Tras la muerte de 21 soldados israelíes en un solo incidente en Gaza, muchos se preguntan si la sociedad israelí está dispuesta a seguir respaldando una guerra que ya ha provocado decenas de miles de víctimas. Al respecto, conversamos con el analista internacional y escritor Gabriel Ben-Tasgal. 

 

 

“Hamás estaba convencido —y todavía lo está— que ellos ya triunfaron”, asegura Gabriel Ben-Tasgal, de gira por América Latina, en entrevista exclusiva con Enlace Judío. Así responde a la pregunta de por qué la organización islamista se atrevió a perpetrar un ataque a todas luces suicida contra una potencia militar que, previsiblemente, emplearía toda su fuerza para aniquilarla.

“Ellos ya triunfaron porque, en la lógica yihadista, hacer un acto de martirio como el que hicieron te lleva directo a sentarse en la mesa con Mahoma.y a poder invitar a 50 familiares tuyos que se sienten con Mahoma. Tú vas a nadar en ríos de vino y de miel, vas a recibir 72 vírgenes y tu estatus va a ser diferente”, agrega.

Mientras otros analistas centran su atención en los aspectos territoriales del conflicto, Ben-Tasgal ha sido constante en una visión que pone el acento en la dimensión religiosa del conflicto, especialmente para entender las motivaciones de Hamás.

De acuerdo con esa perspectiva, para un yihadista, “si haces lo que hizo Hamás vas a ir directamente al paraíso. Como aquel hijo que llamó al padre orgulloso diciendo que había asesinado a diez judíos y el padre se lo festejaba, porque él también, el padre va a entrar al Paraíso porque el hijo lo va a traer.

“Entonces, fíjate que gran acción, cuando tú ves a un mártir suicida, según la terminología islámica, que ha muerto, tenemos testimonios de que llevaban puestos calzoncillos de metal para que las partes nobles no se les dañe cuando lleguen al paraíso, para poder disfrutar de las vírgenes”.

La entrevista tiene lugar apenas un día después de que las FDI sufrieran su día más negro desde el comienzo de la ofensiva en Gaza, cuando 21 soldados perdieron la vida en un solo incidente, lo que podría afectar el respaldo popular a una guerra que ya dura más de 100 días y que no da visos de estar por concluir. Pero según Ben-Tasgal, “buena parte del público” en Israel no ve esa pérdida de vidas como innecesaria.

“En todo momento que la población en Israel sienta que esas pérdidas de vidas son innecesarias, puede aumentar la protesta. Por ejemplo, cuando Israel estaba en el sur del Líbano, la franja de seguridad, estancados ahí durante años, parte de la población de Israel se preguntaba ‘Y ¿para qué estamos allá?’.

“Hoy la población israelí sabe por qué el ejército israelí está dentro de la franja de Gaza y lo justifica y lo entiende. Entonces, hoy no creo que eso pueda provocar un aumento del rechazo hacia la guerra dentro de la población. Pero si la dinámica continúa durante años y no hay ningún logro, ese tipo de voces pueden aumentar”.

El periodista aclara que no piensa que el conflicto se vaya a prolongar por años pero sí cree que durará varios meses más, y considera que el pueblo de Israel está dispuesto y preparado para soportar los costos de la guerra contra Hamás porque “entendimos rápidamente cuáles son sus intenciones genocidas. Y también entendemos que el mismo peligro viene del Líbano, Hezbolá, es más grave todavía que Hamás.

“Quizás no tanto por las intenciones retóricas, sino por el hecho de que, mientras que Hamás tiene entre 24,000 y 30,000 soldados, Hezbolá tiene entre 100,000 y 50,000 soldados, según como lo midas. Y mientras que Hamás tiene más o menos 30,000 cohetes —tenía—, Hezbolá tiene 200,000 cohetes, de los cuales parte de ellos son misiles. Entonces un ciudadano de a pie va a entender perfectamente que el peligro que era Hamás en la Franja de Gaza es mucho mayor desde el sur del Líbano”.

 

¿Qué significa derrotar a Hamás?

Cada vez son más las voces que, incluso desde el interior del gabinete de Netanyahu, dicen que es imposible derrotar por completo a Hamás. Unos afirman que la ideología yihadista prevalecerá, incluso si la organización sucumbe, y que pronto surgirá otra, con los mismos objetivos e ideales.

Otros tantos piensan que la infraestructura subterránea edificada durante años por la organización terrorista es tan amplia y compleja que será imposible desmantelar a Hamás y terminar de una buena vez con toda su capacidad bélica, como imposible se antoja el rescate de los rehenes que aún están en Gaza, justamente en el panal de túneles tejido por el grupo yihadista.

El Hamás está convencido que va a haber un califato musulmán. El Hamás está convencido que no puede haber un Estado judío ni cristiano en el Medio Oriente. Él Hamás está convencido de una cantidad de cosas. Ellos han transformado ese convencimiento en mezquitas, en centros comunitarios. Lo que puede hacer Israel es erradicar esa capacidad de gobierno y bélica que tiene Hamás.

“Erradicar la idea es más complicado. ISIS, se erradicó su manifestación física, pero la idea no acabó y de hecho volvió a renacer ahora con atentados en Irán. La idea queda, hoy se llama Hamás, mañana se va a llamar ‘Tacos de México’. No importa, pueden cambiar el nombre. La idea que está detrás de eso es mucho más profunda que un grupo específico”.

Pero, entonces, ¿hasta dónde debería llegar el gobierno de Israel en su lucha contra la organización?

Con que tú erradiques a la dirigencia, cuando transformes a la dirigencia en alguien irrelevante, que el público los vea como fracasados, que tú erradiques su capacidad financiera y su capacidad para poder decidir algo y que la gente lo cumpla…

“Un túnel más, un túnel menos no cambia. El Hamás tiene que ser irrelevante desde el punto de vista de su gobierno. Si eso logra Israel, eso es un triunfo (…). En el Medio Oriente, un buen triunfo es que Hamás deje de ser gobierno en la franja de Gaza”.

Pero otro de los objetivos estratégicos de la guerra, quizás el que más peso tiene para la opinión pública en Israel, es la liberación de los rehenes, y algunos piensan que es incompatible con el de acabar con Hamás. “Sí y no son incompatibles. Porque tú has dicho ‘vamos a liberar a todos los rehenes posibles y vamos a destruir la capacidad bélica de Hamás’. Entonces, la lógica del gobierno, que se demostró que es parcialmente cierta, es ‘presionemos al Hamás físicamente y de esa forma vamos a lograr que Hamás pida cese de fuego’. Entonces, si presionamos al Hamás, ellos van a decir ‘queremos cese al fuego por X cantidad de días a cambio de X rehenes’.”

Ben-Tasgal reconoce, sin embargo, que aunque los familiares de los rehenes seguramente estarían dispuestos a que Israel abandone la guerra con tal de ver de vuelta a sus seres queridos, la opinión pública mayoritaria en Israel se opondría a esa medida.

 

El futuro: ¿un Estado palestino?

Ya sea que dure meses o años, la guerra tiene que terminar en algún momento y, cuando eso pase, Israel deberá decidir el futuro de la franja y, quizá, de todo el territorio que la ONU destinó a los palestinos en la célebre resolución de “dos Estados para dos pueblos”. Sin embargo, no parece que Benjamín Netanyahu esté dispuesto a abandonar el control militar que mantiene sobre el territorio palestino.

“No hay posibilidad para el actual gobierno israelí, para la población en Israel, que Hamás se quede en pie en la franja de Gaza. No hay posibilidad y eso fue provocado por el tipo de ataque que se hizo, porque si hubiese sido un ataque que mataban a personas, la respuesta de Israel hubiese sido diferente. Atacaron, violaron a mujeres, violan a nuestras mujeres, secuestraron a nuestros ciudadanos, degollaron a nuestros hijos. Es algo inaceptable para el pueblo judío.

Ahora bien, dicho esto, la Autoridad Palestina no es mucho mejor. La Autoridad Palestina le paga sueldos a terroristas que asesinan judíos cuando están en las cárceles. Y la Autoridad Palestina educa al odio hacia los judíos. Son diferentes desde el punto táctico, pero no son mucho mejor. Entonces, como la Autoridad Palestina, no es mucho mejor, la posibilidad que el gobierno de Israel acepte que la Autoridad Palestina, como pide Estados Unidos, sea responsable de la Franja de Gaza, a mí me parece que es menor con este gobierno.

“No significa que si Benny Gantz es el primer ministro de Israel futuro, él acepte que la Autoridad Palestina sea el gobernante de la Franja de Gaza. Puede ser que eso ocurra. Este gobierno y esta coalición difícilmente acepte la Autoridad Palestina. Ahora bien, la Autoridad Palestina no hace el tipo de atentados que hace Hamás. Entonces, en el Medio Oriente, no eliges entre bueno y malo. Tú, en el Medio Oriente, eliges entre malo y menos malo. El malo es la Autoridad Palestina y el peor es Hamás”.

Tres escenarios

Tras la eventual caída de Hamás, Ben-Tasgal vislumbra tres escenarios posibles: que Israel se adjudique el gobierno de Gaza; que permita que la Autoridad Palestina asuma el control de la zona (a ambas las encuentra improbables); o que “surja una dirigencia civil que se encargue de pagar impuestos y de la educación, pero que Israel se guarde el derecho de actuar militarmente cuando Hamás levante la cabeza. Algo parecido a lo que ocurre en territorios de Cisjordania, que Israel entra y sale, pero sigue actuando militarmente cuando lo cree conveniente para su seguridad”.

Pero, ¿qué hay del Estado palestino? ¿Es una opción viable para el futuro cercano, desde la perspectiva israelí? ¿Será capaz Israel de negarse pese a la creciente presión internacional? “Yo creo que parte de la población israelí en la cual me incluyo, pensamos que un Estado palestino es una alternativa posible, incluso hasta deseable.

“La diferencia entre los israelíes no es tanto ese punto, sino si creemos que del lado palestino hay un socio para conseguir la paz y si estás dispuesto a renunciar a territorios que hoy domina Israel para permitir que otro se ocupe de tu seguridad.

“Lo que dijo (Netanyahu), entre otras cosas, es ‘nosotros no podemos permitir que Cisjordania y el valle del Jordán penetren armas como penetra desde Egipto hoy en día’. Entonces, la seguridad de los judíos tiene que estar en manos de los judíos. ‘Yo no creo’, dice Netanyahu, ‘en un Estado palestino hoy porque no hay con quién hablar’.

“Tú le preguntas a una persona en Israel ‘¿Tú piensas que Mahmud Abbas, el líder de la Autoridad Palestina, es socio para la paz?’ ¿Cuál piensas que va a ser la respuesta de la mayoría de los israelíes? Y ‘¿tú piensas que Hamás es un liderazgo para la paz?’ Si las dos no son liderazgo para la paz, entonces…

“Si mañana un líder árabe como sería Sadat, diría ‘señores, estamos cansados, hartos de educar a nuestros hijos al suicidio, queremos convivir con los judíos, reconocemos que los judíos son una religión también y queremos coexistir con ellos’, los israelíes que hoy dicen ‘no quiero un Estado palestino’, como se dice, diríamos ‘este es un socio para la paz’ y habría una discusión seria (sobre) cuánto cederíamos de territorio.

Porque en el judaísmo clásico la tierra es menos importante que la vida“.

 

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