(JTA) — A fin de prepararse para su papel en la creación de la última película producida por Adam Sandler, los miembros del equipo acudieron al ambiente de Bar Mitzvá y Bat Mitzvá de Toronto.

El diseñador de producción Perry Blake y la decoradora Julia Altschul, guiados por un consultor local sobre la tradicional ceremonia judía, se colaron en 10 fiestas en cuestión de semanas.

“Vimos lo asombrosos, enormes y extravagantes que eran”, dijo Blake a JTA. “Con una película, normalmente pones la mira muy alta, más grande que el mundo real. Pero eso fue como, wow, el mundo real es verdaderamente asombroso”.

El equipo tomó prestados varios elementos de los eventos a los que asistieron, desde videos de 9 metros de ancho en honor a los celebrantes hasta costosos DJ y extravagantes exhibiciones de iluminación. Todo eso condujo a los lujosos decorados de ¡No estás invitad a mi Bat Mitzvá!, que se estrenó este viernes en Netflix.

Una fiesta con temática circense inspiró el deslumbrante Bar Mitzvá con temática de carnaval que abre la película, completo con un escupefuegos y un zanquero.

“De hecho, contratamos a una de las personas que trabajaba en este Bar Mitzvá de circo para que apareciera en nuestra película”, dijo Altschul. “Ella caminaba en zancos y tenía diferentes atuendos. Entonces, en el Bar Mitzvá del circo ella era una dama barbuda y luego, en el nuestro, era una chica mariposa realmente increíble y extravagante”.

El mundo de las fiestas extravagantes, eufóricas y cargadas de angustia para niños de 13 años es el escenario de la nueva comedia de Sandler, un coming of age que también es un vehículo en pantalla para su familia judía de la vida real.

Sandler interpreta a Danny Friedman, el desconcertado padre de Stacy y Ronnie Friedman, interpretado por sus hijas de la vida real, Sunny y Sadie Sandler, mientras que su esposa Jackie Sandler tiene un papel menor como la madre de Lydia, la mejor amiga de Stacy.

La amistad entre Stacy y Lydia constituye la columna vertebral de la película, que está basada en el libro homónimo de 2005 de Fiona Rosenbloom. Las dos niñas comienzan a planear juntas las fiestas de Bat Mitzvá de sus sueños, pero una fractura debido a su interés amoroso Andy Goldfarb (Dylan Hoffman) amenaza con destruir tanto su amistad como sus fiestas.

Sandler ha aparecido anteriormente en películas con temas judíos, incluida la comedia You Don’t Mess With the Zohan, sobre un legendario soldado israelí que sueña con convertirse en peluquero, y los aclamados dramas The Meyerowitz Stories (New and Selected) y Uncut gems.

La actriz judía Idina Menzel protagonizó junto a Sandler la películaUncut Gems, un thriller policial sobre el negocio de los diamantes, y nuevamente interpreta a la esposa de su personaje en la nueva película.

Pero ninguna de esas historias retrataba de manera tan completa y seria una pieza central de la vida familiar judía.

¡No estás tan invitada a mi Bat Mitzvá! muestra a Stacy practicando su porción de la Torá; agonizando por su “proyecto de Mitzvá”, una iniciativa de servicio que muchas congregaciones alientan; y reunirse con su rabina hipster, que a menudo aparece en la cinta, interpretado por la comediante Sarah Sherman.

La película, dirigida por Sammi Cohen y escrita por Allison Peck, fue filmada en parte en una sinagoga conservadora real de Toronto, Beth Tzedec.

Para Stacy, Lydia y sus amigas, el punto central es la fiesta. La película explora la intensa presión que pueden enfrentar las familias, especialmente en comunidades ricas, para organizar la mejor fiesta de la historia.

Las fiestas de Bar y Bat Mitzvá en Estados Unidos pueden costar entre 10.000 y 40.000 dólares, o más de 100.000 dólares para familias en la ciudad de Nueva York y Los Ángeles, según The Bash, una plataforma de planificación de eventos, aunque el precio puede aumentar fácilmente para familias que eligen lugares y entretenimiento caros.

Una celebración de 2015 en Nueva Jersey en la que participó el ídolo adolescente Nick Jonas superó el millón de dólares.

El personaje de Sandler lucha contra la presión. Después de que Stacy exige un yate privado en el río Hudson y a la estrella del pop Olivia Rodrigo en una moto acuática, su padre responde: “Cuando me hicieron el Bar Mitzvá tuvimos una fiesta en el sótano de la abuela. Todos dividimos esta bola gigante de Matzá. Esa fue la diversión. ¿Sabes cuál fue el tema? ¡Ser judío!”

El mayor desafío para los miembros del equipo fue concentrar todo el esplendor de las festividades reales en tomas breves, dijo Altschul.

“Un verdadero Bar o Bat Mitzvá dura horas”, dijo. “Así que estamos tratando de que la gente vea todos los fragmentos (discursos, un video, la gran entrada, encendido de velas, el botín, la imagen completa) en uno o dos minutos”.

Una fiesta en particular alimentó la imaginación del equipo: el Bat Mitzvá de la vida real de la estrella Sunny Sandler, que tuvo lugar en Los Ángeles apenas unos meses antes de que comenzara el rodaje de la película. Blake asistió a la ceremonia y a la celebración junto con Cohen y Peck.

“Esa era la hija de Adam Sandler, así que también fue bastante exagerado”, dijo Blake.

El evento se destacó no solo por sus asistentes famosos, entre ellos Jennifer Aniston, una amiga cercana de la familia, y el director judío Judd Apatow, excompañero de cuarto de Sandler. Al igual que la fiesta ficticia en el clímax de la película, el Bat Mitzvá de Sunny Sandler tenía como tema Candyland. Blake tomó fotografías de su impresionante buffet de dulces y su combinación de colores rosa y morado, que inspiraron directamente el set de la película.

El equipo trabajó con Heather Glowinsky, propietaria de Rockpaper Events en Toronto, para probar otras celebraciones deslumbrantes. Pero aunque el equipo se divirtió creando escenas de fiesta elaboradas, dijeron que también buscaban transmitir el significado de un ritual que une a las familias judías.

“Lo mejor fue ver que se trata tanto de la familia”, dijo Blake. “Simplemente ver la vieja mesa de la abuela con un niño allí, o los padres pasando el rato y que simplemente se conocen, y todos los niños se conocen desde que fueron a la escuela judía”.

Altschul, que tiene un padre judío pero no tuvo una celebración de Bat Mitzvá, dijo que su labor de inmersión en las fiestas la hizo repensar su propia conexión con la tradición judía.

“Me di cuenta de cuánto sé sobre ser judía“, dijo. “Realmente no me consideraba tan judía, y luego me di cuenta de que mi abuela y mi papá en realidad me habían inculcado muchas cosas. Así que fue un buen descubrimiento”.

De la traducción (c)Enlace Judío México
Prohibida su reproducción