Tomado del X (antes Twitter) de Irving Gatell

El ataque terrorista perpetrado por Hamas es una sorpresa mayúscula para un país con uno de los mejores ejércitos del mundo, y uno de los mejores servicios de inteligencia. Es gravísimo, y seguramente terminada esta crisis muchas cabezas en el ejército van a rodar.

El número de víctimas es algo que a los israelíes y los judíos nos parece una catástrofe. A este momento, estamos hablando de cerca de 100 muertos, tal vez algo más de 200 secuestrados, y más de 900 heridos. Algo que hace mucho no sucedía.

Además, nos parece escandaloso que el conflicto se esté llevando a cabo en territorio israelí. Eso tampoco estaba en las expectativas de nadie. Terminando este trágico episodio, el gobierno tendrá muchas cosas que analizar y autocriticarse.

Ahora dejemos el aspecto emotivo y vayamos al siempre odioso, pero indispensable, análisis frío de la situación. La realidad objetiva es esta: decenas de combatientes palestinos se infiltraron y tomaron el control de unas 7 poblaciones en la zona aledaña a Gaza.

En términos de lo que es una guerra, se trata de una “invasión” muy limitada, y que no tiene futuro. A Israel le sobran recursos para combatir eso (y más). En concreto, el máximo éxito posible para los palestinos ya se logró. Con el ejército israelí activo, todo cambiará.

Qué tan grande va a ser la derrota palestina, qué tan aparatoso va a ser el colapso de sus combatientes, es algo que queda en manos de Israel. Dependerá de hasta dónde quieran llevar la represalia. Pero el hecho es que la existencia de Israel no está en riesgo.

En el más extremo de los casos -y ojalá no se llegue a eso- Israel tiene poder militar de sobra para borrar del mapa a Gaza. Así que ese no es el problema. El verdadero lío va a estar en el manejo de narrativas, a favor o en contra de unos o de otros.

Como punto de partida, la narrativa la gana Hamas. Logró asestar un golpe inesperado a Israel, con un saldo catastrófico que nunca se había visto. Es su operación terrorista más exitosa desde que se fundó el grupo en 1987. Pero eso va a ser momentáneo.

En su embriaguez salvaje y sanguinaria, Hamas ha publicado cualquier cantidad de videos en los que se aprecia, sin lugar a ninguna duda, que su conducta ha sido terrorista, violatoria de Derechos Humanos, y fácilmente catalogable como Crímenes de Guerra. Eso les va a costar.

La reacción generalizada del mundo ha sido la misma: una condena abierta a la barbarie terrorista de Hamas. Llama la atención de la reacción de la Unión Europea, y hasta de España. Han condenado a Hamas, y han reconocido el derecho de Israel a defenderse.

Los únicos que se han pronunciado abiertamente a favor de Hamas han sido grupúsculos comunistas o pro-rusos, pero cuya importancia en la arena política es nula. Repito: lo más interesante es la reacción de Europa. ¿Por qué? Porque siempre ha recibido línea desde Arabia.

Desde siempre, las inversiones árabes en Europa han doblado a los políticos de la Unión Europea, que siempre se han plegado a las posturas diplomáticas o de política exterior de Arabia Saudita y los demás emiratos. Nunca fue un secreto esa prostitución diplomática.

Por eso, siempre que había conflicto entre Israel y Gaza, la Unión Europea y sus brillantes diplomáticos eran los primeros en exigirle a Israel -nada más- que se contuviera, que no provocara una escalada, o incluso a condenarlo por crímenes de guerra.

La dinámica era bien simple: los palestinos atacan, y Europa no dice nada. Israel responde, y Europa exige que no haya violencia, mientras los palestinos siguen atacando. Margot Wallstrom alcanzó niveles sublimes de ridiculez por culpa de su judeofobia.

Llegó a decir que los atentados del Estado Islámico en Europa eran culpa de Israel, porque los pobrecitos terroristas de ISIS estaban frustrados por lo que pasaba en Palestina. Así de arrastrados y lambiscones eran los políticos europeos.

Eso ha cambiado radicalmente desde que empezaron a firmarse los Acuerdos de Abraham. Es decir, desde que Israel y los países árabes empezaron a normalizar relaciones diplomáticas. Cosa que no les gustó a los palestinos, por cierto.

El ministerio de exteriores de Arabia Saudita ya sacó un comunicado en el que responsabiliza a Israel de lo que pueda pasarle a los palestinos en Gaza. Es normal. Es la vieja guardia de la política saudí (la que sí odia a Israel) en sus estertores.

La verdadera postura saudí -y árabe en general- la podemos ver en la reacción diplomática europea, porque esa linda costumbre de doblarse a lo que se diga en Ryad (que sigue invirtiendo millonadas en Europa) no se ha perdido.

Los palestinos se han quedado sin ese aliado mediático poderoso que fue la Unión Europea. Ya no tienen el apoyo incondicional de otras épocas. Con este ataque, menos apoyo van a tener. Ni árabe, ni europeo. Ha sido un error táctico absoluto para Hamas.

¿Por qué? Porque después de esto ya NADIA puede exigirle a Israel que haya una negociación con el liderazgo palestino de Gaza. No hay manera de justificarla. Israel tiene carta en blanco para declara y ejecutar la guerra contra Hamas y los grupos terroristas de Gaza.

A mediano plazo, Hamas va a perder por partida doble. Primero, la guerra contra Israel. Segundo, la guerra diplomática. El único apoyo que va a conservar será el de Irán, que -por cierto- es el peor enemigo de los saudíes. Listos, de verdad que no son.

Israel, por su parte, tendrá que hacer un fuerte análisis de qué fue lo que falló. Pero, repito, hasta después de resuelta la crisis. Por el momento, la realidad es la guerra, y no hay más alternativa que ganarla. La era de negociación con los palestinos llegó a su fin.

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