Enlace Judío – Hay cosas que son modernas y cosas que son tan antiguas como la escritura y el hombre mismo. Nos hablan de la conformación más profunda que encontramos en nuestro ser. Los monstruos, el miedo y el horror son una de ellas.

Siempre me ha sorprendido por qué la gente ve películas de horror, no se supone que vamos al cine a disfrutar porque correr a estremecernos frente a una pantalla. Sin embargo, justo el horror es de los géneros más vendidos en taquilla. El porqué es múltiple y cada quien tiene su propia respuesta. Para Stephen King el horror representa los monstruos internos que logramos enterrar a través de exponerlos a la luz. La película de horror moderna es como el llama la versión actual del antiguo linchamiento público; un disfrute en el reconocer nuestro sadismo interno, en verlo expuesto en pensarnos separados del mismo a través de ello.

Para Laura Maw por su lado, el horror representado nos ayuda a superar nuestro miedo. Nos ayuda a superar el rechazo social y el castigo interno que sentimos hacia nuestros deseos; nos confronta con ellos y nos obliga a enfrentarlos, a ser libres de desear nuevamente y desprendernos de la pena. Mientras que Sarah Kurchak remarca como el horror expone también los funcionamientos y premisas sociales a los cuales estamos sujetos.

En lo personal mi disfrute hacia el horror nace de un sentimiento profundo de sorpresa. Me encantan las historias de Lovecraft porque nunca me imagino el final, sus escritos me ponen en contacto con personajes y mundos que me sería imposible de encontrar sin él. Además desde niña siempre tuve una enorme fascinación hacia los monstruos hay algo tan bello en ver nuestros miedos representados gráficamente, en poder aceptar el enorme dolor que los genera y la realidad de su presencia en nuestras vidas. En unos días es Halloween por excelencia la fiesta del horror y los monstruos para el mundo. Es una excelente excusa para reflexionar sobra las distintas formas que tenemos para afrontar estos sentimientos y la manera en que nuestras sociedades encuentran símbolos culturales. Si bien Halloween es una festividad moderna, cierto es que los monstruos han existido en cualquier cultura y a lo largo de los milenios; forman parte de lo que somos como humanos y como tal de nuestra visión hacia el mundo. Es natural que preguntemos ¿cuáles son los monstruos judíos si queremos conocer a dicha cultura? Mencionaremos sólo a cuatro de ellos.

Lilit

Es un personaje de la mitología judía que se le asocia con demonios y criaturas de las sombras. Hay quienes por superstición no mencionan su nombre para no darle fuerza. Se le conoce como la madre de demonios, se le menciona en algunas partes del Tanaj. Sin embargo, su origen realmente está en las fuentes orales de la tradición judía. Existen distintas versiones sobre su creación hay quienes la identifican como la primera mujer de Adán (antes de Eva) y quienes la mencionan como una creación intermedia que surgió en el crepúsculo del sexto día antes de empezar el primer Shabat.

Dybuk

El dybuk es ppr excelencia el fantasma judío. Está muy presente en todo tipo de relatos, historias, literatura o incluso representaciones teatrales y cinematográficas. No es en sí un fantasma como lo conocemos es más bien un alma que entra al cuerpo de otra persona o que se queda atrapada en un lugar o objeto como un árbol o una casa. En la mitología judía se cree que esta alma

Leviatán

Otra criatura judía que ha inspirado grandes historias, mitos y cosmovisiones es el Leviatán. Se piensa en este como un reptil que habita el fondo del océano, da vuelta al mundo y será asesinada en el final de los tiempos.

Golem

El Golem aparece en el Sefer Yetzirá (un libro cabalístico) y en el folclor judío se cree que el Maharal de Praga heredó los conocimientos para crearlo, y que en efecto lo hizo. Un golem básicamente se refiere a una criatura formada del barro por un hombre que con artes mágicas se le da vida. No tiene en sí conciencia o voluntad propia, sigue ordenes y hace labores básicas. El Golem generalmente se refiere al supuesto Golem de Praga.