La pregunta que hoy muchos, ya movilizados en diversos frentes o no, nos preguntamos más con curiosidad que con angustia.

Netanyahu y su equipo parecen ignorar que un gobierno amplio y comprensivo, que olvida de momento contrapuntos del pasado, es hoy un imperativo ineludible.

En las últimas sesenta horas, desde que los medios anunciaron la sorpresiva agresión desde Gaza, Netanyahu dedicó solo algunos segundos a una pública aparición.

Ausencia que me condujo a recordar a un Churchill que en su circunstancia no ahorró frecuentes apariciones públicas al tiempo que ordenaba la defensa de Londres y de su país.

Conocemos horas difíciles. Los hospitales bullen con los centenares de heridos que con no pocas dificultades llegan a sus puertas. Y los adolescentes que aún no son movilizados saludan con alimentos y agua a los carros blindados que hoy surcan en todos los caminos del país.

Llegará el momento de juzgar a los responsables de estos terribles hechos que ponen en riesgo al Estado y a nuestra existencia en este país.

De momento las diásporas deben converger en el apoyo mancomunado a un país que nos ha devuelto a la historia sin restringir apoyos en favor de otros.

En verdad poco sabemos lo que nuestros hijos y nietos hacen en defensa de nuestra existencia en el país. Pero en contraste con ellos el actual gobierno de Netanyahu-Ben Gvir y Smotrich guarda absoluto y cobarde silencio.

Estoy seguro que superaremos a los enemigos que hoy nos acorralan. El precio será alto. Implicará no pocas lágrimas y muertes. Pero la historia judía y el ejemplo de no pocos combates del pasado nos obligan.


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