El primer ministro Benjamín Netanyahu fue criticado después de que el lunes fuera ampliamente citado diciendo que los Acuerdos de Oslo con los palestinos en la década de 1990 causaron tantas muertes como la masacre de Hamás del 7 de octubre.

Los acuerdos firmados en 1993-1995, que creó la Autoridad Palestina y le dio distintos niveles de autonomía en partes de Judea y Samaria como primera etapa en el camino hacia un Estado palestino.

No obstante, la ola de terrorismo que siguió descarriló los acuerdos.

La oposición a los acuerdos aumentó entre la derecha, culminando con el asesinato del primer ministro Yitzhak Rabin, quien defendió y firmó los acuerdos, y el ascenso de Netanyahu al poder en 1996.

Netanyahu ha criticado el acuerdo en innumerables ocasiones, pero nunca lo ha anulado durante su mandato de 16 años en el poder.

Múltiples medios informaron el lunes por la noche que durante una reunión a puertas cerradas de la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knéset, Netanyahu dijo que “la madre de todos los pecados fue Oslo; no el acuerdo en sí, sino el hecho de que tomaron a la figura más antisionista y lo trajeron aquí desde Túnez al corazón de la tierra de Israel”.

Los Acuerdos de Oslo implicaron llevar al líder palestino Yasser Arafat y a otros funcionarios de la Organización de Liberación de Palestina (OLP) desde el exilio en Túnez a Judea y Samaria.

El sitio de noticias Ynet dijo que Merav Michaeli, líder de Avodá, interrumpió para protestar por la comparación de Netanyahu, pero fue callada por el presidente de la Comisión, Yuli Edelstein.

Algunos comentaristas vieron la declaración de Netanyahu como un intento de disminuir las críticas a su responsabilidad por los acontecimientos del 7 de octubre.

Otros reportes dijeron que los comentarios de Netanyahu se produjeron en respuesta a que Michaeli argumentara que sólo un acuerdo de paz y una visión de una solución de dos Estados podrían resolver la situación actual.

Se ha considerado ampliamente que Netanyahu intenta quitarse la culpa por el ataque del 7 de octubre, cuando Hamas tomó a Israel por sorpresa y envió a unos 3.000 terroristas a través de la frontera, matando brutalmente a más de 1.200 personas, la mayoría de ellas civiles, y tomando el control de 240 rehén.

El primer ministro se ha opuesto vehemente y públicamente a la idea, respaldada por Estados Unidos, de conceder a la Autoridad Palestina un papel en el gobierno de la Franja de Gaza en caso de que Hamás sea derrotado en la guerra en curso, un objetivo declarado de Israel.

El líder de la oposición, Yair Lapid, criticó al primer ministro el martes por los comentarios.

“El Estado de Israel está en guerra. Todos vamos de un funeral a otro, de Shivá en Shivá”, dijo Lapid en un comunicado, refiriéndose al tradicional período de luto judío de siete días por un familiar fallecido. “Los soldados están luchando heroicamente. El corazón se rompe cada mañana ante las fotografías de los asesinados”.

“Es imposible entender el nivel de desconexión y cinismo del primer ministro, que está llevando a cabo una malvada campaña política durante tiempos de guerra cuyo único propósito es eximirse de responsabilidad, acusar a otros y crear odio. La nación merece un liderazgo diferente”, dijo Lapid.

El parlamentario Meirav Cohen, del partido Yesh Atid de Lapid, tuiteó que los comentarios de Netanyahu significaban, en esencia, que estaba “admitiendo que bajo su gobierno, y en un solo día, fueron asesinadas la misma cantidad de personas que en los 5 a 7 años siguientes a Oslo“.

Michaeli dijo que “durante 30 años, Netanyahu ha estado culpando a Oslo, durante más de 16 de los cuales ha sido primer ministro. No anuló Oslo, continuó Oslo y lo utilizó para incitar y mantenerse en el poder”.

“Él nunca ha aportado una solución diferente, y la que sí aportó fracasó espectacular y horriblemente”, afirmó. “El camino de Oslo es lo que necesita el Estado de Israel, un acuerdo diplomático para poner fin al conflicto. Hasta que lleguemos allí, no tendremos que ir a ninguna parte después de Netanyahu”.

Las críticas también provinieron de las filas del propio partido Likud de Netanyahu, y el parlamentario Danny Danon, miembro de la Comisión, dijo a la emisora pública Kan que tales comparaciones estaban equivocadas.

Tras la protesta, Netanyahu emitió una declaración en vídeo buscando “aclarar” su postura, y que también fue ampliamente interpretada como una respuesta a Biden, quien dijo en una recepción de Janucá en la Casa Blanca el lunes por la noche que no siempre está de acuerdo con las primer ministro israelí.

“Aprecio profundamente el apoyo estadounidense a la destrucción de Hamás y la recuperación de nuestros rehenes”, dijo Netanyahu en su declaración en hebreo. “Después de un intenso diálogo con el presidente Biden y su pueblo, recibimos pleno apoyo para la operación terrestre y para frenar la presión internacional para poner fin a la guerra”.

“Sí, hay un desacuerdo en lo que respecta al ‘día después de Hamás‘, y espero que lleguemos a un acuerdo aquí también”, añadió Netanyahu. “Quiero aclarar mi posición: no permitiré que Israel repita el error de Oslo“.

“Después del enorme sacrificio de nuestros ciudadanos y combatientes, no podemos permitir que entren en Gaza aquellos que enseñan el terrorismo, apoyan el terrorismo y financian el terrorismo“, añadió el primer ministro, estableciendo un paralelo entre Oslo y la actualidad.

Gaza no será Hamas-stan ni Fatah-stan”, dijo, refiriéndose al gobernante partido Fatah de la Autoridad Palestina.

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