Una joven mexicana-israelí, Yael Attie, lanzó la convocatoria y, de pronto, cientos se sumaron. Esta es la breve historia de cómo la comunidad judía de México enviará cientos de cajas de ayuda a Israel.

Cuando las noticias del ataque de Hamás comenzaron a circular por Israel, Yael Attie, quien había migrado desde México con su familia hacía tres años, supo que había que ayudar. Ella, su esposo y sus tres hijos comenzaron a hacer lo que podían.

“Estábamos ayudando mucho a lo que se podía. Íbamos, hacíamos comida, actividades, juguetes para los niños… a los Jayalim, a los que pedían ayuda, lo hacíamos. Y pues llegando aquí sentíamos la necesidad de hacer algo” dice Attie.

Aquí es México, su país natal, al cual se regresó temporalmente, mediante el avión enviado por López Obrador, lejos de los cohetes y las tensiones propias de un país en guerra.

Fue aquí que creó un grupo de WhatsApp con varias amigas, con la intención de reunir algunas maletas con ayuda para enviar a los supervivientes en el sur de Israel. Juguetes para los niños, ropa, señales de empatía enviadas por judíos mexicanos a judíos israelíes.

El mismo pueblo en dos polos del mundo.

“La verdad que no hicimos nada. Hicimos un mensajito por WhatsApp a mis amigas creyendo que íbamos a mandar 30 maletas y no sabemos cómo la gente se fue enterando y enterando y enterando y no paraban de llegar cajas”, dice Attie, aún incrédula.

Attie calcula que al menos 300 personas donaron artículos y que otras 180 colaboraron en el trabajo que siguió: empacar, pesar y clasificar la ropa y los juguetes que luego, con ayuda de algunas instituciones, serán trasladados a Israel.

“La verdad es que no tengo idea de quiénes donaron el traslado de la mercancía. Hay un donador, alquiló un avión de carga y se lo llevan a Israel”.

También sabe que el cónsul de Israel en México trabajó para obtener los permisos necesarios y que la mercancía pueda llegar sin contratiempos. Para almacenarla, su casa fue insuficiente. Los vecinos, según nos cuenta, abrieron las puertas de las suyas para recibir las más de 400 cajas con ayuda que, en apenas unos días, ha logrado reunir.

Ahora, la misión será transportar dichas cajas al aeropuerto, cargar el avión rentado por el donador anónimo y enviarlas a Israel.

Sobre su destino próximo, Attie dice que “cuando podamos, baruj Hashem, en cuanto se pueda, vamos a regresar” a Israel. Un país que vive horas de incertidumbre pero también muestras de generosidad y solidaridad. Pequeñas estampas como esta.

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