Israel decidió reanudar el suministro de agua a la zona sur de la Franja de Gaza, una medida de alivio para la población palestina en medio de la guerra contra Hamás.

La decisión fue aprobada por Israel bajo presión de Estados Unidos, de acuerdo con el sitio Axios.

El tema fue abordado por el primer ministro Benjamín Netanyahu y el presidente estadounidense Joe Biden el sábado en una llamada telefónica.

Israel decidió a inicios de semana cortar el suministro de agua, alimentos, combustible y energía eléctrica a la Franja de Gaza como medida en su guerra contra Hamás.

El cierre al suministro del agua causó alarma entre grupos de ayuda en Gaza que advirtieron del agotamiento de las reservas que restaban ante la de por sí ya apretada situación de la región.

Los grupos de ayuda y organismos como la ONU también han exhortado a Israel que permita entregas de emergencia de combustible y otros suministros a la Franja de Gaza, de acuerdo con la agencia AP.

La agencia de la ONU para los refugiados palestinos calificó la crisis del agua como una “cuestión de vida o muerte”.

Si el combustible y el agua no llegan pronto, dijo el comisionado general de la agencia, Philippe Lazzarini, “la gente empezará a morir de deshidratación severa”.

En tiempos normales, el enclave costero depende de Israel para un tercio de toda el agua potable disponible, según la autoridad del agua de Hamás.

Sus otras fuentes de agua incluyen plantas desalinizadoras en el mar Mediterráneo y un acuífero subterráneo, drenado y dañado por años de uso excesivo.

Cuando Israel cortó el suministro eléctrico a Gaza, todas las plantas desalinizadoras cerraron. También lo hicieron las estaciones de tratamiento de aguas residuales.

Esto ha dejado a todo el territorio sin agua potable corriente. La gente compra jarras cada vez más escasas en las estaciones sanitarias municipales, busca botellas en los supermercados o bebe cualquier líquido que gotee de tuberías, según la AP.

La zona sur de la Franja de Gaza es una a donde Israel ha exhortado a los palestinos del norte del enclave a que evacúen lo más pronto posible.

Esto ante los preparativos para una ofensiva terrestre que Israel está preparando en su guerra contra Hamás.

Aunque las FDI han insistido por todos los medios a los palestinos de esta zona que es por su seguridad, Hamás los ha urgido a no obedecer y quedarse.

La evacuación de este sector de la población gazatí, alrededor de 1 millón de personas, también ha preocupado a la ONU y a nivel internacional.

Hamás y aliados suyos lanzaron un ataque sorpresa contra Israel al amanecer del 7 de octubre que dejó al menos 1300 muertos, la mayoría de ellos civiles.

Según documentos recuperados de manos de terroristas eliminados, Hamás planeó de manera esquemática y compleja su plan de ataque al menos desde el 2022.

Sus planes de ataque revelan que Hamás instruyó a sus cuerpos armados asesinar  civiles, algo que el grupo terrorista ha negado insistentemente y culpa a civiles gazatíes involucrados.

Además de las matanzas, Hamás secuestró al menos a 120 personas que fueron llevadas hacia la Franja de Gaza, donde permanecen rehenes.

El grupo terrorista asegura que algunos de ellos han muerto como resultado de los ataques aéreos de Israel en su contra, que se han ido intensificando.

El viernes las FDI recuperaron algunos cuerpos de desaparecidos abandonados por Hamás cerca de la frontera entre Gaza e Israel.

Israel ha calificado a las atrocidades de Hamás como las peores contra el pueblo judío desde el Holocausto y las ha comparado con las de ISIS.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío