El presupuesto suplementario para 2023 para cubrir los costos de los combates en curso con Hamás y Hezbolá se aprobó este jueves, informó The Times of Israel.

El presupuesto se aprobó por 59 votos a favor y 45 en contra, y el partido Hamajané Hamamljatí de Benny Gantz, socio del gobierno, no votó a favor, junto con el diputado del Likud, Yuli Edelstein, que se abstuvo debido a los fondos discrecionales no relacionados con la guerra.

La ministra de Inteligencia, Gila Gamliel, también del partido gobernante, se ausentó de la votación.

El presupuesto incluye unos 28.900 millones de shekels (7.850 millones de dólares) para cubrir los costos de la guerra en Gaza y los combates en la frontera con el Líbano, incluido el aumento de los gastos militares y civiles, como el alojamiento de los evacuados del norte y del sur.

Pero, de manera controvertida, el presupuesto también incluyó cientos de millones de shekels en los llamados “fondos de coalición”, que son fondos discrecionales destinados a proyectos de diputados y ministros, que, según los profesionales del Ministerio de Finanzas, deberían reducirse a la mitad.

Gantz había instado públicamente a Netanyahu a eliminar estos fondos del presupuesto, pero fue ignorado, lo que llevó a su facción a oponerse al presupuesto, mientras que el líder de la oposición, Yair Lapid, denunció que la financiación contribuía al creciente déficit presupuestario.

De hecho, en sus lecturas finales se aprobó un proyecto de ley separado que permite al gobierno aumentar aún más el déficit hasta el 3.7% del presupuesto para ayudar a financiar los costos del presupuesto suplementario.

Aunque los copartidarios de Gantz votaron en contra o estuvieron ausentes en la votación sobre cada una de las cláusulas presupuestarias específicas, no estuvieron presentes en la votación final después de que Yesh Atid sorprendió al pleno y retiró las reservas que había presentado, dejando a los miembros de Hamajané Hamamlajtí varados fuera del salón.

Sin embargo, sus votos en contra del presupuesto quedaron registrados en el protocolo.

Edelstein se abstuvo en la votación final, después de haber apoyado anteriormente una reserva de Hamajané Hamamlajtí que habría desviado fondos de la coalición designados para el Ministerio de Educación hacia la nueva Administración de Tekuma, un fondo establecido para reconstruir comunidades en la región occidental del Néguev devastadas por la invasión de Hamás del 7 de octubre.

Esa reserva fue rechazada, lo que llevó a Edelstein a publicar en X “[Si el dinero] no es para la guerra, no ahora”, y posteriormente se abstuvo en la votación final.

El presupuesto suplementario añade 25.900 millones de shekels adicionales al presupuesto original de 2023, elevándolo a 510.600 millones, antes de los costos del servicio de la deuda. Otros 3.000 millones se desviarán de los fondos existentes.

Unos 17.000 millones de shekels de los 28.900 millones de fondos para la guerra se destinarán a costes de seguridad como la adquisición de armas y pagos a los reservistas de las FDI, mientras que 12.000 millones financiarán gastos internos.

Aproximadamente 6.100 millones de shekels cubrirán el costo de alojamiento de los evacuados del norte y sur de Israel, asistencia financiera para los heridos durante la guerra, arreglos escolares para los evacuados e incentivos laborales.

Se utilizarán 1.800 millones para reforzar las medidas de seguridad civil dentro de Israel, incluidos fondos adicionales para la policía, el servicio penitenciario, el servicio de bomberos, los escuadrones de seguridad civil, el equipo de emergencia para las autoridades locales y los refugios antiaéreos.

Otros 1.800 millones se utilizarán para impulsar la economía, incluida asistencia para las necesidades agrícolas, guarderías infantiles, compensación para instituciones culturales y un “colchón de seguridad” para el transporte marítimo y la aviación.

Otros mil millones se destinarán a reforzar el sistema de salud, incluidos los servicios de salud mental, la compra de medicamentos y el fortalecimiento de los hospitales contra ataques con cohetes y misiles.

El presupuesto total será de 636,6 mil millones si se incluyen los costos del servicio de la deuda.

Algunos de los fondos de coalición más controvertidos que se mantuvieron en el presupuesto son más de 300 millones para el Ministerio de Asentamientos y Proyectos Nacionales, encabezado por la ultranacionalista Orit Strock del partido Hatzionut Hadatit.

Otra partida presupuestaria controvertida fue el desvío de fondos considerables al sistema educativo ultraortodoxo.

En un encendido discurso desde el podio de la Knéset, Lapid criticó estos fondos por contaminar el presupuesto de tiempos de guerra con fondos políticos para los electores de los partidos del gobierno, declarando que aquellos que votaran a favor “no serán perdonados” y que sus hijos se “avergonzarán” de a ellos.

“Somos un país en el que todo ha cambiado. Este no es el mismo país y no será [el mismo]. No después de [la emboscada de] Shujaiya, no después de [la masacre de Hamás en el festival] Supernova. No hay una sola persona en el país que no entienda esto, aparte de la persona que puso este vergonzoso presupuesto sobre la mesa de la Knéset”, dijo Lapid.

“Ustedes son los que están lidiando con el peor y más cínico tipo de política cuando el Estado de Israel está luchando por su vida”, acusó Lapid.

Sin embargo, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, elogió la aprobación del presupuesto suplementario, calificándolo de “un buen presupuesto que proporciona respuestas a las necesidades de la guerra en el frente y en casa”.

Dijo el ministro de Finanzas: “Las FDI tienen, como siempre, pleno respaldo presupuestario para hacer lo que sea necesario para derrotar a nuestro enemigo. En el frente interno, este presupuesto… ofrece amplias soluciones para los evacuados, las empresas y los sobrevivientes [del 7 de octubre], [y] para los ministerios gubernamentales en beneficio de todos los ciudadanos israelíes”.

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