Enlace Judío / Lali Michaeli – Nadie tocó en nuestro tejado, nadie nos advirtió de que esto era lo que nos podía ocurrir aquel sábado 7 de octubre de 2023, víspera de Simjat Torá, una de las fiestas judías más importantes.

Poetas de todo el mundo se han dirigido a mí para preguntarme cómo me encuentro en estos últimos días terribles. No he dejado de explicarles lo que está ocurriendo en Israel y en Oriente Próximo.

Me presento ante ustedes no sólo como poeta israelí, sino como descendiente de alguien que fue ejecutado por enseñar hebreo. No tengo otro país que Israel.

Los terroristas de Hamás entraron en mi país y violaron a mujeres jóvenes soldados. Cortaron la cabeza a niños y bebés. Abrieron el estómago de una mujer embarazada y le sacaron el feto. Ataron a niños y los masacraron. Asesinaron a familias enteras, incluidos sobrevivientes del Holocausto.

A lo largo de los años, Hamás ha intentado transmitir que son luchadores por la libertad cuyo objetivo es recaudar donativos para los residentes de Gaza.

Es una mentira espantosa. Utilizan las tácticas del ISIS. Su objetivo es la aplicación de la sharia. Su verdadero rostro ha quedado al descubierto.

No se trata sólo de un ataque contra Kfar Aza, Nir Oz o el kibutz Be’eri, en el sur de Israel. No es sólo un ataque contra civiles israelíes, es un ataque contra la civilización humana. Se trata de una guerra internacional en la que están en juego el progreso y la ética. Hamás es el enemigo del progreso, de la cultura y de la ética. Ésta es una guerra entre los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas. La victoria de Israel es una victoria de la civilización.

Israel está comprometido con un mundo mejor para nosotros y para las generaciones futuras. Hamás, ni nadie, nos impedirá vivir una buena vida en Oriente Medio, en prosperidad, con cultura y paz, por nuestro propio bien y por el de las generaciones futuras. Lo que nos caracteriza ante todo es nuestra humanidad. La victoria es la paz.

Fuente: Jewish Book Council