Como observador de los acontecimientos, encuentro que la invasión de varias ciudades israelíes por parte de Hamás, si bien es digna de mención, palidece en importancia en comparación con el fundamento detrás de su adopción de tácticas atroces que reflejan las utilizadas por ISIS. Intenté responder a la pregunta central de por qué Hamás adoptó esta sangrienta estrategia que nos recuerda a ISIS. La respuesta es doble: en primer lugar, crear una profunda onda de choque psicológico que supondrá un enorme costo para ambas partes, obligando así a Israel a llevar a cabo operaciones de represalia y desencadenando un estado de caos creativo que consume psicológica, económica y militarmente.

En segundo lugar, mientras Hamás presenta al pueblo palestino de Gaza como su chivo expiatorio, busca refugio dentro de los túneles para esperar sus recompensas. Los informes indican que Hamás intentó llevar a cabo negociaciones sobre rehenes con Israel a través de un mediador egipcio, lo que implica que está presentando a los rehenes como un símbolo de su fuerza y sugiere su voluntad de eventualmente cesar las operaciones, aunque sea un proceso que requiere mucho tiempo. Sin embargo, estos acontecimientos sólo arañan la superficie de una agenda oculta más amplia.

Las acciones de Hamás son, en esencia, una cortina de humo apenas velada destinada a desviar la atención de una serie más amplia de operaciones inminentes.

En medio de la agitación y los acontecimientos angustiosos que han cautivado la atención mundial, emerge una malevolencia latente: la participación de Irán. Las acciones de Hamás son, en esencia, una cortina de humo apenas velada destinada a desviar la atención de una serie más amplia de operaciones inminentes. Estas operaciones incluyen la apertura de frentes adicionales después de debilitar psicológica y militarmente a Israel dentro de la Franja de Gaza.

Esto tiene el doble propósito de desviar la atención global de las maniobras iraníes a lo largo de las fronteras de Israel. Iniciar múltiples frentes de combate contra Israel al mismo tiempo es un escenario meticulosamente ensayado, acompañado de una evaluación de las estrategias de respuesta de Israel. La dependencia de Israel de las reglas de guerra establecidas, junto con la respuesta internacional y regional a sus acciones como Estado reconocido, contrasta marcadamente con la libertad operativa ilimitada de las organizaciones terroristas, que no están sujetas a restricciones legales internacionales.

Es claro y obvio que en medio del shock psicológico y la magnitud de los dolorosos acontecimientos que todos están viendo, hay un monstruo Leviatán moviéndose en este caos. Seguramente es Irán, y lo que Hamás ha hecho no es más que una clara operación de cortina de humo para encubrir muchas y mayores operaciones venideras que incluyen la apertura de otros frentes después de agotar psicológica y militarmente la situación de la parte israelí en la Franja de Gaza, y distraer la atención de los movimientos iraníes cerca de sus fronteras.

Abrir varios frentes de combate contra Israel al mismo tiempo es un escenario que se ensayó y se puso a prueba la reacción de la parte israelí. Se estudiaron las leyes de la guerra que Israel acata para responder a tal escenario, además de la reacción internacional y regional hacia el lado israelí por representar un estado reconocido en el sistema internacional, mientras que las organizaciones terroristas sin ley no están obligadas a seguir ninguna norma internacional.

Las noticias en los medios indicaron apoyo a los representantes de Irán en las capitales árabes secuestradas, como Bagdad y Beirut, por hacer amenazas directas a Israel y a Estados Unidos en particular si intervenían para apoyar a Israel. Este es un tema común en los medios de comunicación que se plantea de vez en cuando, pero la pregunta persiste: ¿Están los Estados Unidos de América preparados para atacar con fuerza objetivos en Oriente Medio para defender a Israel, o simplemente agitarán el palo, mostrarán fuerza, aunque comprometidos a la moderación?

La parte iraní ciertamente tiene muchas ganas de vengarse de Israel como resultado de las operaciones militares y de inteligencia llevadas a cabo por Israel en las profundidades de Irán, además de los continuos ataques de las fuerzas aéreas israelíes contra objetivos sospechosos en territorio sirio para impedir que Irán contrabandee armas o se acerque a la frontera israelí. Siria es una zona estratégica importante para Israel, y la presencia de Irán cerca de sus fronteras es un asunto peligroso en sí mismo. No debemos olvidar la cuestión importante y estratégica, que es el principal acuerdo que está negociando Israel con la parte saudita.

El proceso de normalización conducirá a escenarios en los que Irán no aceptará un cambio en su posición geoestratégica y no permitirá que Arabia Saudita sea un actor importante en los lugares santos de Jerusalén. Irán se considera responsable de Jerusalén, y si pierde el expediente de Jerusalén, pierde gran parte de la imagen con la que alimenta a sus seguidores. Pero según la visión actual, Israel no está dispuesto a renunciar a la normalización con Arabia Saudita porque cree que el impacto económico, político y social del tema tendrá una gran influencia y eliminará, o al menos reducirá, los roles de otros jugadores, e introducirá un jugador que posee nuevas herramientas, que tendrán un concepto y carácter diferente en el juego político y en el proceso de paz en Oriente Medio.

En cuanto a lo que se espera, no hay duda de que los acontecimientos actuales serán sangrientos y dolorosos para todos. Podrían convertirse en un escenario en el que el monstruo de muchas cabezas esté escupiendo fuego en la región de Oriente Medio. Habrá muchas víctimas, muchas pérdidas y muchos sacrificios. Sin embargo, lo cierto es que este es un período temporal que implica mucha precaución y riesgo y requiere tomar una decisión acertada.

Artículo publicado por Israel Hayom

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío