Es muy alta la probabilidad de una agresión a Israel por parte del Hezbolá, organización shiita como Hamás que en los últimos días agredió a Israel y comparten desde hace años la aspiración de disolver tanto la presencia judía como la cristiana en el Medio Oriente.

En el andar del tiempo Hezbolá amplió considerablemente su capacidad militar que se reveló, entre otros episodios, en la destrucción de la Embajada norteamericana en Beirut en 1983.

Su encendido odio a la cultura cristiana, occidental y, en particular, a Estados Unidos e Israel se dilató sustancialmente cuando instancias norteamericanas e israelíes colaboraron en su momento para dar muerte al líder musulmán Jasen Solemaini.

Hezbolá comparte con Hamás la aspiración de difundir en el Medio Oriente el credo shiita abanderado por Irán, plataforma ideológica y religiosa islámica que rivaliza con la interpretación sunnita del Islam profesada originalmente por Mahoma.

Escisión doctrinaria que tomó impulso en las últimas décadas por obra de crecientes diferencias geopolíticas y militares.

En este escenario Irán es el líder indiscutido del credo shiita que pretende lograr la supremacía en el Medio Oriente mediante la destrucción de Israel, un país que formaría parte de la impía cultura occidental, y el estrechamiento del
ascendiente ideológico y económico de Arabia Saudita, país apegado a la sunna, en el Medio Oriente.

En estas circunstancias el fortalecimiento de las relaciones económicas y militares entre Jerusalén y Riad implica una fuerte amenaza a los intereses y al credo de Irán.

Creo que las tensiones en el Medio Oriente han crecido en los últimos tiempos debido a la inclinación de Israel de compartir con Arabia Saudita la posesión de armas no convencionales, ya sea para resistir las tendencias de Irán en esta esfera, ya sea para promover el ascendiente pro-occidental en el Medio Oriente.

De aquí la inclinación iraní a sostener y apadrinar organizaciones como Hamás y Hezbolá con el propósito de instituir un régimen shiita en el Medio Oriente.

Por cálculos estratégicos que tienen dispar origen el gobierno de Putin alienta discreta e indirectamente este objetivo. Circunstancia que explica, entre otras razones, el silencio de Moscú desde el sorpresivo ataque a Israel por parte de Hamás.

En páginas futuras ensayaré esbozar las implicaciones regionales e internacionales del actual conflicto en el Medio Oriente, en particular si al cabo conducirá a un amplio choque entre Israel y el Líbano musulmán.


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