Hamás liberó a 51 israelíes entre el viernes y el lunes por la noche a cambio de 150 presos palestinos. Se cree que al menos otros 196 rehenes se encuentran retenidos en Gaza, informó Haaretz.

La liberación del cuarto grupo de rehenes este lunes tuvo lugar poco después de que se anunció una extensión de 2 días de tregua temporal entre Israel y Hamás durante los cuales serán liberados otros 20 secuestrados.

Los rehenes liberados revelaron que, si bien la mayoría de los secuestrados estaban retenidos en túneles subterráneos, otros permanecían en casas u otros edificios. Algunos fueron trasladados y pasaron sus primeros días en cautiverio en casas privadas, antes de que hombres armados de Hamás los llevaran a instalaciones controladas por el grupo terrorista.

Un grupo de rehenes dijo que estuvieron retenidos en túneles todo el tiempo y que las condiciones eran difíciles, ya que tenían poca luz y escasa comida. Destacaron que en las últimas dos semanas prácticamente no había alimentos y sobrevivieron principalmente a base de arroz.

Otro grupo, retenido en lo que parecen haber sido casas seguras, tenía mejores condiciones. Su principal preocupación, dijeron, era ser bombardeados. Quienes estaban en los túneles dijeron que podían oír los ataques aéreos sobre Gaza.

Algunos secuestrados dijeron que podían seguir los informes de los medios israelíes y sabían lo que estaba sucediendo en el mundo exterior. Por ejemplo, Ohad Munder, que cumplió nueve años en cautiverio, escuchó a su familia desearle un feliz cumpleaños en una transmisión de televisión israelí. Otros rehenes que lo acompañaban también le desearon un feliz cumpleaños. Fue liberado el pasado viernes junto con su madre Keren y su abuela Ruth.

Hana Katzir, quien también fue liberada, se enteró del asesinato de su hijo en una de las pocas ocasiones en que se les permitiría escuchar la radio israelí. Tras su liberación, se enteró de que su marido también había sido secuestrado y permanecía en Gaza.

Dijeron que las condiciones para dormir eran difíciles, especialmente para los rehenes mayores, que tenían que dormir en un colchón en el suelo o en sillas de plástico.

Merav Mor Raviv dijo a The New York Times que su prima, Keren Munder, le dijo que “comían, pero no con regularidad ni todo el tiempo”. El arroz y el pan eran sus comidas principales.

Agregó que Keren y Ruth Munder bajaron de seis a ocho kilos en cautiverio. Dijo que los rehenes dormían en sillas juntas y que cuando necesitaban ir al baño, tenían que tocar la puerta de su celda y esperar, a veces hasta dos horas.

Mientras tanto, un miembro del Foro de Familias para el Retorno de Rehenes y Desaparecidos dijo a los medios israelíes que las mujeres fueron mantenidas en jaulas, informó The Jerusalem Post.

En los días posteriores a los ataques del 7 de octubre, Hamás distribuyó videos en un canal de Telegram que mostraban a niños rehenes mantenidos en jaulas durante la mayor parte de su tiempo.

Hamás distribuyó el lunes una carta supuestamente escrita por Danielle Aloni, quien fue secuestrada junto con su hija Emilia, de cinco años, y mantenida como rehén. En la carta, escrita en hebreo y traducida al árabe, supuestamente agradeció a Hamás por la “extraordinaria humanidad” brindada a su hija, quien “se sentía como una reina”.

La carta también decía: “Siempre seré prisionera de amor porque [Emilia] no salió de aquí con un trauma psicológico para siempre”. La familia Aloni no ha confirmado la existencia de la carta ni su contenido.

Esta carta es una de las varias que los rehenes fueron obligados a escribir, según informes de los medios israelíes.

Algunos rehenes hablaron de su preocupación de que fueran atacados en el último momento por Hamás o por habitantes de Gaza que arrojaron piedras al vehículo que los llevaba a Egipto. “Hasta el último momento no estábamos seguros”, dijo un rehén. “Pensábamos que nos lincharían en el camino a Israel“.

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