Craneos y lámparas encontradas en la Cueva de los Gemelos (Maarat Hateumim) en las colinas de Jerusalén indican que se usaba para rituales de nigromancia, según un estudio reciente, informó The Jerusalem Post.

La nigromancia es la práctica de hablar o revivir a los muertos.

El estudio, que se publicó en la Harvard Theological Review, detalló y analizó los hallazgos arqueológicos de unas 120 lámparas bien conservadas y una colección de monedas que datan de las épocas tardorromana y bizantina temprana (siglos II a IV EC).

Junto a las lámparas y las monedas, los arqueólogos también encontraron dos puntas de lanza y un jarro pequeño de la Edad del Bronce.

Los diversos elementos, que abarcan tres épocas diferentes, se encontraron incrustados en las grietas de la cueva, lo que llevó a los arqueólogos a creer que los objetos anteriores se habían retirado y vuelto a colocar con los más nuevos.

También se encontraron tres cráneos en la cueva colocados junto con las lámparas, pero no se encontraron otros huesos.

Inicialmente, los arqueólogos creyeron que las ratas habían llevado los cráneos, pero la especificidad de su ubicación los convenció de que fueron colocados intencionalmente con los otros elementos.

Un análisis de los objetos junto con los cráneos llevó a los arqueólogos a teorizar que la cueva había sido utilizada como lugar para la nigromancia.

El análisis tenía que basarse en los elementos y su ubicación porque la nigromancia generalmente estaba mal vista por los antiguos griegos y romanos, por lo que no habría evidencia tipográfica presente para identificar el lugar como un sitio de nigromancia.

El estudio continúa explicando que los ritos de nigromancia generalmente se llevaban a cabo en cuevas y tumbas con fuentes de agua que se creía que eran portales al inframundo.

Tales lugares generalmente estaban ubicados cerca de casi todas las ciudades del mundo grecorromano.

Varias fuentes textuales narran el uso de la nigromancia en los mundos griego y romano, así como en el Levante y el antiguo Oriente.

Estos ritos también se mencionan a lo largo de textos judíos como la Biblia y el Talmud, lo que indica que en ese momento era una práctica practicada o conocida por todos los sectores y religiones de la zona.

El poder que se creía que tenía la cabeza prevalece en toda la mitología en las historias de personas que reciben profecías de la cabeza de Orfeo y Perseo decapitando a Medusa.

A la luz de las calaveras, las lámparas y las puntas de lanza, que también eran elementos comunes de los rituales de nigromancia, el estudio concluye que es muy probable que el sitio haya sido utilizado como lugar para los rituales de nigromancia, pero dice que, aunque la cueva estaba cerca de un lugar judío comunidad, probablemente no fue utilizado por ellos sino solo por residentes no judíos.

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