El sargento mayor (res.) Ben Zussman Z”L, que cayó en batalla en la Franja de Gaza, dejó un testamento a un amigo para su familia. Sus padres lo recibieron después de su muerte, según la emisora israelí Kan.

“Les escribo este mensaje camino a la base. Si lo están leyendo, algo debe haberme pasado. Como me conocen, probablemente no haya nadie más feliz que yo en este momento. No solo estoy feliz de estar cumpliendo mi sueño. Estoy feliz y agradecido por el privilegio que tendré de proteger a nuestra hermosa tierra y al pueblo de Israel”, escribió.

“Si algo me pasa, no les permito que se hundan en la tristeza. Tuve el privilegio de cumplir mi sueño y mi propósito y pueden estar seguros de que los estoy observando y sonriendo con una enorme sonrisa. Probablemente me sentaré junto al abuelo y platicaremos, cada uno de nosotros hablará de nuestras experiencias y lo que cambió de una guerra a otra. Tal vez también hablemos un poco de política, le preguntaré qué opina”.

Si, Dios no lo quiera, se sientan shivá, conviértanla en una semana de amigos, familia y diversión. Que haya comida, carne por supuesto, cervezas, bebidas dulces, pepitas, té y, por supuesto, galletas de mamá. Cuenten chistes, cuenten historias, conozcan a todos mis otros amigos que aún no han conocido. ¿Guau? Los envidio. Me gustaría sentarme allí y verlos a todos”.

“Y algo más muy muy importante, si me toman como rehén, vivo o muerto, no quiero que otro soldado o civil salga perjudicado por un acuerdo para mi liberación. No les permito hacer campaña, luchar o algo así. No quiero que liberen a terroristas a cambio de mi liberación. De ninguna manera, forma o con ningún acuerdo. Por favor, respeten mis palabras”.

“Lo diré de nuevo, salí de casa sin siquiera haber sido llamado a la reserva. Estoy lleno de orgullo y siento que tengo una misión. Siempre he dicho que si tengo que morir, espero que sea en defensa de los demás y del país. ‘Oh Jerusalén, he puesto guardas, llegará el día y seré uno de ellos'”.

Sarit Zussman, su madre, dijo a Kan el lunes que la familia recibió la carta dos días después de que Ben cayó en batalla.

“Nos sacó de muchas dudas”, afirmó. “Se fue con el corazón lleno, por un gran amor. Nos fortaleció y nos pidió que seamos felices. Hay algo liberador en esta claridad que te permite respirar”.

“Tuvimos la oportunidad de conocer a todos sus dulces amigos, a los que no pudimos conocer y de los que solo escuchamos historias”.

“Cuando fuimos a la tumba al final de los siete días, sus amigos llevaban una camiseta con su foto, algunos cigarrillos junto a la tumba, calcomanías de Hapoel Jerusalén y botellas de cerveza. Cuando terminamos la ceremonia abrí una botella. Todos brindamos y la pasamos unos a otros”.

“Estaremos tristes para siempre, pero intentaremos disfrutar de las pequeñas cosas de la vida”.

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