Investigadores de Cedars-Sinai enfatizan que la intervención temprana para pacientes que consumen alcohol con regularidad puede ayudar a prevenir la progresión de la enfermedad.

El consumo excesivo de alcohol se asocia con episodios agudos y repetidos de pancreatitis, una afección inflamatoria que puede provocar dolor abdominal intenso y la muerte. De acuerdo a un nuevo estudio publicado en la revista revisada por pares Gastro Hep Advances, las intervenciones tempranas destinadas a eliminar el consumo excesivo de alcohol y abordar los factores sociales y de salud mental concurrentes frecuentes podrían reducir la progresión de esta enfermedad.

La investigación, dirigida por la autora principal del estudio, la Dra. en ciencias Christie Jeon, ScD, profesora asociada de Ciencias Biomédicas, junto con el Dr. Dhiraj Yadav, profesor de Medicina en la Universidad de Pittsburgh, enfatizan la necesidad de estrategias de intervención temprana para prevenir la pancreatitis en personas que beben mucho.

De acuerdo al estudio, la pancreatitis aguda es una de las principales causas de hospitalizaciones relacionadas con enfermedades gastrointestinales en los Estados Unidos, con una tasa de mortalidad del 1% al 2%. Los hallazgos del estudio enfatizan el importante rol del consumo sostenido de alcohol en pacientes a los que se les diagnosticó esta afección.

“Nuestra investigación sugiere que el alcohol, en combinación con otros factores, hace que el páncreas sea más vulnerable a la inflamación”, afirmó Jeon.

El estudio evaluó los patrones de consumo de alcohol de pacientes que habían consumido alcohol regularmente durante una media de unos 20 años y que fueron hospitalizados con pancreatitis aguda o pancreatitis aguda recurrente. Los investigadores encontraron que los niveles de consumo de alcohol y el grado de consumo de alcohol eran considerablemente altos en aquellos pacientes que consumían, en promedio, de 7 a 10 tragos por día.

“Nuestro principal hallazgo fue que había una cantidad significativa de consumo de alcohol, tanto en duración como en intensidad, en pacientes diagnosticados con pancreatitis aguda”, afirmó Jeon.

El estudio también encontró que el 28% de los pacientes con pancreatitis aguda y el 49% de los pacientes con pancreatitis aguda recurrente tuvieron una recurrencia en menos de 12 meses. El estudio sugiere que los pacientes con pancreatitis aguda recurrente, debido a su consumo de alcohol, pueden estar progresando hacia una pancreatitis crónica, que puede resultar de episodios repetidos de pancreatitis aguda.

“Lo que estamos viendo es que estos pacientes han tenido una exposición prolongada e intensa al alcohol”, dijo Jeon. “En particular, los pacientes con pancreatitis aguda recurrente muestran una intensidad y un nivel sostenido de consumo de alcohol similares a los de los pacientes con pancreatitis crónica”.

Jeon dijo que la investigación subraya la necesidad de una intervención temprana en pacientes que consumen alcohol con regularidad, para prevenir la progresión a pancreatitis crónica.

El estudio también profundiza en la compleja relación entre el consumo de alcohol, las condiciones de salud mental y los acontecimientos de vida negativos. Muchos pacientes con pancreatitis aguda o pancreatitis aguda recurrente informaron trastornos de salud mental concurrentes, como depresión y ansiedad, o circunstancias de vida negativas, como problemas familiares, muerte o tensiones financieras.

“Estos hallazgos resaltan la necesidad de un enfoque integral de intervención que aborde tanto el abandono del alcohol como los problemas de salud mental subyacentes”, dijo el Dr. David Underhill, PhD, presidente del Departamento de Ciencias Biomédicas.

Jeon comentó que una intervención multidisciplinaria, que combine asesoramiento, medicación para la adicción a sustancias y atención integral, puede ayudar a detener la progresión de la enfermedad en este tipo de pacientes.

“Tiene que ir más allá de la pancreatitis, más allá del alcohol, para observar realmente al paciente como un todo”, afirmó.

Agregó que el desarrollo de directrices de prevención y tratamiento de la pancreatitis aguda centradas en el uso de sustancias, que actualmente no existen, sería un paso en la dirección correcta.

“Nuestros hallazgos resaltan la urgencia de una intervención específica”, afirmó Jeon. “Al abordar el consumo de alcohol y su interacción con la salud mental y los factores sociales, los médicos pueden mitigar el riesgo de progresión de la enfermedad y brindar una mejor atención a los pacientes”.

La investigación adicional del equipo de Jeon se centra en desarrollar tratamientos para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes con formas persistentes de pancreatitis.

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