Sara Vaspi perdió a su marido Yoav en la Guerra de Yom Kipur, a su hijo Arnon en la Primera Guerra del Líbano y a su nieto, que recibió su nombre en Espadas de Hierro, recogió Arutz Sheva.

Vaspi participó en una reunión con el primer ministro Benjamín Netanyahu. “Pedí que no se detengan, que continúen hasta lograr el objetivo que se fijaron al comienzo de la guerra. Dijeron que derrotarían a Hamás y pedí que no se detengan para no tener que perder a un bisnieto también, Dios no lo quiera”, dijo en una entrevista a la emisora pública Kan.

“Sabemos que si la guerra no continúa y no derriban a Hamás, volveremos a la misma situación. Habrá más rondas de combates y más bajas, y no tenemos la fuerza ni la necesidad de eso. No podemos permitir que eso suceda. Han sido más de 20 años de sufrimiento para los kibutzim en el perímetro de Gaza, y todo Israel merece un poco de tranquilidad”.

“En la Guerra de los Seis Días, vivíamos en el Kibutz Nahal Oz. Yoav era soldado de carrera y sirvió como comandante de división en la 9.ª División. Durante un período de espera, envió un jeep para llevarnos a mí y a Arnon a Nahal Oz. Cuando llegué me dijo dos cosas: ‘Querida Sara, cada bala tiene una dirección, pero ninguna es para mí’. La otra cosa absurda que dijo fue: ‘Arnon nunca tendrá que luchar y tal vez nunca tendrá que alistarse’. Estaba muy equivocado”.

“Su última carta que me envió, dos días antes de morir en la Guerra de Yom Kipur, decía: ‘Intenté creer que hay un Dios en el cielo. He pasado momentos muy difíciles. Me retracto, creo firmemente que hay un Dios en el cielo, y esto nunca volverá a suceder'”.

Habló de su última conversación con su nieto. “Esta es la tercera vez que tengo tanto miedo y estoy muy preocupada por Arnon. El 7 de octubre, cuando estaba en camino, me llamó y me dijo: ‘Abuela, estoy rumbo a la Franja de Gaza‘. Le pregunté si había recibido la orden de movilización. Él respondió: ‘¿Quién necesita la orden? Sé adónde voy y por qué.’ Antes de entrar a Gaza, y un día antes de recibir la amarga noticia, me volvió a llamar. Le dije: ‘Estás en la playa, disfruta’, y él dijo: ‘Abuela, entro ahora. No podré llamarte’. Pensé que sería porque no tenían señal, pero ahora realmente ya no puede llamarme”.

Finalizó con un mensaje a la nación: “Quiero mantener esta unidad que tenemos. Estamos dando fuerza a nuestros soldados para luchar. Esta petición es para ellos, para que no pierdan la motivación”.

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