa amar a Israel y querer lo mejor para su gente y para todos los judíos en la diáspora. No permitiremos que Israel cese de ser una democracia. Israel será democrático o no será.

Gracias a todos.

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