El comandante de la unidad Shaldag de las fuerzas especiales de élite, el teniente coronel “B” de las FDI, que estuvo en el frente de combate para retomar las aldeas del corredor de Gaza invadidas por Hamás desde los primeros momentos del sábado por la mañana, proporcionó su narrativa momento a momento por primera vez el lunes.
B dijo que lo despertaron a las 7:00 a.m. del sábado por la mañana desde la casa de sus padres para la festividad de Simjat Torá y le informaron sobre la invasión.
Esto fue unos 30 minutos después de que comenzara la invasión.
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Inmediatamente celebró una conferencia virtual de comandantes y les dijo que “la guerra ha comenzado. Traigan a todos”. B afirmó que sus tropas lucharon “con relámpagos en los ojos”.
A continuación, B comenzó a coordinar con sus oficiales de planificación la priorización exacta de las misiones de sus unidades.
Poco después, él y algunas otras unidades estaban en helicópteros de camino al corredor de Gaza, al mismo tiempo que pedían que más unidades se dirigieran al sur.
Las primeras unidades de fuerzas especiales Shaldag, con 12 combatientes, llegaron al kibutz Be’eri a las 8:30 a.m.
Inmediatamente comenzaron a luchar para recuperar el kibutz.
Desde el principio, Hamás disparó significativamente contra las fuerzas especiales, con algunas muertes inmediatas y personal de las fuerzas especiales herido, y se dieron cuenta de que el kibutz estaba lleno de terroristas.
Después de reorganizarse y cinco horas de combates, habían matado a 20 terroristas de Hamás.
En cuanto a B, cuando llegó a Re’im y al cuartel general de la división de las FDI, todavía estaba bajo control de Hamás.
Hubo un intercambio de disparos masivo y allí no había fuerzas de las FDI, ya que se habían ido antes para ser los primeros en responder para defender las comunidades fronterizas que estaban siendo invadidas (habían matado a algunos terroristas cuyos cuerpos aún estaban esparcidos en el suelo).
B puso en marcha un proceso para localizar y aislar a la principal fuerza terrorista que ocupa la base de las FDI.
Luego, sus fuerzas persiguieron a las fuerzas de Hamás. Inmediatamente resultaron heridos unos cinco soldados de sus fuerzas especiales. Algunos fueron rescatados y evacuados mientras otros soldados continuaron luchando en tiempo real.
Finalmente, las fuerzas de B lograron neutralizar al grupo principal.
Después de eso, comenzaron a patrullar sistemáticamente todas las partes de la base para eliminar todos los focos de terroristas que quedaban allí, incluido el uso de armamento más pesado a medida que estuvo disponible.
No fue hasta alrededor de las 6:30 p.m. del sábado que la base divisional de las FDI se retomó por completo.
A lo largo del día, todo el Shaldag recorrió su camino en helicópteros, coches o incluso a pie.
A las 2:00 a.m. del domingo, muchos reservistas de Shaldag también habían aparecido, elevando el número de fuerzas especiales a 200 (junto con un número mucho mayor de tropas regulares, paracaidistas y otras fuerzas especiales).
B señaló que alrededor de cinco de sus fuerzas murieron y alrededor de 15 resultaron heridos, incluido su principal adjunto.
Sus fuerzas también han sido fundamentales para tomar y asegurar Kfar Aza, mientras trabajaban con el Shin Bet para atrapar a los terroristas de Hamás escondidos o intentando colarse a través de la frontera hacia Israel.
‘He visto la catástrofe con mis propios ojos’
El comandante de las fuerzas especiales dijo que las críticas a la sorpresa de las FDI podrían esperar para más tarde, pero que ahora el enfoque debe ser mirar hacia el futuro.
“He visto la catástrofe con mis propios ojos. Pero los soldados aquí están luchando. Mis fuerzas y todas las FDI. No nos preocupamos por nuestras propias vidas, sino sólo por salvar a los civiles. No hay duda. Donde hay civiles, nosotros corremos hacia adelante. Desde el momento en que me desperté el sábado a las 7:00 a.m. hasta ahora”, dijo.
Añadió que muchos soldados que no se encontraban en un lugar específico en el que esperaban estar fueron atacados en el camino. Además, algunos de los principales comandantes que murieron o resultaron heridos estaban fuera de servicio y se lanzaron directamente a la contienda dondequiera que estuviera, a menudo sin su dotación completa de fuerzas.
B contó una historia sobre un comandante fuera de servicio que huyó hacia donde pensaba que estaba la lucha, encontró un grupo de soldados que estaban siendo entrenados para manejar fuentes de entrenamiento básico y les ordenó que limpiaran Urim de terroristas y salvaran a un grupo de mujeres soldado que quedaron atrapadas y rodeadas.
Dijo que los combates fueron feroces y en todas partes, casa por casa y en la distancia más cercana que uno pudiera imaginar.
“La atención se centra en el próximo civil que debemos salvar y el próximo terrorista que debemos matar… Ganaremos esta guerra”, concluyó B.
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